¿Por qué hay tanto porno gratis en Internet en el siglo XXI?
Una nueva perla de Carla, el peculiar estilo de la joven de barrio del siglo XXI, única por su astucia y por su atractivo físico, que despertará la curiosidad en algunos lectores avezados en busca de perlas interesantes. Relato.
Me da asco el porno, los tíos tratan a las tías como una mierda, los asquerosos van de muy machos, a ver si les gustaría que trataran así a sus hermanas o a sus madres o a sus hijas.
El porno, el opio del siglo XXI, todos los países rivalizan en producir porno, cuanto más desarrollado es un país, más porno produce, es el índice más fiable. El porno más numeroso, el americano; el porno más sofisticado, el inglés; el porno mejor hecho, el alemán; el porno más retorcido, el francés; el porno más machista, el italiano; el porno más basto, el ruso; el porno más bello, el sueco o el danés; el porno más atractivo, el checo y húngaro.
Y hay porno exótico japonés, hay porno indio, hay porno árabe, hay porno turco, hasta hay porno griego y hay porno portugués. Pero apenas hay porno español, y el escaso porno español que hay es cutre, chapucero, frívolo, improvisado, de tercera... como Hispania.
Y yo, por no perder el tiempo, por no joder el portátil, por no malgastar Internet, por no dejar de dormir, paso de historias asquerosas que les gustan a los tíos asquerosos.
¿Por qué hay tanto porno gratis en Internet en el siglo XXI? Una vez los gobiernos pensaron prohibirlo (salió una breve noticia, me acuerdo), y lo olvidaron en dos días.
Porque el porno es el opio del pueblo en el siglo XXI. Si hubieran prohibido el porno, con la crisis económica de mierda que ya dura diez años día-a-día, con tanta corrupción de mierda, con tanta injusticia de mierda, ya habría estallado la gente hace tiempo.
¿Por qué no ha estallado la revolución a pesar de todo? Porque hay porno.
