Lectura de Viernes Santo

Soif de Amélie Nothomb. / Vicky Rego.
Soif de Amélie Nothomb. / Vicky Rego.

Soy católica por bautismo. Pero me avergüenzo de la Iglesia que me incluyó entre su fe. Este es el mejor homenaje al Jesús en el que creo y con quien me identifico.

Soy católica por bautismo. Pero me avergüenzo de la Iglesia que me incluyó entre su fe. Leí el Evangelio tradicional y los apócrifos gracias a Jean-Yves Leloup. Imperdible su “Un homme trahí”  (Un hombre traicionado) que comienza con esta frase de Albert Camus: “Cómo vivir sin la Gracia? Hay que hacer lo que el cristianismo no hizo jamás: ocuparse de los damnificados”.

Hoy es un día que recuerda a Jesús, un grande, que nadie entendió. Menos, la Iglesia. Hoy cenaba con sus amigos, que no le llegaban ni a los talones. Y comió. No sabemos si carne, pescado o qué. Y tomó vino. En eso coinciden todos. Y pan. Y pidió que lo recordaran cuando comieran esos alimentos. En forma simbólica. Después hicieron hostias. Y comunión y curas que se disfrazaron para distribuirla. No era lo que él quería.

El calvario fue terrible, pero mucho peor la incomprensión de sus amigos, sus discípulos, la mediocridad eterna. Y la vergonzosa Iglesia.

Mi recomendación de lectura para esta Semana Santa es “Soif”  (Sed) de Amélie Nothomb. Hasta que yo sepa, no traducida al español. Pero mi contribución será pasar a nuestro idioma, los primeros pasajes que tengo subrayados.

Siempre he sabido que me condenarían a muerte. La ventaja de esta certeza es que puedo prestar atención a lo que se merece: los detalles.

Pensaba que mi proceso sería una parodia de justicia. Lo ha sido, en efecto, pero no como yo creía. En lugar de la formalidad rápida y expedita que había imaginado, tuve derecho al gran juego. El procurador no dejó nada al azar.

Los testigos desfilaron uno tras otro. No podía creer cuando llegaron los esposos de Caná, mis primeros beneficiarios de milagros.

— Este hombre tiene el poder de transformar el agua en vino, declaró el esposo muy serio. Sin embargo, esperó  al final de la boda para ejercer ese talento. Gozó de nuestra angustia y nuestra humillación, cuando habría podido fácilmente evitarlo…”

Miré a mi acusador a los ojos. Sostuvo mi mirada. Seguro de su derecho.”

Los treinta y siete milagrosados hicieron sus reclamos. El que me divirtió más fue el poseído de Capharnaüm:

— ¡Mi vida fue plana después del exorcismo!

El ex ciego se quejó de la fealdad del mundo, el ex leproso declaró que nadie le daba más limosnas, el sindicato de los pescadores de Tiberíades me acusó de favorecer a un equipo, excluyendo a otros, Lázaro contó cuán odioso le resultaba vivir con olor a cadáver en la piel.”

“Todos vinieron a atestiguar en contra de mí, a voluntad.”

“Soy un falso calmo. He hecho mucho esfuerzo en escuchar estas letanías sin reaccionar. Cada vez, miraba al testigo a los ojos sin más  expresión que una dulzura asombrada. Todos sostuvieron mi mirada con altivez, me desafiaron.

La madre de un niño al que curé llegó a acusarme de haberle estropeado la vida.

— Cuando era un chico enfermo, estaba tranquilo. Ahora, grita, salta, corre, llora, no tengo un minuto de paz. No puedo dormir a la noche. “

Más adelante dice:

“El enigma del mal no es nada comparado con el de la mediocridad”

“Antes de la encarnación, tengo pocos recuerdos. Las cosas se me escapaban, literalmente. ¿Qué se puede retener de lo que uno no ha sentido? No hay arte mayor que el de vivir.”

“¿Yo elegí? Parecería que sí. ¿Cómo pude haber elegido ser yo? Por la razón que precede a la mayoría de las elecciones: por inconsciencia. Si nos diéramos cuenta, elegiríamos no vivir.”

“Mi inconsciencia ha sido la más grande. Pero, como en el amor, las cosas pasaron de esa manera. De esa forma uno se da cuenta de que está enamorado: es lo que uno no elige. Los seres que tienen un ego muy grande no se enamoran porque no soportan no elegir.  Se acoplan a una persona que eligieron . Eso no es amor.”

“ En ese momento inconcebible en el que elegimos nuestro destino, yo no sabía que implicaría enamorarme de María Magdalena. Desde ahora la voy a llamar Magdalena. No me gustan los nombres compuestos y me fastidia llamarla María de Magdala. En cuanto a llamarla María, lo desestimo. Confundir a su amante con su madre, no es recomendable.”

Seguiría traduciéndolo hasta el final. No concibo que no esté disponible en lengua española.

Es el mejor homenaje al Jesús en el que creo, y con quien me identifico.

El incomprendido mayor de la historia de la humanidad.

Mañana todos tomemos un vino en su honor: amigo y maestro. @mundiario

Comentarios