Sputnik, lo más destacado del reciente cine ruso apto para el gran público

Sputnik
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Sputnik es el nombre del programa espacial ruso que lanzó 4 naves al espacio entre los años 1957 a 1961; dio nombre a dos modelos de coches en Rusia y también es cómo se le conoce a una de las vacunas contra la Covid. Lo último es una película de ciencia ficción que hace las delicias de la crítica especializada.

Sputnik, lo más destacado del reciente cine ruso apto para el gran público

La industria cinematográfica rusa tiene puesto el foco en la internacionalización de sus obras como ya consiguió en un pasado demasiado remoto para el sector y para todo un país. Sabedores de que el cine es una gran herramienta de promoción de una nación (cultural, gastronómica, política, turística, estética, etc.), Rusia y sus jóvenes cineastas actuales, los mejores probablemente formados en la histórica universidad VGIK, comienzan a destacar entre el amplísimo catálogo de filmes que se estrenan semanalmente, no solo en salas de cine sino también plataformas digitales.

Es el caso de Sputnik (2020), una película que mezcla el terror con la ciencia ficción, estrenada el pasado año directamente en plataformas digitales y que ha cautivado a la crítica internacional.

Dirigida por el treintañero Egor Abramenko, ésta supone su estreno en la dirección de largometrajes. Producida por productoras rusas con el apoyo económico de Fond Kino, el fondo gubernamental de apoyo social y económico a la cinematografía rusa, y distribuida por compañías americanas, Sputnik ha encontrado su sitio entre los fans del cine espacial y de extraterrestres, captando incluso la atención de Hollywood que ya ha adquirido los derechos para filmar una adaptación “gringa”.

Sputnik nos relata el aterrizaje accidentado de dos cosmonautas rusos que regresan a casa tras realizar su misión en el espacio. Corre el año 1983, en plena Guerra Fría, y estos astronautas son considerados dos héroes de la nación por eso el hecho de que uno de ellos muera en el aterrizaje y el otro sobreviva extrañamente es ocultado a las masas.

Será el KGB quien se encargué de investigar lo sucedido y monitorizar al cosmonauta que ha sobrevivido y que aloja en su interior un huésped de otro mundo, no terrestre. Para ello “fichan” a la neurofisióloga Tatiana, interpretada por la actriz rusa Oksana Akinshina que se ha desempeñado principalmente en la industria de su país aunque también ha hecho sus pinitos en EE UU como por ejemplo en El mito de Bourne (2004).

Su personaje, a quien nos presentan como alguien de extrema dureza que aplica métodos poco ortodoxos para conseguir sanar con éxito a sus pacientes, evoluciona hacia terrenos más humanos a medida que va conociendo más aspectos del cosmonauta y su huésped. Su valentía para afrontar el caso y su agudeza para el diagnóstico atrapa al espectador desde el primer momento que se la ve en pantalla.

Todo en Sputnik está impregnado del carácter ruso y aunque pretende ser un film con vocación taquillera al estilo de las grandes producciones norteamericanas, no parece querer perder su personalidad eslava, algo que es de agradecer cuando alguien lo que quiere es ver qué tienen que ofrecer otras naciones al panorama cinematográfico.

Se puede disfrutar en Movistar+ doblada al español. @opinionadas en @mundiario

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