Madera de Boj, de Camilo J Cela, editada en rústica por Colección Austral

Muchos escritores, críticos, comentaristas, analistas han coincidido en señalar a don Camilo como el mejor escritor en lengua castellana, no dicen el mejor novelista, sino el autor que mejor sabe escribir, en utilizar adecuadamente las palabras.

Madera de boj es una novela muy densa; no es fácil leerla, y menos de tirón. No engancha por su planteamiento, nudo y desenlace, que no tiene. De hecho el propio Cela dice en la novela varias veces: -“la vida no tiene argumento- hoy hay una preocupación enfermiza por el orden-ahora ya no es como antes, ahora la gente ha descubierto que la novela es un reflejo de la vida”- Para él la novela está ordenada, como en las otras, ya está escarmentado de llevar la contraria.

Madera de boj se desarrolla en la Costa da Morte, se llama Costa da Morte por el gran número de muertos ahogados y barcos que se han ido a pique en esta zona entre Punta Roncudo y Finisterre. La navegación desde el norte de Europa hacia el sur, África o Sudamérica, pasa por esta costa, los capitanes de los barcos tienen instrucciones de sus compañías pasar cerca de la costa, así ahorran combustible. Algunas veces un temporal de grandes olas meten agua en las máquinas y éstas paran, el resto lo hace la mar, el barco queda a la deriva, se acerca a tierra, se destroza contra las rocas entre grandes olas de espuma blanquecina.

La novela es una crónica de los numerosos naufragios de barcos

Se trata de naufragios salpicados entre las páginas de una historia inconexa de personajes variopintos y sus anécdotas, narración llena de nombres propios, playas, puertos, barcos, naufragios, cabos, montes o pueblos. Una mezcla de refranes en gallego, dichos, pensamientos, partes de canciones folklóricas, ocurrencias, como el sueño de la familia de Cela que quiere construir una casa en la costa con madera de boj, o decir que los pimientos de Herbón hay que freírlos sin rabo para que no amarguen, o querer llegar a Padrón por el río con la marea alta.

Resumiendo: Camilo J. Cela empezó la novela después de recibir el Premio Nobel en 1989, anunciaba que le costaría terminarla, Espasa la publicó en 1999, Cela tenía ya 83 años. Es una obra de arte, con un lenguaje maravilloso, una sucesión constante de palabras escogidas, un léxico brillante, mezcla de castellano y gallego, idiomas en armonía maravillosa que hará a los castellano- parlantes acudir al pequeño diccionario en el anexo.

Para los amantes de la literatura de Cela es la culminación de la trilogía gallega: Mazurca, La cruz de San Andrés y Madera de boj, lejos de otras lecturas más fáciles como La familia de Pascual Duarte de 1942 o La Colmena de 1951. No obstante, Madera de boj, leída con pausas, es una gran novela. Don Camilo José ya no escribió más, al morir a la edad de 86 años el año 2002. @mundiario