Juan Antonio Masoliver Ródenas y El ciego en la ventana

Portada. El ciego en la ventana. Monotonías. Juan Antonio Masoliver Ródenas. Editorial Acantilado
Portada. El ciego en la ventana. Monotonías. Juan Antonio Masoliver Ródenas. Editorial Acantilado

El ciego en la ventana es precisamente una construcción desgarrada de la memoria del autor.


 

Juan Antonio Masoliver Ródenas y El ciego en la ventana

El ciego en la ventana reúne unas Monotonías compuesta por una serie de fragmentos que ciñe la gavilla variante y literaria de la propia e inmensa obra creativa del autor. Insistentes interrogaciones dan vida al proceso literario y creativo, en el que el propio autor se somete a sobre la creatividad y la fuerza de la palabra escrita, cuando se asume como un compromiso vital de la propia existencia. “Escribimos en el tiempo, aunque como quiere el poeta, escribamos en el agua”.  Son unas aguas revueltas del tiempo vivido  donde la nostalgia para el escritor es unos espejismos, inevitable  como necesario combatirlo porque “recoge e idealiza el pasado que  muy probablemente no existió y que no obliga constantemente a darle forma”.

Partiendo de que “toda obra literaria un elemento biográfico, incluso cuando pretende ser testimonio fidedigno de una época, porque también el narrador objetivo se basa en experiencias vividas por él, aunque solo sea como espectador: el impacto que le ha provocado un hecho  determinado (una masacre, una huelga, una am) persona hambruna, etc.) se escribe desde la persona”. El ciego en la ventana es precisamente  una construcción  desgarrada de la memoria del autor. El discurso  del ciego no se desarrolla en una narración, sino en  un alud de imágenes vividas, otras recordadas y otras fantaseadas, con escenas estremecedoras por la lucidez que ofrecen pareciendo hablar con la muerte. Todo dentro de una continuidad que los une por los propios antagonismos  y monotonías que lo componen: el valor de la escritura comprometida con el propio autor, una norma  y disputa consigo mismo. Una lucha interna y externa del propio narrador que se siente al final del tiempo vivido y que arremete contra esto por  aquello de: “Los metafísicos inventan el vacío y lo llenan de lógica. ¿Qué llegó antes, la conciencia del amor o la de la muerte? Ambos tienen algo en común: su afán de eternidad.”

El poeta, narrador, ensayista y traductor Juan Antonio Masoliver Ródenas ha sido catedrático de literatura española y latinoamericana en la Universidad de Westminster de Londres y Jefe de estudios del Instituto Cervantes en la capital británica. Publica asiduamente artículos en La Vanguardia donde ejerce la crítica literaria. Una amplia recopilación de sus artículos y ensayos sobre literatura mexicana y española ha sido recogida en Las libertades enlazadas (2000) y Voces contemporáneas (2004). Como narrador ha publicado los libros de relatos La sombra del triángulo (1996),  La noche de la conspiración de la pólvora (2006), La calle Fontanills (2010) y El ciego en la ventana. Monotonías (2014), y las novelas Retiro lo escrito (1988), Beatriz Miami (1991), La puerta del inglés (2001) y La inocencia lesionada  (2016). Ha traducido entre otros a Cesare Pavese, Giorgio Saviane, Carson McCullers, Djuna Barnes y Vladimir Nabokov. Su obra poética, marcada por la pulsión erótica y un gran realismo, ha sido recogida en Poesía reunida (1999) con prólogo de Andrés Sánchez Robayna, que incluye Vertedero de Otaca (1977-82), El jardín aciago (1982), La casa de la maleza (1992), En las rejas del tiempo (1991-94), En el bosque de Celia (1995), Los espejos del mar (1998), La memoria sin tregua (2002),  Sònia (2008) y Paraísos a ciegas (2012).  Su libro La Negación de la luz (2017) ha sido comparado con la obra de dos autores que conoce bien: el Cernuda de Poemas para un cuerpo y el último Yeats. Este año 2019 verá la aparición de sus memorias en Acantilado.

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