La poesía de Grace Paley es una forma de prevenir nuestra muerte
La poesía de Grace Paley es el testimonio de una suerte de experiencias vividas donde resignación y trauma están condenados a la conciliación.
Lo más irritante de la poesía es ese carácter premonitorio que presentan algunos textos de los que no puedes, escapar cuando las verdades como puños se sugieren y no se hacen explícitas. Parece que la evidencia nos conmociona menos que la sutilidad de su insinuación. Lo emocionante de la literatura radica en esa paradoja.
Algo así sucede con la poesía de Grace Paley en Fidelity, publicado por fgsbooks, pues la sencillez de su oratoria reclama la presencia una y otra vez de los ausentes, sin obviar una armónica recreación del mundo, donde la naturaleza es un mero espejismo, en el que creemos para asirnos a algún hecho que demuestre nuestra inmortalidad: "Life is as risky as it is branchy treetop and twigtip are only the beginning then comes the westwind to lean ant the northwind to turn" (pág. 26).
Hay severidad en algunos versos en los que la enfermedad y la ausencia adquieren el vigor de una belleza exótica a la par que inhóspita o inasumible: "This morning a man his head hanging from the weak curved stem of neck feeble wife beside him her hands grip a walker a small bag knotted (...)" (pág. 47). Quizá, en la fragmentación del propio lenguaje, encuentre la autora esa manera de manifestar esa indiferencia al dolor ajeno y la importa al nuestro.
Porque Paley escribe versos donde formalmente la realidad se fragmenta en múltiples versiones, en inquietantes resonancias que provienen de estímulos que van más allá de la inmediatez; pertenecen no solo a la experiencia de una vida inspirada en la severidad de los recuerdos, sino también a la ausencia de los que tanto significaron en nuestra vida: "My poems had gotten so heavy I went out walking in the springtime woods and I carried a sack nice blue string bag (...)" (pág. 56). Y, en esa profunda convicción de que nosotros seguiremos el rastro de ellos, la poesía de Fidelity nos convence de esa idea a la que debemos resignarnos con dignidad, nunca con la ira de quien no acepta que los seres humanos formamos parte de un proceso, tan decadente como inexorable, llamado "vida": "One day one of us will be lost to the other this has been talked about but lightly turning away shyness this business of confronting the preference for survival (...) " (pág. 73).
La poesía es la encarnación de esa paradoja. Somos dóciles a los ojos de la muerte porque siempre se consuma, pero rebeldes ante nuestra propia existencia cuando ansiamos resistir aquí como sea
