Tánger y la literatura del siglo XXI

Randa Jebrouni.
Randa Jebrouni.
Randa Jebrouni, profesora de la Universidad Abdelmalek Essaadi de Tetuán, publicó “La Letra y la Ciudad. Tánger en las literaturas española y marroquí actuales”.
Tánger y la literatura del siglo XXI

Tánger es una ciudad del norte de Marruecos, una ciudad considerada la puerta de África, una ciudad bañada por dos aguas: las del mar Mediterráneo y las del océano Atlántico. La ciudad de los espías y los artistas. Una ciudad cosmopolita, la ciudad internacional que ha sido la musa de un grandísimo número de obras.

Randa Jebrouni, profesora de la Universidad Abdelmalek Essaadi de Tetuán, publica su libro “La Letra y la Ciudad. Tánger en las literaturas española y marroquí actuales” en diciembre de 2019 por la Fundación Gordion de Sevilla. Este es un trabajo cuyo propósito es el estudio sucinto de Tánger en las nuevas literaturas española y marroquí actuales como su título indica. Tiene un corpus cuyos principales autores son marroquíes nacidos en Tánger y españoles nacidos, residentes o turistas de la ciudad. 

En su texto, Jebrouni también se aproxima a la imagen de Tánger en el cine actual, su representación en el cine europeo, el español así como el marroquí. Asimismo, encontramos un acercamiento al largometraje Tangernación de José Ramón Da Cruz.  Del mismo modo, he tenido la oportunidad de conversar con la cineasta Kenza Salah Eddine acerca de su opinión en lo relativo a la importancia de Tánger para el mundo del cine y, según ella, Tánger nunca ha sido el epicentro de las varias producciones que en ella han rodado sus películas pues, siempre según esta cineasta, los directores occidentales nunca han hecho de esta ciudad un objeto autobiográfico como puede pasar con las ciudades de Nueva York o Roma, entre muchas otras.

Tánger siempre ha sido explotada por su exotismo, su imagen siempre ha sido utilizada como una ciudad de tránsito para el tráfico o para los espías. Sin embargo, desde hace unos pocos años, según Kenza, algunos cineastas empiezan a conceder una cierta importancia a la realidad marroquí portando una nueva mirada sobre Tánger, como es el caso de Bertolucci con “Un té en el Sahara” o Téchiné con “Los tiempos que cambian”.

Es imprescindible aludir a algunas de las películas con su nombre como: Tánger (1946) o Misión en Tánger (1949), entre otras. Asimismo, hay que mencionar que el cine es inseparable del vocabulario tangerino y –como bien dice Kenza- “el cine ha dado mucho a Tánger y Tánger, la inspiradora, le ha devuelto mucho”.

Muchos hablan del decorado de Tánger para el cine, otros prefieren verla como un gran escenario, para otros, es una ciudad mágica. Las opiniones son diversas pero todas confluyen a una sola opinión, y es que Tánger es mágica e importantísima para el mundo cinematográfico.

Según la autora, Tánger inspira: “las imágenes de sus calles, de su paseo marítimo, su arquitectura, las voces de sus gentes, sus problemas sociales y hasta los barrios periféricos y marginados”.

Para lograr respuestas a sus preguntas recurrió a diferentes teorías que iluminaron su objeto de estudio, la Teoría literaria de Karlheinz Stierle y Roland Barthes,  que ofrecen la lectura semiótica de la ciudad como proceso cognitivo para elaborar imágenes, y una poética personal y subjetiva de la ciudad.  La Teoría del viaje (Michel Onfray) que detalla la relación del viaje con la literatura y el arte, y la Topofilia, Yi Fu Tuan, de la Geografía Humanística, para conformar una teoría del lugar. La psicogeografía es un concepto de la Teoría de la Deriva de Guy Debord que designa un vínculo lúdico-constructivo con la ciudad, y que guarda una estrecha relación con la poética del espacio y la idea del movimiento que utilizan las teorías antes mencionadas. Otro de los conceptos operacionales en el estudio de los textos es el concepto de Heterotopia, del sociólogo Michel Foucault que nos indica cómo es el espacio otro en la ciudad. 

