Novelas con Irlanda como destino literario: Tierra de Esperanza

Novelas sobre Irlanda.
Novelas sobre Irlanda.
Irlanda posee un coctel de factores que la convierten en un atractivo destino literario. Analizamos algunas novelas y la última creación: Tierra de Esperanza, de Juan A. Rodríguez.
Novelas con Irlanda como destino literario: Tierra de Esperanza

¿Qué es lo que nos atrae de Irlanda? Lo cierto es que Irlanda es una nación con la que España siempre ha sentido cierta empatía. Su profundo catolicismo, su opresión por la Pérfida Albión, su personalidad tan manifiesta y próxima a la identidad de Galicia, y su apasionante y conflictiva historia reciente le han hecho ser un país especialmente atractivo. Por todo ello, se ha convertido una importante fuente de inspiración literaria que se ha materializado en una centena de obras.

Del relato corto al “novelón”, la trilogía o a los 26 títulos de  la saga de la hermana Fidelma, de Peter Berresford Ellis, debe reseñarse que han sido muy variados los géneros que se han abordado en ellas. Desde la novela puramente histórica al thriller político, la novela romántica o al noir, han dado lugar a novelas archifamosas como “Las Cenizas de Angela” de Frank Mc Court o “El sueño del celta”, del Nobel peruano Mario Vargas Llosa. Pero entre autores menos conocidos hay decenas de obras que suponen un interesante periplo por la geografía, la historia y el contingente humano de Irlanda.

De la antigüedad a hoy, distintas épocas han sido los marcos temporales de estas creaciones. Desde la Edad del Bronce, al medievo, los naufragios de la Gran Armada o el Belfast de los 80. 

Seleccion de novelas ambientadas en Irlanda

Novelas.

De la antigüedad a hoy distintas épocas han sido los marcos temporales de estas creaciones. Desde la Edad del Bronce, al medievo, los naufragios de la Gran Armada o el Belfast de los 80, entre otras, pueden citarse “Lerna”, de Javier Pellicer Moscardó (Edhasa)  que aborda uno de los mitos fundacionales de Irlanda del Lebor Gabala (Libro de las Invasiones) en la Edad del Bronce.

“La huella blanca y Los hijos del caballo” de Ana B. Nieto ( Ediciones B) nos traslada a una historia de piratas, druidas, reyes y poetas, a través de una saga familiar entre el mundo celta y el cristianismo del siglo V.

“La cofradía de la Armada Invencible” (Edhasa, 2016), primera novela del conocido escritor Emilio Lara, parte de la figura de Felipe II que encomienda a una cofradía de Cartagena unirse a la Gran Armada, mal llamada Armada Invencible y expulsar a los soldados ingleses de la isla. 

"La posada del viajero"( Amazon 2019) de Armando Rodera, arranca del condado de Cork en Irlanda para viajar a la Cuba colonial a las villas marineras de Cantabria, en un coctel de romance e intrigas afines del XIX..

La mujer que llegó del mar”(Random)  de Mercedes Guerrero narra la historia de una joven que huye de la Alemania nazi  y llega a la Irlanda de la Segunda Guerra Mundial, dividida entre el odio a los nazis y su histórica animadversión hacia los ingleses. Por último ,y por ser la más reciente, "Tierra de Esperanza" ( Caligrama 2020)  del autor mallorquín Juan A. Rodríguez haremos un análisis detallado.

Tierra de Esperanza

Portada de Tierra de esperanza, de Juan A. Rodríguez. / Caligrama

Juan A. Rodríguez (Palma de Mallorca, 1973) publica en Caligrama (sello de Penguin Random House) esta novela de ficción histórica ambientada en la Irlanda rural de la segunda mitad del s. XIX. Los años de la Gran Hambruna ocasionarían dos millones de muertos y otros dos millones más serían obligados a emigrar a Estados Unidos o Canadá. El relato, inspirado en hechos reales se construye personalizado en la familia Hunt, pero es también la historia de Irlanda y la del ingente contingente humano que atravesó mares y océanos con la esperanza de una vida mejor.

La hermosa balada “Kilkelly, Ireland”, que se ha convertido en la canción más famosa sobre la Gran Hambruna, inspira la historia de unas olvidadas cartas que conectarán el pasado con el presente, la vieja Irlanda con el Nuevo Mundo y la familia que permaneció en la isla con la que emigró a Nueva York.  Una situación que permite al autor conformar un mosaico de personajes, ambientes, sentimientos y escenarios de gran atractivo que se irán imbricando para construir una historia dura pero rica en destellos de humanidad y emoción.

El autor hace una extraordinaria y lírica semblanza de la Irlanda profunda y rural, con sus costumbres, música y tradiciones y unos paisajes marcados por el drama, pero también por un gran aliento poético. La ambientación enhebra a los personajes, con unas vivencias que subrayan el inolvidable ejemplo de una comunidad que resiste con orgullo y sacrificio momentos de una enorme crudeza. Una visión poliédrica con muchos ángulos (sociológicos, políticos, etnográficos y artísticos) que confluyen en una narración llena de matices.

La conexión entre el viejo y el nuevo mundo, llega de la mano del horror de los peligrosos viajes en barco a través del Atlántico, en los veleros denominados “barcos-ataúd”. Al llegar, una Nueva York también inhóspita permite al autor deslumbrar con una impactante descripción de los barrios bajos y sus bandas, la corrupción política y la lucha por los derechos sindicales en el marco de la gran expansión de la ciudad. Pero también asistiremos a las consecuencias de la guerra de Secesión americana o cómo la polvorienta California contempla la carrera y la fiebre del por el oro.

La muerte por inanición, la emigración forzada, el abuso del alcohol, la lucha por la justicia en el trabajo, la rebeldía y el orgullo republicano irlandés, o la sinrazón de la guerra, se entremezcla con la ira (aún en minúscula) contra la tiranía inglesa o el germen de la lucha antibritánica. Unos momentos en los que el lector llega a sentir casi la pulsión del melodrama:  “…Millones de inmigrantes europeos soñaban con esa tierra dorada y plena de oportunidades, Irlanda…donde ese verde se tornaba en desesperanza tras cada lluvia, tras cada fallecimiento de un niño, de una madre o de un anciano. El hambre no les permitía pensar en otra cosa que no fuera en aplacar el dolor puro y visceral que se siente cuando no hay casi nada que llevarse a la boca”.

El autor mallorquín en "Tierra de Esperanza", su última novela, ha evolucionado y aún teniendo un estilo personal rastreamos la presencia de Edward Rutherfurd, rasgos de algunas de las historias de Ken Follett, de escritores con raíces irlandesas como Timothy O’Grady, sin olvidarnos de clásicos como Dickens y Stevenson, o incluso el eco de las películas de John Ford.

Juan A. Rodríguez ha sabido construir una historia que no sólo expresa la fascinación por la vieja Irlanda, su devenir histórico, y el poder de superación de un pueblo, sino también la vigencia de sentimientos y valores universales y eternos. Pero quizás lo más importante, "Tierra de Esperanza" constituye la prueba irrefutable de la prodigiosa aventura que supone viajar a través de las páginas de la Literatura. @mundiario

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