Ramón Gaya, la indefinición como motivo creativo en la pintura

Obra de Ramón Gaya./ R.G.
Obra de Ramón Gaya./ R.G.

No deja de asombrar el hecho de que un artista inspire desde la indefinición, desde la ausencia de forma para que el espectador la logre en su sentido pleno.

Ramón Gaya, la indefinición como motivo creativo en la pintura

El pintor murciano Ramón Gaya construyó su obra desde la plenitud de lo inconsistente.

Regreso a Murcia y paso por el Museo Ramón Gaya, situado en la Plaza de las flores. Hay luz y pertenencia cuando cruzo el umbral de un vestíbulo escaso y comienzo a ver los trabajos del pintor murciano.

Y, en su obra, es evidente que la apariencia es la cosa, lo que se evoca es lo que permanece, lo que vive detrás del trazo y del esbozo, detrás del color difuso, de esa búsqueda de la verdad que reflejan las aguas. Su obsesiva poética es que la verdad es la que yacen sobre las aguas, en su temblor irreprimible. 

Las obras de Ramón Gaya insisten en la expresión de la apariencia, del reflejo, de su quietismo, de la contemplación que traspasa el objeto para hacerlo próximo, para hacerlo cosa.

Nunca ha sido más clara la materia que en una obra de Gaya; lo inacabado está acabado. No hay nada por determinar. Basta con la hipnosis y la sentencia del trazo sobre lo blanco para hallar la persistencia de un mundo que seguirá ahí. Nada es efímero como parece. Lo que no es está moviéndose, usurpando otros espacios.

Hay plenitud en lo que se muestra y en aquello que no está, pero que, sin embargo, está detrás de ese intento.

Ramón Gaya sabe que solo lo que es aparente y difuso alberga la potencia, lo dinámico, la vida en proceso. Porque lo diáfano no es lo que existe, sino lo que está existiendo. @mundiario

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