Sonrisas de cuarentena

Hipódromo.PepePelayo.
Hipódromo. / PepePelayo.

Este fotomontaje es producto de una noche de insomnio después de uno de esos días de caos y anarquía, locura e infierno cuando se juntan ocho niños pequeños. La sonrisa es la mejor terapia.

Tengo tres hijos. Vivimos con mi hermana y su esposo que tienen dos. Y en el mismo edificio vive una prima de mi mujer que tiene tres también. Todos pequeños, de más o menos la misma edad. Cuando se juntan los ocho (nos alternamos las sedes de sus juegos), es caos y anarquía, locura e infierno.

“El niño que no juega no es niño, dijo Pablo Neruda, “Los niños son la esperanza del mundo”, dijo José Martí” y “Prefiero el ingenuo canto de un niño a la más bella música del mundo”, dijo Charles de Foucauld. Sin dudas esos señores no convivieron en cuarentena con estas dulces criaturas, que cuando se unen se convierten en monstruos sin esperar las doce de la noche con luna llena.

A cada rato me asignan como árbitro en sus carreras competitivas desde el balcón a la cocina, en sus distintas modalidades de atletismo: en un solo pie, de espaldas, uno cargando a otro, etc..

Este fotomontaje es producto de una noche de insomnio después de uno de esos días. La sonrisa es la mejor terapia. @pepepelayo en @mundiario

Hipódromo. Pepe Pelayo.

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