¿Por qué con la música atonal nos cuesta más emocionarnos?

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Arnold Schönberg revolucionó la música. / biografiasyvidas.com
Son varios los autores que advierten la complejidad de esta música para su audición, su comprensión e interpretación. De ahí quizás la tendencia a calificar esta nueva música de más cerebral y menos emocional.
¿Por qué con la música atonal nos cuesta más emocionarnos?

La música atonal, más comúnmente conocida como música contemporánea, es la que socialmente provoca cierto rechazo. La música atonal nació a principios del siglo XX y se caracteriza por la ruptura con el sistema tonal en el que estamos enculturizados. La atonalidad nació como ingrediente esencial de la música expresionista, estilo surgido a partir del expresionismo en literatura y pintura, que pretendía ser una nueva forma de expresión y de lenguaje por medio de los cuales plasmar a través del arte las realidades humanas de una manera más expresiva.

Antes de analizar las emociones en la música contemporánea, es importante explicar, los conceptos de música contemporánea, atonalidad y su diferencia con la tonalidad.

El término música contemporánea se refiere a un tipo de música concreto, de tradición “clásica”, que no responde de manera exacta al vocablo contemporáneo, que incluiría cualquier estilo de música del tiempo actual. De ahí que se prefiera la utilización de la expresión música atonal para hacer referencia al estilo musical que surge como ruptura con el sistema de la tonalidad reinante durante casi cuatro siglos.

El sistema tonal o tonalidad es el predominante en la música occidental desde 1650 hasta principios del siglo XX, y está basado en la organización jerárquica de los sonidos de la escala. Aunque la escala del sistema occidental está compuesta por doce sonidos, el sistema tonal utiliza principalmente siete sonidos do-re-mi-fa-sol-la-si-do.

Dentro de esta escala, unos sonidos son más importantes que otros, existiendo una nota central de atracción denominada tónica de ahí, el término tonalidad, en torno a la cual giran el resto de los sonidos de la escala, cada uno de ellos con funciones diferentes de reposo, energía…. Así, un oyente puede intuir o predecir cuándo la música llega a su fin o qué sonido sigue a otro.

Sin embargo, la atonalidad, sin tonalidad, implica la ruptura con este sistema jerarquizado. De manera que todos los sonidos tienen la misma importancia, no existiendo relaciones funcionales entre ellos. De ahí que pueda resultarnos un estilo caótico. Arnold Schönberg fue uno de los primeros compositores en abandonar la tonalidad.

La música integra experiencias físicas, cognitivas y afectivas, siendo la emoción una de las características más salientes, y así lo revelan diferentes investigaciones, que han mostrado que por medio de la música se alcanzan los máximos niveles de emoción, por delante de las actividades deportivas, la gastronomía o la actividad sexual.

La música siempre ha estado, y está, presente en nuestras vidas, especialmente en aquellos momentos más emotivos y socialmente relevantes. No hay duda de que la música refuerza e intensifica las emociones que sentimos no solo en la vida ficticia, sino también en la realidad. ¿Cómo sería una película sin música?

Es indiscutible la relación entre la música y la emoción , su estudio es interdisciplinar, ya que en él confluyen los campos de la psicología, la música, la filosofía, la educación, las neurociencias y, por tanto, es desde esta dimensión multidisciplinar desde donde debemos explorar y abordar el emocionante mundo de la música. @mundiario

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Referencia: Artículo “Audición, cognición y emoción en la interpretación de música atonal por estudiantes de grado superior de música”. Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, cuya investigadora principal es la Dra. Ana Laucirica Larrinaga.

 

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