Los museos holandeses reconocen el robo de 170 obras de parte de los nazis

El Bosque de La Haya con vistas del Palacio Huis ten Bosch, de Joris van der Haagen. RR SS.
El Bosque de La Haya con vistas del Palacio Huis ten Bosch, de Joris van der Haagen. / RR SS.

El reconocimiento abre las puertas a la devolución de dichas piezas a sus dueños originales. Las obras se encuentran repartidas entre 42 centros de arte que se ubican en distintos puntos del país.

Los museos holandeses reconocen el robo de 170 obras de parte de los nazis

La Asociación Holandesa de Museos calcula que en 42 centros de arte del país, están guardados 170 cuadros, dibujos, esculturas y otras obras de arte que supuestamente fueron sustraídas a los judíos antes o durante la Segunda Guerra Mundial. La cifra es la conclusión de las investigaciones iniciadas por las propias salas de arte que han elaborado un inventario con las adquisiciones entre los años 1933 y 1955. La lista incluye piezas de gran valor y facilitará su devolución a los dueños legítimos, muchos de los cuales fallecieron en campos de concentración.

Entre las obras más importantes de la colección, se encuentra Salomé con la cabeza de Juan Bautista, de Jan Adam Kruseman, que forma parte de la colección del Rijksmuseum, de Ámsterdam. El centro continua investigando sus fondos en busca de otros que pudieron haber llegado sin las garantías necesarias. La lamentación sobre Cristo muerto, de Hans Memling, del museo Boymans van Beuningen, de Róterdam es otras de las obras con un pasado oscuro.

Una decisión difícil

Entre los países que han optado por esta iniciativa, también figuran Francia, Reino Unido y Austria, que buscan desde 1998 el arte robado, comprado o confiscado por los nazis a coleccionistas o marchantes judíos. La labor es difícil y delicada puesto que se trata de unos fondos incluidos desde hace décadas en sus colecciones y que podrían perder luego de comprobarse que fueron obtenidas de forma ilícita. La asociación ha asegurado que algunas de las obras no fueron obtenidas directamente de los nazis, sino que llegaron por medio de subastas o por compras a coleccionistas particulares, que quizás desconocían la suerte de sus dueños originales. Pero otros casos reseñan que los encargados sencillamente no revisaron la documentación. Por esta razón en la lista lanzada por la Asociación de Museos también incluye objetos de rituales judíos como cinturones de oración, cuencos funerarios o candelabros. La lista aún resulta incompleta, por lo que “permanecerá abierta hasta que haga falta”.

Las obras obtenidas antes de 1933 o luego de 1945 no forman parte de la investigación. La investigación incluye registros de compra, anuarios, archivos privados, documentos firmados de adquisición e incluso las memorias de testigos de la época. Para confirma que fueron robadas, las obras deben ser supervisadas y demostrarse que su venta fue forzosa, y así dan rienda suelta a la Comisión para la Restitución, conformada por expertos historiadores que forman parte del Instituto para la Investigación de la Guerra, el Holocausto y el Genocidio.

Desde el año 2000 fue creado el Comité de Restitución en Holanda y se encarga de examinar las denuncias interpuestas por las familias judías. A la fecha, el comité ha devuelto hasta 460 obras. Una de sus contribuciones más interesantes fue la que involucró a la familia real holandesa. La reina Juliana, abuela del actual rey Guillermo, compró en 1960 la tela El bosque de La Haya con vistas del palacio Huis ten Bosch, de Joris van der Haagen. En 2003 se demostró que la obra fue robada por los nazis, así que la Casa de Orange decidió devolverla cuando lo certificaron. @mundiario

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