¿Resurgen los artistas “académicos"? 12 cracks de la figuración actual
De consagrados a artistas de menor recorrido, de famosos retratistas a profesores y creadores defenestrados por su defensa del oficio, todos se caracterizan por su talento en las dos premisas del academicismo: dibujo y color.
De estilos muy diferenciados y trayectorias diametralmente opuestas, son artistas que demuestran que el arte sigue vivo. Su talento supone una esperanza de acabar con la dictadura estética de una vanguardia trasnochada, fría y poco creativa que campa por las anchas del arte desde hace más de un siglo.
1- Antonio López ( Tomelloso 1936)
Sigue considerado el número uno de los pintores españoles vivos. Su camino en el hiperrealismo en una época de megavaloración de la abstracción catapultó su calidad y prestigio. Considerado como el padre de la escuela hiperrealista madrileña, su obra se centra en la realidad que le rodea e investiga con los aspectos más cotidianos tratados con un detallismo fotográfico. Académico, multipremiado, se han celebrado antológicas de sus obras, tiene hasta película propia y Japón es uno de sus mercados más dinamicos
Entre sus obras más conocidas están Los novios, Gran Vía, Madrid desde Torres Blancas, y Membrillos y granados.
2- Ferrer-Dalmau " El pintor de Batallas" ( Barcelona 1964)
El llamado “el pintor de batallas” se ha consolidado como el artista más mediático del país. Condecorado nacional e internacionalmente y decenas de miles de seguidores, sus obras se convierten en iconografías históricas al momento de ser pintadas. Ha contribuido de forma incuestionable a la resurrección de Gálvez, Blas de Lezo o Pita da Veiga y a episodios poco conocidos como El Glorioso, La Degollá. o El Milagro de Empel, considerado una de las mejores pinturas del siglo XXI.
Excelencia técnica, eficacia narrativa y atracción del espectador son sus bazas. Su monografía y los libros “Bocetos para la Historia” e “Imperio” han sido los libros de arte más vendidos de este siglo en España.
3- Hernán Cortés ( Cádiz 1953)
El famoso retratista, académico de San Fernando, está ejecutando encargos de gran prestigio a personajes clave de estas décadas. Sus fuertes: enorme personalidad, técnica prodigiosa y una extraordinaria sensibilidad. En sus retratos centra la composición en el individuo despojándolo de artificios.
Muy cotizado, es un exitoso retratista en el ámbito institucional y el privado,. Incluye guiños a la abstracción al pop, el cómic o el cine. Una curiosidad es que tiene el gran apoyo de su pareja, nieta del mejor pintor gallego de todos los tiempos y de los mejores artistas europeos de su siglo: Alvarez de Sotomayor, hoy relegado de forma injusta por su academicismo y por haber denunciado con valentia la falta de talento artístico en la abstraccion.
4- Ricardo Sanz ( San Sebastián 1957)
El pintor Vasco, formado en Madrid y criado en un ambiente artístico, cultiva todos los géneros sin excepción de forma sobresaliente. Reputado retratista, destacan sus composiciones de figuras femeninas que combinan sensualidad, elegancia y empaque dentro de una sutileza poco habitual y un juego cromático que se sumerge sin ambages en el luminismo sorollesco. Muy curiosas e intimistas resultan sus obras de raíz costumbrista o folklórica realizadas sin el complejo de ser acusadas de anacronismos.
Su Inmaculada para La Academia de Infantería de Toledo, es probablemente la mejor obra religiosa de este siglo. Con concesiones a la iconografía de Murillo o Tiépolo, la Virgen emerge monumental, arquitectónica y hermosísima. Deslumbró por una espiritualidad que emocionó a un público que, hasta la fecha, pensaba que sólo la estética barroca podía despertarle devoción.
5- Víctor López-Rúa (La Coruña, 1971)
Sin duda uno de los pintores más personales del panorama español. Siempre dentro de la figuración destacan sus visiones de gran elegancia, pero intensamente inquietantes. Espacios domésticos vividos por personajes que basculan entre la ficción y la realidad. Escenas que atrapan a un espectador intrigado por lo que sucede tras esas puertas, y esas perspectivas que se abren a estancias o jardines. Con un gran predominio consciente del dibujo sobre el color, modernidad, originalidad y saber hacer, conviven en la obra de este artista muy valorado en México, país rendido a la rutilancia de su color y el glamour de su estilo.
