Habitación 300: Música para los nostálgicos y las palabras mágicas de la felicidad

Vista nocturna de la ciudad de Shangai.
Vista nocturna de la ciudad de Shangai.

Esta princesa no tenía a nadie y cruzaba puentes sobre los ríos, como aquel en el que mamá me había dicho que me encontraron, cuando me reí con ellos… / Relato literario

Habitación 300: Música para los nostálgicos y las palabras mágicas de la felicidad

Apenas pasó el tiempo en mis huesos, como tampoco he visto erosión alguna en el monte que enarbolaba mi ventana. Como muchos prefieren mar, yo siempre elegí ventana.

¿A quién no le gusta, al viajar en coche, contemplar el rápido paisaje en una secuencia de pensamientos? Recuerdo el camino de vuelta a los sábados de la casa de los abuelos. Los pinares en un claroscuro y lucecitas de los pequeños poblados, acompañados de M80-Radio, porque a la familia les gustan los clásicos de su adolescencia. En particular, yo sentía aquella pueril nostalgia cada vez que sonaba Voyage voyage, atraída por el idioma francés.

Ya de pequeña solía hablar de sentimientos. Creía haber obtenido una gran experiencia de un año para otro, creía que llegaría a alguna conclusión un día. Entonces Iria me llevó a un pub un domingo por la tarde e intentó hacerme un juego sexual con su novio. Desde aquello, mi salón fue como una madriguera para una criatura amenazada y procuré callar en vez de cambiar de tema.

Las voces siguieron alzándose rudas y oscuras, el tiempo nos llevó a todos en su viaje.

Me entrego a la suspicacia y me rindo. Renuncié a todo por miedo y por amor y nada cambió en mi soledad, en estos huesos.

Yo sospecho todo esto, sobre todo que soy francesa. Pero, sobre todo, hay algo en el aire que me envenena, como si no respirase el mismo aire que todos.

Alguien me hará protagonista de un cuento de hadas con final feliz y la historia volverá a engañarnos a todos, como mi vida ha sido un engaño tan cruel como predecible.

Esta princesa no tenía a nadie y cruzaba puentes sobre los ríos, como aquel en el que mamá me había dicho que me encontraron, cuando me reí con ellos…

Entonces, la vida es tan sólida y sencilla como los teoremas y hasta explota cuando atas cabos.

Pero el amor de la familia, el haber nacido del amor, vale todo el oro de una bruja.

Me arrojé al mundo más crudo y campante en busca de mi lugar, que no tiene esa mirada a los ojos de la sinceridad.

La canción sigue sonando asaltándome de vez en cuando. Mi vida es un claustrofóbico déja vu. Algunos seres queridos han ido falleciendo a la vez que mis esperanzas de cruzar los Pirineos.

Me quedaré aquí para siempre, con esa duda de un futuro en donde nací. Aquí yacerán mis huesos, seré enterrada con ellos a pesar de todo. Sigo preguntándome si llegaré a ser feliz con alguien o algo. Me conservo, permanezco recién llegada, como el marisco en conservas. Siento que he perdido algo por los ojos, como un vaho que me llenaba, y ahora está en el aire. @mundiario



  

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