Tino Casal y el disco misterioso que nadie conocía

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Tino Casal. / Mundiario
La aparición de estas grabaciones ocultas durante 42 años abren las especulaciones en la vida del artista más glamouroso de la movida.
Tino Casal y el disco misterioso que nadie conocía

Un trabajo discográfico completamente desconocido de un artista consagrado. Hito atípico en la historia de la música española. ¿De quien? Del paradigmático cantante de la movida: Tino Casal. Lo habría grabado en Turín y fue hallado recientemente en Brasil. Nadie de su entorno, ni del mundo de la música, tenía constancia de tal trabajo.

La movida, como hemos comentado en otros artículos, sigue despertando fascinación en el público, pese a las cuatro décadas transcurridas. En relación a sus protagonistas, los conciertos homenaje, revivals, y reediciones de discos están siendo la tónica habitual. Uno de estos casos más señalados es el de Tino Casal, una de las figuras más destacadas desde el punto de vista vocal -en una época en la que la transgresión primaba sobre la calidad- y sobre todo con una extraordinaria apariencia física que combinaba el glamour con una exuberancia barroquista en la que la máxima “menos es más” era pura ciencia ficción.

A Tino Casal (Tudela Veguín, Asturias, 1950 — Madrid, 1991) se le han hecho homenajes, se ha erigido una controvertida estatua conmemorativa en su ciudad, se ha editado “la caja retrospectiva” -una antología de sus temas en una edición de lujo hoy agotada- sin olvidar las exposiciones de su barroco vestuario.

Pablo Lacárcel, que se ha especializado en investigar el patrimonio musical español, fue el responsable de editar la caja antológica, Integral, en el sello Lemuria, que incluía todo lo grabado por Tino Casal. Hoy -pese a su reciente salida apenas dos años- este trabajo ya está agotado y es material codiciado por los coleccionistas. Pero la sorpresa es que no contenía todo lo grabado porque había algo más. No es que se desconociera su paradero, es que nadie sabía de su existencia.

Una sorpresa en la vorágine reivindicativa 

La sorpresa final en esta vorágine reivindicativa de la figura de Tino Casal ha sido un disco misterioso del que ninguno de sus allegados tendría constancia. Se habría grabado en 1977 en Turín. Hallado de forma providencial en Brasil, este “ tesoro oculto” albergaba nueve canciones en un total 40 minutos.

¿De dónde proviene? Una compañía discográfica italiana especializada en cintas de cassettes de versiones (esas que veíamos en las barras de los bares y las gasolineras) seleccionó a varios artistas europeos para grabar una canción que estaba pegando fuerte en Italia, Volerai, Voleró con reinterpretaciones en alemán, francés, portugués, inglés… Casal se habría encargado encargaría de pasarla al castellano como Volarás, Volaré.

La discográfica tenía en su poder unos singles de 1977 de Tino Casal editados con Philips cuando buscaban una figura que sustituyera en el mercado “el nicho” de Nino Bravo, fallecido en un accidente. Casal era un vocalista muy dotado. “Seguramente Tino aprovechó las horas de grabación para completar los otros ocho temas”, apunta Lacárcel. La compañía italiana habría quebrado y los responsables huyeron Brasil. "Tras unos años operando allí, Warner Brasil debió comprar su catálogo."

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Portada de Origen. / Lemuria.

El azar

Hace unos meses, un responsable de Warner Brasil encontró en un almacén el material y y sabiendo que Lemuria había editado Integral se lo comunicó a Lacárcel. “Tengo unas cintas magnetofónicas de 18 centímetros de ese músico que tanto te interesa: Celestino Casal”, explica.

Raudo y veloz, Lacárcel desembolsó un dinero por las grabaciones y se hizo con el último legado del gran artista de la movida. “Las cintas estaban en unas condiciones malas, húmedas, con moho. Ha sido un trabajo artesanal y muy meticuloso hasta que las hemos conseguido recuperar”, apunta. El mismo Pablo Lacárcel ha sido el responsable de que este material salga a la luz y quien ha patrocinado su edición en la discográfica, Lemuria bajo el nombre de Origen.

