El #NewLatinoBoom de la literatura en Estados Unidos

Naida Saavedra. / Cedida
Naida Saavedra. / Cedida
"El #NewLatinoBoom es el movimiento literario en español propio de Estados Unidos en el siglo XXI. En los últimos años he observado la fundación de editoriales independientes que se dedican a publicar en español exclusivamente. Hay una puerta abierta hacia la publicación en español en este país", explica Naida Saavedra en esta entrevista.
El #NewLatinoBoom de la literatura en Estados Unidos

Naida Saavedra (Venezuela, 1979) es escritora de ficción, crítica literaria y docente, además de haber colaborador en MUNDIARIO. Ha publicado Vos no viste que lloré por vos (2009), Habitat (2013), Última inocencia (2013), En esta tierra maldita (2013) y Vestier y otras miserias (2015). Es Doctora (Ph.D.) en Literatura Latinoamericana y su investigación aborda la literatura Latinx. En 2019 publicó New Latino Boom (Beisman Press), un estudio sobre el movimiento literario en español propio de los Estados Unidos en el siglo XXI. Vive en Massachusetts donde es profesora de Worcester University y tengo el gusto de charlar con ella.

— ¿Hace cuánto tiempo emigraste de tu país y cómo te apropias de ese país nuevo? ¿En la vida cotidiana, el lenguaje juega algún rol en esa apropiación?

 — Llegué a Estados Unidos en 2001 y por mucho tiempo me sentí visitante. Por ello no me apropiaba de ese país nuevo. Con los años y la maternidad empecé a sentirlo mío; realmente no siento que me apropié del país, sino que me pertenece por todo lo que hecho aquí. El lenguaje juega un rol crucial; el español maracucho que yo solía hablar ha evolucionado por el contacto con el inglés, por mi trabajo como profesora de lengua y literatura y por la conexión con otras formas del español, empezando por mi casa con el vocabulario peruano de mi esposo. Esta mezcolanza divina no sería posible si yo no perteneciera a Estados Unidos.

— Cuando regresas a tu país o comparas tu obra con la de escritores que residen en tu país, ¿notas que te hayas distanciado?  Si la respuesta es sí, ¿lo consideras positivo o negativo? Si la respuesta es no, ¿qué crees que hace que se conserven esos lazos?

— En los últimos quince años solo he ido a Venezuela una vez. La poca frecuencia de mis viajes se debía a cuestiones migratorias y luego a la situación política y económica por la que atraviesa Venezuela en este momento. No puedo decir que me distancié de la obra de escritores que residen allá puesto que nunca he pertenecido al círculo. Una de las razones de esto quizás sea que empecé a escribir en Estados Unidos, nunca lo hice cuando vivía allá. El hecho es que, aunque soy venezolana, también pertenezco a este país, soy una Latina writer además de una autora venezolana radicada en Estados Unidos. Sin embargo, conservo lazos, me une la experiencia de haber crecido en Venezuela, el estudio que hecho de la literatura venezolana y los grandes amigos que tengo en el mundo literario. Quizás sea atinado decir que soy una escritora in between o que vive en una frontera literaria. Esto para mí es positivo, me nutro de las tradiciones literarias, sigo el trabajo de autores y editoriales en Venezuela y fuera. Estoy pendiente de todo.

— Existe en América Latina cierta convicción de que, quien quiere triunfar como escritor, ha de intentarlo en Europa o EE UU. Ahora que estás viviendo la experiencia de este intento, ¿crees que tal convicción es acertada?

— Esto es falso. Quien quiera triunfar lo que tiene que hacer es sentarse a escribir y entablar conexiones. 

— Como escritora y como emigrada, ¿qué cosas facilitan tu profesión y qué cosas la dificultan?

— Mi profesión de escritora es difícil de llevar. Dispongo de muy poco tiempo para escribir. Ya quisiera yo sentarme a escribir por ocho horas diarias pero hay que trabajar. Eso no tiene que ver con ser emigrada sino con vivir en este mundo moderno en el que si no te montas en el aparato y vas rápido te quedas (sin pagar la luz y el agua). Ser madre es otro factor que afecta mi rol de escritora, no en el aspecto creativo, porque tengo más ideas que nunca, sino en el práctico; no me alcanzan las horas del día para ser madre, profesora y escritora al mismo tiempo. Sin embargo, no me quejo, tengo la dicha de ver mis palabras en papel y afortunadamente, tengo una pareja que me apoya, al ser artista e inmigrante también entiende perfectamente el valor de unos minutos para escribir algunas líneas. 

