Las mujeres y la Orquesta Filarmónica de Viena

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Orquesta Filarmónica de Viena.
La orquesta vienesa, una de las primeras del mundo en calidad, es la única orquesta clásica vetada a las mujeres.
Las mujeres y la Orquesta Filarmónica de Viena

La Orquesta Filarmónica de Viena nace en 1842 de la mano de Otto Nicolai y es considerada, actualmente, una de las mejores orquestas a nivel mundial. La sede de sus conciertos se encuentra, desde 1870, en el Musikverein. Los miembros de la orquesta son escogidos de la Orquesta de la Ópera Estatal de Viena. Este proceso es muy largo, con cada músico probando su capacidad por un mínimo de tres años tocando para la Ópera y el Ballet. Una vez pasado este tiempo pueden solicitar a la Plana de la Wiener Philharmoniker ser considerados para obtener un puesto en la orquesta. Desde el año 1959 se retransmite en directo el Concierto de Año Nuevo para una audiencia potencial de 50 millones de personas de casi un centenar de países.

Desde su nacimiento en 1842 la orquesta estaba formada únicamente por músicos masculinos y no fue hasta 1997, en una asamblea general formada por los 150 músicos de la filarmónica, la toma de la decisión de incluir mujeres en su plantilla, poniendo fin a una de las mayores polémicas de los últimos años en el mundo cultural austríaco. De hecho se habló de la posibilidad de disolverse ya que su presidente Werner Resell, llegó a declarar que el problema de la admisión de mujeres eran los permisos de maternidad de las mismas.

De los 145 músicos, tan sólo 15 son mujeres y sostienen su teoría de que la única cuestión para pertenecer a dicha orquesta es la excelencia musical. ¿Qué es lo que está pasando? Según este curioso e insólito criterio la proporción sería de un 90% hombres, extraña cuestión, ya que si consultamos los números de la Universidad de Música y Arte de Viena, hay un 56% de mujeres músicas frente a un 44% de hombres.

En el año 2012 existe publicado un artículo en el que alude expresamente al machismo de la Orquesta Filarmónica de Viena y en donde, en ese mismo año en el Concierto de Año Nuevo, sólo se vieron dos mujeres y, curiosamente, el año anterior se habían visto seis. Una sola directora, Simone Young, dirigió la filarmónica en varias ocasiones pero nunca en año nuevo. Nunca antes ninguna directora había pisado el escenario de la Orquesta Filarmónica de Viena. No fue hasta 2011, cuando Albena Danailova se incorporó como primera mujer concertino. Podemos seguir buceando para ver la presencia de mujeres por años, pero sería una pérdida de tiempo porque sin ir más allá este año, en pleno 2020, tan sólo pudimos ver a cinco.

Es innegable el hecho de que poco, o muy poco, hemos podido avanzar en estos últimos 50 años en la incorporación de la mujer como instrumentista de orquesta o como directora y ya no digamos como compositora. Los datos son abrumadores, sólo el 10% de directores de orquestas del mundo son mujeres. Estamos presenciado que las mujeres en la música son absolutamente silenciadas por la desigualdad de género y no solamente en la música clásica, sino también en todo el proceso de la industria musical ya que las diferencias entre hombres y mujeres son abismales. Discriminadas, subrepresentadas, con sueldos injustos... Las mujeres músicas, compositoras y directoras deben y quieren salir de la sombra en la que han estado y en la que realmente han sido sometidas desde siempre.

Recientemente, en febrero del 2019, varias mujeres músicas, compositoras y activistas se reunieron en la sede de las Naciones Unidas para discutir sobre la desigualdad de género. Existe la ONG “Women in Music”, organización que invita específicamente a discutir y solucionar estos desafíos. Estamos hablando de que la división de género en cifras recogidas por varias organizaciones y medios de comunicación es alrededor de un 70% hombres y un 30% mujeres.

Pero esta enorme desigualdad es mundial ya que en Estados Unidos sólo el 15% de las discográficas son propiedad mayoritaria de mujeres, en Canadá apenas el 6% y en Europa las compositoras registradas suman apenas un 20%. Datos del 2018 revelaron que solo 76 de los 1445 conciertos de las orquestas de música clásica incluyeron al menos una pieza compuesta por mujeres y, de entre todas las obras que se tocaron (más de 3500), sólo el 2,3% fueron escritas por compositoras. Las cuotas también se pueden aplicar a la cantidad de mujeres que participan en festivales de música, a las directoras de escuelas de música y conservatorios, a los proyectos musicales liderados y coordinados por mujeres, a las gerencias de las Orquestas Sinfónicas o los cargos de Directoras Generales de Cultura de todos los organismos e instituciones tanto públicas como privadas.

Se necesita que los hombres se incorporen, ayuden, que no se sientan menos, sino que vean que simplemente estamos ocupando un lugar equitativo y justo, a su lado. Mujeres y hombres de todo el mundo poco a poco están haciendo de la desigualdad de género en la música, un problema cada vez más evidente, y debemos ser capaces de ver que la Orquesta Filarmónica de Viena es tan solo la punta del iceberg. El cambio está en nosotros, el cambio es ahora. @mundiario

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