Un Tiempo Vivido (25)

Cárcel de Archidona./ Mundiario
Cárcel de Archidona./ @eldiarioes

Al poco rato dos agentes nos sacan a los tres y el oficial de bigote ordena, dos al condado, uno al Corralón, y nosotros mirándonos a la cara nos despedimos sin decir esta boca es mía.

Nos llevaron al edificio de migración en donde se encontraba la mujer a la que había traído gratis con su hijo Franklin y ella al vernos les dice, ¨si ellos son, ellos son, y él me trajo a mí¨, terminó señalándome. Yo me quedé perplejo sin poder creer lo que me estaba pasando y de inmediato les respondí a los agentes, que yo no la conocía, que no sabía que hablaba, y los agentes de inmediato nos separaron a los tres y nos metieron en unas oficinas en donde nos desnudaron e interrogaron. Al darme cuenta que están preparando todo para llevarnos a prisión, acercándome a uno de los uniformados que parecía ser el jefe de todos, le digo que si él era mexicano, ¨si¨ me dice ¨soy chicano y que con eso bato¨, ¨tú has oído hablar de Nicaragua verdad¨, ¨si claro, la contra , los sandinista, una guerra fuerte¨, me responde, y entonces yo aprovecho y le digo, ¨por eso ando metido en esto hermano, sino hubiera guerra en mi país  no estuviera aquí, pero tengo un hijo y una esposa y necesito ayudarles tú sabes¨, el hombre se me queda viendo de forma reflexiva y fue en ese momento que terminé apelando a su compasión, ¨te suplico si puedes dejarme un poco fuera te lo agradecería, no me mandes al Condado por favor, porque dicen que desde ahí es más difícil salir, ayúdame por favor hermano no me mandes tan largo te lo pido¨, y él al verme tan humillado o necesitado no sé ,me dice,¨ okey tranquilo, siéntate allá, te daré un empujón pelao¨, me termina de decir tocándose el bigote, y yo muy agradecido me fui a sentar en donde se encontraba la ingrata a quien le dije de inmediato, ¨te lo advertí que si te agarraban con el niño no te iba a pasar nada , pero no me creíste, ahora debo  ir a la cárcel y tú te iras libre a los Ángeles¨, y ella muy arrepentida me pidió perdón llorando y me prometió que mi sacrificio no sería en vano, porque cuando llegara a los Ángeles se sacrificaría por su hijo para darle una buena educación, y yo mirándola a los ojos le terminé diciendo, ¨ojala que así sea y no te pierdas dentro del sistema¨.

Al poco rato dos agentes nos sacan a los tres y el oficial de bigote ordena,  dos al condado, uno al Corralón, y nosotros mirándonos a la cara nos despedimos sin decir esta boca es mía. Con los años me di cuenta que Cairo y Adonis habían sido deportados. Me condujeron en un microbús hasta llegar a  Fresnos Browhill Texas Corralón, un campo de detención de inmigrantes, los detenidos a esa hora se encontraban tomando sol vestidos de Naranja o zanahoria a como más tarde lo llamamos, la algarabía, los gritos y el escandalo eran enormes al ver llegar a un detenido y gritaban ¨vaselina,..Vaselina…¨ y yo agarrándome los genitales les respondía de esa forma por donde iba pasando. Me condujeron a un edificio y en el galerón del segundo piso me asignaron una cama entre las docenas de camas apiladas en fila, me deje caer en el colchón con el uniforme en la mano, la toalla, jabón entre otras cosas que me habían dado y de inmediato un grupo de salvadoreños se me acercan y me preguntan qué de donde era, yo les respondí de Managua y ellos al escuchar mi respuesta llamaron a mis compatriotas que se encontraban ahí, en breve tenía un grupo de conciudadanos zanahorias preguntándome todo lo relacionado con mi detención y por la situación de guerra del país. Yo jamás mientras estuve ahí les mencioné que venía de pasar gente sino que más bien era un detenido más entre las docenas de inmigrantes que venían conmigo ese día. A la semana estaba casi totalmente familiarizado de todo lo que se vivía en aquel centro de detención, y  a las dos semana me llamaron a corte en donde me preguntaron mi nacionalidad e idioma y a esto último respondí diciendo que ¨castellano¨ y el juez reformulando la pregunta me dijo, ¨eso es español o no¨,  a lo que respondí positivamente,  ¨cómo se declara usted inocente o culpable¨, yo le dije que ¨inocente¨ y que necesitaba aplazar mi defensa para otra fecha, a lo que el juez respondió,¨ aplazado, next¨.

