Una novela de Valeria Luiselli sacude la conciencia de Donald Trump

Valeria Luiselli. / RR SS
Valeria Luiselli. / RR SS
Con Barack Obama ya se separaban a los niños de sus padres inmigrantes considerados ilegales pero con Donald Trump esto fue a más y acabó convirtiéndose en propapaganda política del inquilino de la Casa Blanca.
Una novela de Valeria Luiselli sacude la conciencia de Donald Trump

Una novela de Valeria Luiselli (Ciudad de México, 1983) sacude la conciencia de Donald Trump. Se titula Desierto sonoro y cuenta unas historias tremendas. Según la autora, con Barack Obama ya se separaban a los niños de sus padres inmigrantes considerados ilegales pero con Donald Trump esto fue a más y acabó convirtiéndose en propaganda política del inquilino de la Casa Blanca. La escritora mexicana, reciente finalista del Premio Booker, recupera en su tercera novela –editada por Sexto Piso– este tema de los niños migrantes y explora cómo se construyen la identidad y la memoria. La escritora mexicana, que reside en Nueva York, se inspira, pues, en un drama que afecta ya a cientos de miles de niños indocumentados.

En la novela, un matrimonio en crisis viaja en coche con sus dos hijos pequeños desde Nueva York hasta Arizona. Ambos son documentalistas y cada uno se concentra en un proyecto propio: él está tras los rastros de la última banda apache en rendirse al poder militar estadounidense; ella busca documentar la diáspora de niños que llegan a la frontera sur del país en busca de asilo.

Mientras el coche familiar atraviesa el vasto territorio norteamericano, los dos niños, sentados en el asiento trasero, escuchan las conversaciones e historias de sus padres y a su manera confunden las noticias de la crisis migratoria con el genocidio de los pueblos originarios de Norteamérica. En su imaginación, estas historias se entremezclan, dando lugar a una aventura que es la historia de una familia, un país y un continente.

Desierto sonoro, la tercera novela de Valeria Luiselli, combina lo mejor de dos grandes tradiciones literarias, la del viaje y la del éxodo: trasiega por el asfalto y atraviesa horizontes desérticos, se detiene en moteles de carretera y penetra en los territorios íntimos de sus personajes, ofreciendo con precisión una serie de instantáneas que retratan las infinitas capas del paisaje geográfico, sonoro, político y espiritual que conforman la realidad contemporánea. "Mientras los niños exiliados de hoy no tengan la palabra, que la tendrán, nuestra responsabilidad es dejar testimonio para el futuro", sostiene esta autora.

Sus editores de Sexto Piso hablan de un relato conmovedor y necesario que muestra la fragilidad con que se definen los lazos familiares, indaga en la manera en que documentamos nuestras existencias y pasamos las historias de generación en generación, y se pregunta qué significa ser humano en un mundo cada vez más deshumanizado. La traducción al español es de Daniel Saldaña París y de la propia Valeria Luisell. @mundiario

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