Sin respeto no hay ninguna libertad plena

Un crucero.
Un crucero.

Los cristianos en general, y los católicos en particular, exigimos respeto a nuestra libertad religiosa.

Sin respeto no hay ninguna libertad plena

Mofarse del cristianismo en general, y del catolicismo en particular, está de moda, tal vez porque  sale gratis. Y sale gratis, por convicción de los propios creyentes, porque el principio básico del cristianismo es amar a los demás como a uno mismo, aunque, a veces, resulte difícil cumplirlo.

Santiago de Compostela ha vivido el escarnio y la profanación oral de que han sido objeto la Virgen y el Apóstol Santiago, por parte del pregonero del carnaval, con el beneplácito del alcalde de la ciudad. Una ciudad, dicho sea de paso, que se sostiene sobre un pilar fundamental para su economía: el turismo cultural y religioso, hecho que olvida, consciente, tozuda y reiteradamente, el actual alcalde.

En Las Palmas, la burla ha sido  visual: una representación de la Sagrada Cena y la Virgen, con tintes de homosexualidad, ambigüedad o vaya usted a saber.

En Santa Cruz de Tenerife el concejal de Igualdad, con buen criterio, pidió  la prohibición de cantar sus letrillas a una murga que se mofaba de  homosexuales, transexuales, bisexuales, gays y lesbianas. Porque también en este caso se produce una denigración pública sobre un determinado comportamiento.

¿Cómo se habrían comportado los alcaldes de Santiago y Las Palmas, si en sus ciudades hubiera ocurrido algo similar a lo de Tenerife? Podemos imaginarlo: pidiendo respeto para la libertad sexual  de todos los españoles.

El argumento habitual para defender esta forma de procacidad contra los símbolos cristianos es la libertad de expresión, sobre todo, se dice, en la alegría, el humor  y la transgresión propios del carnaval.

Pues bien, los cristianos  en general, y los católicos en particular, exigimos que la reconocida libertad religiosa sea respetada, pues sin respeto no hay libertad.

A nadie se le ocurre ridiculizar al Islam y sus creencias, porque sus ramas más radicales actúan de forma inmisericorde, terrible, como en el lamentable atentado contra Charly Ebdo y la persecución de que fue objeto Salman Rushdi.

Si las libertades consagradas en la Constitución son objeto de profanación, mofa, persecución o represalia, no existirá ni libertad religiosa ni libertad de orientación sexual, ni libertad de expresión.

Termino con el twitter  del Presidente del Gobierno con motivo del pregón nefando: “mi apoyo a los vecinos de Santiago...”. Efectivamente, presidente, los vecinos de Santiago fueron ofendidos y, entre ellos, y sobre todo, los cristianos, a los que usted no menciona, tal vez por  el único motivo de la limitación de caracteres de los twits. @mundiario

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