Habitación 300: Se pueden construir torres de papel con mi vocabulario

Educación Física.
Educación Física.

¡Y son tres partes del cuerpo, cabeza, tronco, y extremidades, las que nos componen como una maquinita accionada por el sol! / Relato literario

Habitación 300: Se pueden construir torres de papel con mi vocabulario

Las palabras se me incrustaron en la piel, me recorren como un escalofrío. Hay palabras con fechas y con caras, pero sobre todo hay voces que se quedan en el oído haciendo vértigo.

Pero no basta un lenguaje para expresar, hay más cosas, ocultas como fieras deseosas, en la actitud de los demás.

Quiero decir, que cada uno es como una casita con luz, así les dije a los niños: tenemos un espíritu que estará siempre con nosotros, que es una lucecita; y tiene en nuestro cuerpo tres casitas:

Una de ellas está en la cabecita, y aquí nos alumbrará la verdad y la mentira, indicará lo correcto y el porqué de las cosas.

Pero, cuando la luz se nuble, podríamos no distinguir; a veces podríamos no ver ni apreciar esas cosas, por eso hay otra casita en el corazón. Así conseguiremos sentir por dentro cuando todo sale mal. El corazón sirve para querer sin dilación, porque nos anima siempre con sus latidos, hace de la vida un tic tac que funciona, nos hace querer y así avanzar, hace del ansia una compañera.

¿Y si estuviésemos cegados y no viésemos los trazos del bien y el mal? Siempre podremos escapar, porque tenemos otra casita en los pies que hace que caminemos a donde sea, conquistando todas las áreas y movimientos.

¡Y son tres partes del cuerpo, cabeza, tronco, y extremidades, las que nos componen como una maquinita accionada por el sol!

Espero que les haya valido mi consejo en la crueldad de este mundo, o que se sigan riendo si matan al extraterrestre mediante pompones del bazar que son armas súper secretas que le dan alergia. Cuando me dijeron que se había acabado el curso, me sentí estúpida, no lo entendí, no les había dado todas las lecciones pertinentes. Ni siquiera hicimos un guateque de despedida, ¡yo quería hacerles una macedonia como las de mi abuelo!

La maternidad debe de ser como volver a nacer, nadie me lo ha dicho así, pero yo creo que es un acto de gratitud a lo divino por las bonitas cosas.

Quisiera ser madre, la maestra de mis hijos. Les enseñaré un idioma inventado para que nadie les haga daño, me tatuaré lo primero que digan. Como nadie consiguió nunca, llenaré un aula de hijos.

Y no volveré a callarme, dios no, no dejaré que mi saco de pensamientos se pierda en un arenal de hostilidad. Que, como bien he dicho, a veces hablar es sembrar en el desierto.

¿Qué importa un idioma u otro? Si hay otros lenguajes, la naturaleza es un lenguaje.

Hemos nacido para cuidar la mecha del espíritu contra las adversidades, por eso hay palabras que debemos proteger y no decir.

Cuando leo, entiendo; a veces, me encuentro en un libro: esto es la divinidad. Lo tenemos todo al alcance de nuestros pies en este mundo. Cuando algo nos detenga, la cabeza señalará y, si no entendemos, el amor será un buen destino.

Pero no recomiendo mi voto de silencio, fue una gran equivocación… Creí que sabían lo que estaba pensando y me darían la razón. Cuando hablé, y me fui, se echaron a reír.. @mundiario
  

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