6-Pascual de Cabo (Alicante 1952)
El artista mediterráneo, afincado en Sevilla, es uno de los grandes valores de la figuración. Ha expuesto en importantes salas del mundo de Rusia a Nueva York. Cultiva todos los géneros, y el paisaje es su inspiración vital, pero es en la figuración donde su estilo alcanza cotas de genialidad. Con un gran peso de los clásicos, sobre todo de Velázquez al que homenajea- y con quién a la vez juega con ironía- en muchas de sus obras, no deja jamás indiferente al espectador que contempla sus lienzos.
Con huellas del expresionismo, surrealismo, luminismo y de una pincelada impresionista, su calidad se percibe de forma epidérmica, con un toque grueso y empastado, cuya rotundidad matérica no desvirtúa un espléndido dibujo.
7- Rosa Elvira Caamaño (Bueu 1954)
Profesora en una Facultad de Bellas Artes donde se prima el uso del martillo sobre el lápiz, la pintora lucha valientemente contra viento y marea por la defensa de la pintura pura. Preciosista, y con un gran sello del renacimiento italiano, sobre todo de Rafael, sus figuras son etéreas y místicas, encerradas en sí mismas y jamás se comunican con el espectador, cual piezas de la estatuaria clásica. La decoración floral siempre exhuberante, e incluída a veces de forma fantasiosa, suele acompañar las composiciones y aporta un toque de irrealidad, feminidad y onirismo a un cuatrocento estético de una enorme originalidad en los tiempos que corren.
8- Josep Francés (Alzira 1959)
Pintor valenciano, su capacidad técnica le hace sobrevolar perspectivas imposibles, una urbanidad rutilante de rascacielos y skyline de ciudades le personalizan en la pintura contemporánea.
Ofrece altas dosis de modernidad y efectismo sin dejar de lado los dos pies de la pintura: el dibujo y el color. Una atracción por la voluptuosidad del desnudo femenino salpica intermitentemente estas obras que denomina arquitecturalismo, "manera de pintar el mundo tanto animado como inanimado como si este estuviera trazado por vectores arquitectónicos"
9- Javier Garaizabal ( Ferrol 1944)
Aunque trabaja distintos ámbitos con altos niveles de calidad, destaca brillantemente en un género tan manido como el bodegón. El artista ha desarrollado un estilo propio en el que el lirismo se auna con el preciosismo formal y una gran sutileza en las calidades matéricas, logrando composiciones únicas de gran belleza.
Escasos objetos, normalmente en fondos mistéricos o ambiguos, sobresalen por lograr, desde una sencillez exquisita, una estética propia de gran atractivo.
10- Jano Muñoz ( A Coruña, 1971 )
Máximo representante del hiperrealismo gallego, cultiva con maestría retratos, naturalezas muertas, los animales y los elementos marítimos, además de los paisajes urbanos.
De colorido atemperado, dominando paletas de grises y ocres, se palpa siempre en su ejecución cierta introspección y tenebrismo que dota a sus obras de un carácter inquietante. Guiños con perspectivas y simplificaciones, es sin duda uno de los artistas de nuestro país al que se augura un mayor recorrido
11- Raúl Alvarez (Madrid 1982)
El llamado “ poeta del agua” destaca por su dedicación estética a las transparencias del agua, a los efectos del mojado en las superficies y por una tendencia a captar momentos efímeros y transitorios en un tiempo y un espacio. Sus intensos azules cautivan al espectador desde la primera visión, y mantiene una búsqueda incesante en lo que considera una temática inagotable, sobre todo de las posibilidades pictóricas de la luz cuando atraviesa una superficie acuática. El agua para el artista es " un elemento sanador y purificador"
12- Salvador Amaya ( Madrid 1970 )
Un solo escultor para cerrar la lista porque también el peso del academicismo ha sido una de las claves de su lucha y su éxito, en un mundo dominado también por la abstracción y las " instalaciones" . Encasillado- con gusto y orgullo- en la escultura histórica, ha ejecutado importantes encargos de piezas que han sido muy mediáticas. Blas de Lezo en Madrid, Menacho en Badajoz o la de Martín Cerezo “ Los Últimos de Filipinas” de próxima inauguración, le han hecho pasar a la historia de la escultura urbana del país. Bronces de una gran elegancia y empaque clásico, que aseguran su eternidad fuera de modas, y dejan un legado patrimonial en cada ejecución para las futuras generaciones. @mundiario