— Tomando como punto de partida la pregunta anterior, abro el siguiente hilo: el 14 de septiembre de 2014, publicaste en suburbano.net un artículo titulado La literatura venezolana sí existe, señores En él lamentabas el anonimato de la literatura contemporánea de tu país, te referías a ella como “invisible”. A la fecha, 2019, no son pocas las firmas venezolanas que lideran los catálogos de grandes editoriales, es el caso, entre otros, de Rodrigo Blanco Calderón, Karina Sainz Borgo (fenómeno editorial nunca antes visto), Alberto Barrera Tyszka. Y aquí, en Estados Unidos, son varios los autores venezolanos cuyas firmas ocupan posiciones muy respetables. ¿A qué atribuyes esto? 

— La literatura venezolana del siglo XX sigue siendo muy poco conocida fuera de Venezuela. Los cambios en cuanto a la percepción y el seguimiento de la producción literaria del siglo XXI se deben al gran éxodo de escritores venezolanos. Es la única consecuencia positiva de la dictadura instaurada en Venezuela; ahora la gente conoce a escritores venezolanos fuera del país. Eso me alegra muchísimo y me da esperanza de que la literatura de las décadas pasadas empiece a llamar la atención también y sea traducida al inglés y a otros idiomas. 

— ¿Crees que se hace un tipo de literatura adentro de Latinoamérica distinto al que hacen los latinoamericanos en el extranjero?

— Sí, la realidad del inmigrante latinoamericano tiene un impacto en su producción literaria. Los niveles de adaptación y/o resistencia varían en cada caso pero siempre hay un sentimiento de choque y transición. Si la literatura se nutre de la experiencia de los autores, entonces la transformación que atraviesan cuando salen de su país natal está presente en lo que escriben, de alguna u otra manera. 

— ¿Qué es el #NewLatinoBoom y cómo llegas a acuñar el término?

— El #NewLatinoBoom es el movimiento literario en español propio de Estados Unidos en el siglo XXI. En los últimos años he observado la fundación de editoriales independientes que se dedican a publicar en español exclusivamente. He visto un estallido de poemarios, novelas, cuentos, crónicas, antologías y concursos literarios. Hay revistas y espacios físicos, hay publicaciones en papel y en formato ebook, hay presentaciones de libros, lecturas, reseñas, artículos periodísticos, movimiento en las redes sociales y eventos culturales que siguen y se nutren de la producción literaria en español dentro de Estados Unidos. Ahora los autores latinoamericanos radicados aquí no tenemos que mirar exclusivamente hacia España, México o Argentina para publicar nuestras obras. Esto es trascendente: hay una puerta abierta hacia la publicación en español en este país. Además, se ha dado una especie de colaboración orgánica entre organizaciones y actores culturales ubicados en Chicago, Miami y Nueva York, La gente está trabajando en conjunto para darle fuerza al movimiento, el cual se traduce en una forma de resistencia: apostar por el idioma español dentro del ambiente político en que nos encontramos, en donde todo lo que sea minoritario es atacado de manera frontal. Por ello me dispuse a estudiar el movimiento y a documentarlo. Considero de suma relevancia publicar un reporte y dejar sentadas las bases para futuras investigaciones. De allí que empecé por acuñar el término y lo hice en mayo de 2017 a través de Twitter usando la etiqueta #NewLatinoBoom. Con ello indico que sin duda es una explosión pero lo diferencio del Latino Boom de los 90 y el boom latinoamericano de los 60. Este boom es nuevo y único. Tengo la buena noticia de que la investigación que he hecho se cristalizó en un libro de ensayo que será publicado por El BeiSMan PrESs próximamente.

— Cuéntame de Desordenadas, tu nuevo libro de cuentos. Háblanos un poco del proceso creativo detrás de él. ¿Cuál de las historias fue la que más te costó sacar adelante y por qué?

— ¡Desordenadas me alegra la vida! Es un libro que reúne cuentos escritos durante los últimos diez años. Algunos fueron publicados en revistas, otros eran inéditos, y todos encontraron en Desordenadas un lugar común. Hay muchas mujeres en sus historias y hay caos, desasosiego, drama y al mismo tiempo humor y amor. Al tratar de ver el libro objetivamente, me encuentro con mi transformación como escritora y como persona. A través de los años, las voces que se oyen son diferentes, el manejo del lenguaje cambia y los temas varían. Eso lo hace rico.  La historia que más me costó sacar adelante es la primera, “Una cosa sin sentido.” Me costó mucho porque no lograba darle forma de cuento y al final me di cuenta que era un manifiesto. Luego me sentí muy satisfecha con el texto; se escucha una voz que nunca había intentado buscar.  Desordenadas me ha llenado de energía. Así que aquí sigo porque hay mucho que decir. @mundiario

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