Salí de aquel salón con la sensación de alguien que era juzgado por matar a alguien, me sentía como el Raskolnikov de Crimen y Castigo, me sentía como juzgado  por crímenes de lesa humanidad, o algo así, y me dije ahora si me jodí debí de haber escuchado a mi papi que muchas veces me repitió que no debía meterme en esto, pero ahora es muy tarde para arrepentirse eso me pasa por desobediente. Cuando llegué a mi galerón me sentía muy deprimido, pero los compañeros de varias nacionalidades me brindaron sus palabras de aliento y esperanza que tanto las necesitaba en aquel duro momento por el que atravesábamos todos los detenidos en el Corralón. Pasé un año preso en el Corralón, escribí un ensayo que luego perdí sobre la energía emotiva, conocí a mucha gente de diferentes partes del mundo y cada uno de ellos me enseñó algo de su vida, en aquellos días leí de nuevo de  cabo a rabo la biblia y llegó un momento en que me sentí muy espiritual, con fuerzas para sobre llevar aquella vida de encierro, estudiaba inglés, jugaba a la pelota, corría y hacia todo lo posible para llegar a la hora de dormir cansado. Conocí a un negro jamaiquino que se parecía mucho el cantante Tracy Chapman llamado Toni que tenía un primo que se parecía a Bob Marley, y que además tocaba la guitarra y componía canciones como las de este famoso compositor y a veces creo que era en realidad un hermano gemelo de Tracy Chapman, conocí a un Iraní que tenía unos anteojos culo de botella y que estaba preso ahí porque había aterrizado en la pista de la cárcel mientras traficaba con armas para San Salvador y se había quedado sin combustible y aterrizó propiamente en el Corralón, aquello a veces parecía una historia cómica , un día el Iraní me dijo que escaparía de ese lugar, lo creí ¨medio loco¨ al igual que Gustavo el cuñado de Zepeda el de la alfabetización, hasta que una noche sonaron la alarma, había escapado en la madrugada, llegó a la pista encendió el avión pero cuando quiso arrancarlo no tenía suficiente combustible para volar; porque el guardia que supuestamente le iba a llenar  el tanque lo había traicionado.

También conocí a un eminente doctor argentino que daba consulta gratis a los de mi galerón y le explicó a un haitiano que debía hacer para que lo creyeran loco, a los pocos días el haitiano empezó hablar solo en los pasillos y por todos lados a la vista de los guardias y al mes le dieron salida, pero lo más trágico fue que a los meses el doctor argentino  se había cortado los pulsos en el baño para conseguir la deportación. Conocí también a un peruano que jugaba futbol y basquetbol y que vaticinaba que en algún momento Perú ganaría un mundial de futbol. Conocí a un español que decía tenía comunicación directa con el diablo y que un día el demonio le daría el poder para tener mucho dinero y poder atravesar las paredes y desviar a las balas, entre otro poderes, y una medianoche fue conducido a la loba, o sea a una cárcel aislada,se lo llevaron ahí por  incendiar el galerón que estaba contiguo al de nosotros, su nombre era Félix y cuando salió de la loba muchos le cantaban la canción de la caricatura del Gato Félix, diciéndole ¨Félix el gato, el  único único gato, te hará reír, te hará cantar, te hará bailar, te hará llorar …¨ él solo los quedaba mirando y les decía ignorantes. A veces Félix me llamaba en la cancha de basquetbol y me decía que un día saldría atravezando las paredes, hasta que un sábado al amanecer inexplicablemente había desaparecido, lo buscaron entre cielo y tierra y hasta en el avión del iraní y nada, llegaron al punto de creer que había un túnel de escape pero nunca encontraron nada, nadie volvió a saber nada del gato Félix mientras permanecí yo en el Corralón.  Conocí también pandillas de negros haitianos queriéndonos golpear, porque no podían ganarnos al basquetbol y luego se convirtieron en buenos amigos míos y conocí a un hondureño que le gustaba mucho hablar conmigo, porque decía que yo le daba esperanza, también tuve la mala suerte de toparme con un carcelero de mi galerón que era un racista de primera, en realidad era un mexicano americano que se creía neo fascista, o algo así, la cosa es que todas las mañanas estaba golpeando con su garrote a un salvadoreño que dormía a mi lado y que siempre se tardaba en levantarse de su cama, y le pegaba duro en la cabeza y los pies, pero aquel día le partió la cabeza profiriéndole, ¨maldito indio haragán levántate ya¨.

Y fue en el momento que miro la pletórica sangre en el rostro del amigo cuando reacciono y le digo, ¨porque no me pegas a mí para que mires lo que pasa, pero sin el garrote, sin arma, solo los dos, como los hombres chicano de mierda¨, el tipo me voltea a ver y me dice, ¨ahora que salgan te espero en el campo de futbol para quitarte las ganas¨ me responde, ¨dale, cuidado no llegas¨, le terminó diciendo a la vez que atendíamos la herida de Freddy. Cuando el guardia termina de salir del galerón muchos me dicen que me voy a meter en problemas, ¨es mejor que no lo busques no ves que él tiene el poder de refundirte hasta lo más hondo¨ me dijo un matagalpino, es cierto ¨te vas a hundir solo cabrón¨ me enfatizó  un mexicano, ¨no ves que ese guey la tiene con toda la raza  bato¨. Yo me quedé sin palabras,  todos tenían razón pero en realidad ese guardia me tenía muy enojado por su arrogancia y discriminación,  y cuando nos tocó salir del galerón me fui directo al campo de futbol a esperarlo, en donde casi todos los inmigrantes del Corralón se habían dado cita, pero el guardia nunca apareció y desde ese día dejó de molestarnos. Cuando llegó la navidad me inundó una enorme tristeza, mi madre, Rosario, Mayra, Marta, y todo lo demás vinieron a mi mente y corazón, y no tuve más remedio que sollozar, además que mamá y Marta creían que yo me encontraba bien, porque papá con su dinero les mandaba lo que yo les enviaba a ellas todos los meses y de vez en cuando yo le llamaba como si estuviera en Miami. En toda la familia solo papá sabía en aquel momento que yo me encontraba detenido y que iba a cumplir un año en prisión. Un amigo jamaiquino me regaló esa navidad un código para hablar con mi familia todos los minutos, horas y días que yo quisiera y  desde entonces hablaba casi a diario con Marta, ella me decía que tenía sueños feos conmigo como si yo me encontrara en peligro y que me miraba muy triste y que no sabía porque soñaba casi todos los días lo mismo.