Origen: una joya discográfica

Origen se ha convertido en un tesoro “ físico” para los fans ya que se ha presentado en una lujosa edición única y limitada para coleccionistas en carpeta doble con un vinilo escarlata de 200gr, CD y libro con amplia información.

Es una joya discográfica grabada íntegramente en estudio, con un sonido espectacular; digitalizado desde las bobinas originales y con dos masterizaciones diferenciadas -una adaptada al vinilo y otra distinta para el CD que lo acompaña- y con las nueve canciones interpretadas y compuestas en su totalidad por Tino Casal.

Desde el primer acorde resulta inconfundible la voz de Tino Casal. Hay una influencia clara de la música disco en piezas como París, otros temas como Asturias entran en el terreno de los baladistas melódicos (Nino Bravo, Camilo Sesto) y incluso hay guiños a la rumba disco tipo Las Grecas en Bye, My Friend. Se detecta un abuso del falsete y los exhibicionismos vocales agudos, paralelamente a lo que los Bee Gees experimentarían en 1977 en Fiebre del Sábado Noche, el mismo año de Origen. ¿Coincidencia? ¿Copia? ¿ Multigénesis? No lo sabemos. Pero la pregunta del millón es: ¿Por qué nadie sabía nada de este disco?

Pepa Ojanguren, su pareja, podría haberlo explicado, pero murió el pasado agosto víctima de un cáncer. La aparición de estas grabaciones ocultas durante 42 años abren las especulaciones en la vida del artista.

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Integral. / Tino Casal. 

Tino Casal, una trayectoria singular

Tino Casal inició su carrera musical en los sesenta con Los Zafiros Negros, luego con Archiduques. Su «Lamento de gaitas» fue la primera canción pop-rock española en incluir la gaita, pero no fue hasta 1981 (con Neocasal) cuando entra por la puerta grande en la movida. Es en la movida donde encuentra su estilo y su lugar natural, convirtiéndose en un icono  desde el comienzo y brilló en ella como nadie. Su admiración por David Bowie y el glam rock adquirido en su estancia en Londres, dejó su sello tanto en su imagen como en su música. Editó cinco álbumes, todos número uno en ventas en España, salvo el último, Histeria (1989), que se quedó en el puesto tres. Culto musicalmente y refinado en la ejecución de sus proyectos, basculaba entre la vanguardia musical y la transgresión de la movida, siempre marcando la diferencia con su potencia vocal y una puesta en escena deslumbrante. Se dice que con Fabio McNamara  y el “ rubio” de Costus  eran el trío de figuras más atractivas estéticamente de la movida.

En plena movida de 1985 a 1987, una lesión le desencadenó una necrosis, que le produjo una descalcificación ósea del fémur y una grave infección. No tuvo nada que ver con el sida, como llegó a rumorearse, pero le dejaría una cojera que llevaba con glamour añadiendo a su look salvaje unos bastones regios que magnificaban su atractivo y le hacían parecer “un rey león” de la movida. Casal regresaría a la música en 1987 con Lágrimas de cocodrilo, con versiones de otros grupos y canciones propias. Su mayor éxito fue «Eloise», un clásico de 1968 con la que llegó al número 1 en Los 40 Principales y se convirtió en uno de sus temas más conocidos. Este álbum fue el segundo más vendido en España en 1988, solo por detrás de Descanso dominical de Mecano, uno de los discos más exitosos de la música española de todos los tiempos.

​Villa Toro, uno de sus íntimos amigos, pintor vinculado a la movida que posee una gran colección de lienzos de Casal afirma que los últimos meses de su vida, el artista asturiano se volcaría en la pintura concepto-gestual, entre Pollock y Kandinsky.

Un final trágico

Un día lluvioso tuvo un accidente. Era el 22 de septiembre de 1991, el Opel Corsa en el que iba de copiloto chocó contra una farola en la madrileña carretera de Castilla. Volvían ya amaneciendo de Stella, una discoteca de moda del fin de la movida. Casal, herido muy grave y con un pronóstico fatal, sería evacuado en un helicóptero. Perdería la vida en el propio vuelo abriendo el día. Villa-Toro, su amigo, sentenciaba su fin con estas emocionantes palabras “Murió en el cielo, como una estrella” . Pero no por ello se convirtió en mito. Había sido un mito desde que encontró en la movida su "lugar natural". @mundiario

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