Julio Cebrián, el autor de la primera caricatura de un ministro franquista

Viñeta de Julio Cebrián publicada en El Mundo el 19 de noviembre de 2015. / El Mundo
Viñeta de Julio Cebrián publicada en El Mundo el 19 de noviembre de 2015. / El Mundo

El caricaturista se dio a conocer en la revista La Codorniz y fue colaborador del diario El Mundo desde los años noventa.

Julio Cebrián, el autor de la primera caricatura de un ministro franquista

Se suele dividir el humor gráfico en tres dimensiones o áreas: el humor en sí, la sátira y el sarcasmo. Cada autor o autora se sitúa, en una perspectiva o dimensión, dependiendo de su psicología y sociología, de su época o tiempo, de los medios de comunicación le permitan. En la combinación de estos tres tipos de áreas, con distintos factores y valores y variables se interrelacionan esta realidad que denominamos, en general, humor o humor gráfico, que a su vez, sería una parte del conjunto del humor en general.

Julio Cebríán (A Rúa de Valdeorrás-Petin, Orense, 1929 - Guadarrama, Madrid, 2016) fue un caricaturista que se dio a conocer en la revista La Codorniz y fue colaborador del diario El Mundo desde los años noventa. Se considera a este autor como uno de los que más voluntad tuvo por intentar que el humor gráfico fuese arte, de ahí que sus dibujos que están, entre los parámetros del arte de vanguardia, el surrealismo o el cubismo o el expresionismo. Dibujó, por ejemplo, la que se considera la primera caricatura de un ministro franquista, realizada a Manuel Fraga, entonces ministro de Información y Turismo, para una portada de la revista La Codorniz de 1965.

Félix Caballero Wangüemert publicó en la Revista Internacional de Historia de la Comunicación, en el 2019 un artículo titulado: Julio Cebrián, Alfonso Abelenda, y Álvaro Caruncho: Tres humoristas gráficos gallegos en Madrid. Habría que recordar que Galicia ha ofrecido a la península grandes humoristas que bueno sería recordar, entre otros, Castelao, Maside, Cebreiro, Torres, Mazas, Ribas, Tomé, Quesada, Xaquín Marín…

Últimamente, se está pasando por unos años, diríamos de crisis del humor gráfico, especialmente el situado en los periódicos, -cierto es, que ha proliferado por las redes sociales e Internet-, por diversas razones, la principal, las crisis económicas que se han ido engarzando como cadenas troncales a la incertidumbre. Además, de la crisis de los medios de comunicación, especialmente, en papel, y al abrirse la información a cuatro grandes medios: papel, digital, radio, televisión –con lo cual, los beneficios hay que distribuirlos entre más medios-; también, se indica, la inflación de medios-plataformas de comunicación, que de unos centenares de medios de publicación en papel, diarios y revistas, se ha pasado a más de miles, con la inflación de Internet. Algunos indican que la información, es ahora, instantánea o en el momento, con todas sus matizaciones…

Todos estos factores y variables y ponderaciones y, otras, han hecho que el humorismo gráfico haya entrado en declive en la prensa nacional, regional, provincial. Ahora mismo, existen, al menos, la mitad de periódicos digitales o incluso las webs digitales de los otros modos y medios –radio, televisión…-, que no disponen de humor gráfico de forma rutinaria y diaria. Es una contradicción y paradoja, que quizás, no todo se debe a la elevación de los costes, sino quizás, debido a la filosofía que se ha ido implantando, debido a que el humor gráfico, por un lado, se ha minusvalorado, aún más, debido también a presiones sociales y culturales y económicas e ideológicas. En estos años, ha habido también sangre en las redacciones, no solo sanciones administrativas o legales o sociales…, como todo el mundo sabe.

Pero existe un principio que olvidan los equipos de redacción y promotores de los periódicos digitales y en papel, revistas en papel y digitales, webs de otros medios de comunicación y de otros tipos de empresas, que si una entidad informativa, dispone de una sección de opinión, y, el humor gráfico se piensa que debería estar situado en ese lugar, porque también es opinión. Olvidan y olvidamos, que por lo general, casi todo el mundo, que atraviesa ese bosque de la sección de opinión, lee o visualiza o contempla en unos segundos la viñeta de humor, pero no lee, ni relee todos los artículos o columnas de opinión.

Julio Cebrián, hasta dónde alcanzo, intentó aunar, realidades del mundo, actuales o no actuales, noticias y actualidad, pero también, temas intemporales que son los más actuales de siempre, dándole un sello de arte y de arte plástico, incluso, con retoques de literatura –no olvidemos, que una frase, puede ser una especie de sentencia y aforismo y apotegma, una de las frases de un diálogo de una viñeta-.

Como no sirve ningún artículo, en mi modesto entender, que no intente curar algún mal. Pienso que el género del humor gráfico debe volver a los periódicos, que lo normal y lógico, es que cada medio, pudiese disponer, de tres o cuatro viñetas cada día, de distintos autores.

Me pregunto, si el sistema norteamericano, en el que existen Agencias de Humoristas Gráficos, podría ser la solución. Por un lado disminuirían los costes para los medios, por otro lado, aumentaría, los salarios para los humoristas. Dejo aquí, esta paloma de sugerencia, para que los emprendedores la estudien y analicen. Dejo aquí la necesidad del molino de viñetas para leer-releer de Julio Cebrián. Aquí, mi sencillo homenaje al humor gráfico y al humor gráfico de Julio Cebrián. Al final, una viñeta es como una pintada en el muro de un medio de comunicación. Paz y bien. @mundiario

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