El procedimiento utilizado es la comparación literaria  y la interacción que proporciona la literatura comparada como disciplina de trabajo. Para este propósito ha dividido su trabajo en seis capítulos donde se despliegan los distintos análisis, interpretaciones y síntesis para validar su hipótesis. Es decir, confrontar lo encontrado en el corpus con lo establecido en el marco teórico. Para construir esta noción de representación topofílica del espacio ha optado por el método diacrónico como modo de comparación inicial entre las representaciones de los siglos XIX y XX en relación con las actuales. Permitiendo así el análisis simbólico de lo que representa la ciudad y el análisis poético, es decir, lo que comunican y significan.

Conforme a las herramientas señaladas, el libro muestra la imagen de Tánger en la literatura actual retrocediendo hasta principios del siglo XIX donde empieza a percibirse una clara imagen cosmopolita en la representación de esta ciudad. No obstante, en este tipo de lecturas, para la autora, siempre queda imperante, el “carácter colonialista de los textos de viajeros españoles de los siglos anteriores”. Además, es indiscutible, siempre según Jebrouni, el “concepto de sueño, ligado a la temporalidad de Tánger, que feminiza sus espacios y sus habitantes, y cuyo sol produce efectos narcóticos”.

En efecto, las referencias a Marruecos, en general y a Tánger, en particular, abundan en la literatura de los escritores que han vivido en esta ciudad y son muchos: Tahar Benjelloun, Akalay, pintores como Delacroix y Matisse, entre muchos otros. Sin embargo, merecen especial mención Burroughs y Bowles que, como bien dice la autora, “crean el mito de escritor en Tánger que se prolonga hasta nuestros días, ya que  aparecen en  diversas formas de sedimentación”. 

En esta literatura no sólo se ofrece un cuadro exótico de la sociedad marroquí, sino que también se profundiza en la nostalgia de esa ciudad pasada, haciendo de ésta una de las características primordiales. 

Es importante recalcar que, según la investigadora, no todos los autores tienen la misma actitud ante sus escritos, pues, dependiendo de los autores, la percepción literaria de la ciudad varía. En el caso de los autores marroquíes, por ejemplo, la percepción literaria se supedita a “los sentimientos y el pensamiento, la cantidad de datos, y las experiencias personales, la educación y distintas etapas del ciclo de vida”. 

Asimismo, la nostalgia de la que tanto veníamos hablando, esta nostalgia reflexiva por el Tánger del pasado la reduce a “mundos heterotópicos y al mismo tiempo consagrados”. Una sensación que viene dada por la modernización y el cambio progresivo que ha vivido la ciudad en los últimos años. El recuerdo nostálgico es en sí una de las manifestaciones que acompañan cualquier evolución urbana, según la investigadora. 

Teniendo en cuenta los vaivenes que han caracterizado la azarosa historia hispano-marroquí y el pasado común de estos dos países, no es de extrañar que los autores de estas literaturas -española o marroquí- que versan sobre la ciudad de Tánger siempre la tengan como protagonista que les rememora su pasado o, como bien dice Randa Jebrouni, “centro de añoranza y recuperación del pasado”. 

Los autores españoles extienden esta nostalgia en sus personajes, una nostalgia que, según la autora “ejerce una centralización del mito de la ciudad”. En cambio, los autores marroquíes que escriben sobre Tánger reclaman una ciudad desembarazada de todas las cargas europeas que se le achacan y reivindican un Tánger marroquí. Así pues, en esta narrativa, nos encontramos con dos formas de representación de la ciudad donde, siempre según Jebrouni, “en ambos discursos la topofilia literaria idealiza la ciudad”.

Finalmente y para cerrar este escrito, me gustaría afirmar que los escritores ven en esta ciudad su musa, el amor que sienten por Tánger es inequívoco pues -como bien dicen muchos intelectuales sobre esta ciudad-: “no lloramos al haber conocido Tánger; Tánger llora los que no la conocen”. @mundiario

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