Apliqué al Canadá, pero no me aceptaron la solicitud de asilo por falta de documentación, pero a mi amigo hondureño si lo aceptaron, él siempre me decía que yo era como un amuleto de la buena suerte para él y que sentía que le daba esperanza cuando hablaba conmigo, Frank era piloto de aviación del ejército hondureño, con  él compartí gran parte de mi estadía en el Corralón y él día que se fue me dijo que gracias a mi había logrado que lo aceptaran, y cuando se marchó a los dos meses todavía me terminó  enviando un dinero en una carta en donde me agradecía por todo , yo me sentí contento cuando me dijo que estaba en Canadá con su esposa y sus dos hijos; porque él todas las noches solía llorar mucho por toda su familia.

Una madrugada mirando el bermejo crepúsculo del amanecer desde una ventana de vidrio decidí salir, busqué una abogada y al cumplir un año, salí libre, le pague a la abogada con el dinero que tenía en prisión y con el que papá y mi amigo me regalaron, hasta que una viernes escucho por los parlantes mi nombre ¨listo para salir con todas sus chivas¨ y el ¨standing get out, out out…¨ cuando me levanté de mi cama abrazando a todos mis compañeros de galerón sentí que abrazaba a una gran parte del planeta, y ellos muy contentos me desearon mucha suerte, al salir a la calle tomé un taxi y me fui a comprar mi boleto de ida a Miami  en el mismo lugar en donde me habían detenido. Ese mismo día regresé a la capital del sol que para ese entonces la sentía como mi viejo rancho o como un ¨pueblucho de mierda¨ como decía a veces Fabio Obando.

Tomé el bus de la Grey Hound en el mismo lugar en donde había sido detenido hace un año y antes de llegar a Houston se metió la migra a requisar y uno de ellos me reconoció diciéndole a los demás guardias, ¨oye el mismo bato que puso en su lugar al cabrón de Gutiérrez¨, yo sin decir palabras le saque mis papeles y ellos al verme me dijeron muy amables, ¨no hay pedo guey, todo bien, sabemos que saliste libre,  vete en paz, te tuvo miedo el bato¨, y yo sonriéndoles les di las gracias. Llegué a Miami un rutilante amanecer del mes de febrero y al llegar al down town me sentí bien, como en mi casa, es que conocía cada rincón de ese lugar, cada edificio, cada vericueto , todo ese dédalo de edificios, calles, avenidas, centros de compra, bares, restaurantes, callejones y oficinas las había recorrido muchas veces a pie y en bicicleta, solo y acompañado, porque a mi me gustaba mucho caminar a la hora del lunch a comer hot dog donde Karla la hermana de Bismarck conocido como cachimbita cuyo padre Chale había fallecido víctima del alcohol, quienes vivían en la Morazán frente a la casa de Lupe, me gustaba mirar la trifulca de la gente, el movimiento de la modernidad, el enajenado grupo de hormiguitas locas y el contraste social, entre otras cosas.

Cuando salía a caminar o pedalear al down town podía sentir entonces la energía y el nervio central del hombre trabajador y del hombre moderno e institucionalizado que camina a su propia destrucción por su egolatría. Entonces cuando llego de nuevo al down town de Miami paso por el Bay Side en donde encontré de nuevo a Fabio leyendo el periódico en un bar y ambos al vernos nos saludamos efusivamente, Fabio era el típico bohemio que vivía el momento sin pensar en  el futuro, con sus raid ban cuadradas, su melena rubia ensortijada, una camiseta , su blue jeans y sus zapatillas italianas y un periódico metido en el bolsillo trasero de su pantalón, él era feliz así, trabajaba un poco en lo que fuera y luego se pasaba todo el tiempo leyendo, enamorando mujeres y por las noches metido en la bohemia burguesa, luego de entablar una breve platica con él me fui directo al apartamento de papá en donde todos me recibieron de maravilla con una fiesta y  a los pocos días la vida en libertad  comenzó de nuevo para mí en el sueño dorado de Norteamérica. @mundiario

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