La obra Mientras embalo mi biblioteca, de Alberto Manguel, narración de envolvente nostalgia

Portada. Mientras embalo mi biblioteca. Alberto Manguel.
Portada de Mientras embalo mi biblioteca, de Alberto Manguel.

La lectura del libro de Alberto Manguel  es placer creativo que  conduce a disfrutar con el universo de la palabra escrita, tiempo transitado en la geografía de la belleza.

La obra Mientras embalo mi biblioteca, de Alberto Manguel, narración de envolvente nostalgia

Abordar la extensa vida y  obra dedicada al libro y la apasionada aventura de leer cogido de la mano de Dante, delirios y pasiones, resulta ser  transcurrir por la biblioteca mágica de Alberto Manguel (Buenos Aires  1948), aquella que “estaba en Francia, dentro de un viejo presbiterio de piedra al sur del valle del Loira, en una aldea tranquila de menos de diez casas” es canto de ternura. "Sin los libros de mi biblioteca soy un cangrejo sin caparazón" Dejamos atrás septiembre   con las agudas las sequías que padece  España, tierra sedienta, agua escasa, dormidera  política intelectual a la que se suma esta otra de la locura suicida de Cataluña. Luego leer en un refugio alejado de la  tragicomedia  de esos personajes políticos de pésima gestión. “Necesito a Dante para mi salud espiritual” expresa Manguel.

La vivencia que se cuenta “Es una elegía por mi biblioteca perdida (perdida por el momento, al menos), a partir de la cual reflexiono sobre muchas otras cosas: el sentido de la pérdida, la biblioteca como orden del universo, el de venganza, la literatura y los sueños” Este apasionado maestro ha recibido el premio Formentor 2017, dotado con 50.000 euros por  méritos propios de una absoluta entrega al mundo del libro. Tiene algo de especial en mi modesta biblioteca al leer esta elegía en las diez maravillosas digresiones que contiene. Muy diferentes en el tema a otras obras, por ejemplo, El sueño del rey rojo donde se muestra que: “Toda lectura verdadera es subversiva, a contrapelo”, como expone Alicia la del País de las Maravillas o la jugosa  Una historia de la lectura, deliciosa narración entre los estudios clásicos, psicología, anécdotas y memorias deslumbrantes para amplia gama de lectores.

Toda nostalgia rezuma recuerdos e intimidades, tiempo vivido. Es lo que siente nuestro protagonista. Dolor de ausencia por verse obligado hace tres años en el antiguo presbiterio de Mondion, pueblo cercano a Poitiers (Francia), a embalar su tesoro. Sitio acogedor  propio de sus criterios del sentir, tras mucho  mundo dispuesto a echar raíces con sus libros. Pero llegó la fatal hora de tener que empaquetarlos con todo el escozor que dicha circunstancia provoca en el ánimo, pero no tiene más remedio que empaquetarlos con gran pesar para enviarlos al “depósito de su editora canadiense en Montreal”, donde aún permanecen en sus cajas.

Con visión objetiva me permito comparar mí modesta biblioteca con la inmensa de Manguel, preguntarme dónde irán mis libros fruto de años y años uniéndoles, del placer de sus contenidos y relecturas; cuando no se tienen herederos de confianza. ¿Embalarlos?, no tiene sentido en mi caso. Entregarlos a una entidad política sea provincial, autonómica o nacional  creo que es abrir surcos en el agua o pescar en el aire. Puede que ir entregándolos a aquellos lectores y amigos que puedan seguir amándolos, mejor que dejarlos en un sótano donde  los devore la humedad del olvido. Mi biblioteca que se transforma  constantemente  con el correr del tiempo.

En la actualidad, Manguel es el director de la Biblioteca Nacional de la República Argentina. Curiosamente igual que su admirado maestro Jorge Luis Borges. a quien sirvió de lector cuando joven dada la ceguera del maestro. A ambos les unen muchas vivencias del mundo de la lectura y la buena palabra escrita más allá de la fama de lo enciclopédico. Felicitemos a la veterana Alianza Editorial y a Eduardo Hojman por su traducción del inglés al español, la edición de esta obra que se suma a muchas otras ya publicadas en dicha veterana y rica colección. @mundiario

 

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