Jesús (II)

Chris Pine en El Rey Proscristo. RR SS (2)
Chris Pine en El Rey Proscristo. RR SS (2)

Se aborda la venida y presencia de Jesús y el impacto que tiene en su tiempo todo esto.

Jesús conformará su ministerio con doce seguidores o discípulos, de donde surgirá con su muerte y resurrección y los escritos de Platón y Aristóteles en los siglos II al V y del V al XV la Patrística y la Escolástica y el primer cisma de la iglesia con la 95 tesis de Lutero y su urgente y necesaria implementación ante tanta corrupción de la corona y la iglesia. Por otro lado, Jesús será visto por el evangelista Juan como el Verbo, el principio del logos hecho carne y sangre anunciado por sus profetas. Jesús será el hijo de Dios anunciado por el arcángel Gabriel, encarnado por obra y gracia del Espíritu Santo en la virgen María, y el ángel le confirmará esto a José al darle a conocer el nombre y origen divino del enviado de Dios.

Su humilde nacimiento en un portal de Belén será una controversia y un peligro para muchos y para otros una revelación trascendental y única en los anales de la historia de su pueblo, su nacimiento será profetizado y le será revelado a unos pastores y magos quienes serán testigos de su venida en un pesebre lleno de animales y una estrella que señala el lugar de su nacimiento, que traerá consigo todo un infanticidio propiciado por el mismo Herodes, quien no soporta la idea del nacimiento de un rey de los judíos. Y Jesús será perseguido a lo largo de toda su vida, será la constante  de su corta vida, cuyo memorable final estará lleno de odio, congoja y dolor por parte del Imperio Romano, sacerdotes, fariseos y de su mismo pueblo. Será el eterno perseguido sin motivos suficientes para ser juzgado por la misma iglesia y sus sacerdotes, escribas, samaritanos y fariseos. Por donde Jesús hace su presencia es perseguido por su discurso, aunque también será perseguido por sus mismos seguidores y aduladores de otras religiones  o movimientos filosóficos , por los enfermos y hasta por funcionarios del Estado Romano.

La personalidad de Jesús y su logo será el testimonio de su origen divino, sus señales y prodigios serán reconocidos también por muchos como el Hijo de Dios, el Cristo, el enviado del Padre para redención de los pecados del pueblo de Israel, será a su vez odiado por otra gran parte del pueblo y de los funcionarios y sacerdotes del templo en donde reprende a sus vendedores y pone a prueba a los mismos hasta llegar a establecer con claridad lo que le corresponde al Estado y la Iglesia, cuando dice claramente "...al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios...". Jesús a su vez será temido por muchos por su pensamiento reformador, por su mansedumbre de corazón y su astucia ante los poderosos.

Jesús es el eterno caminante y su mensaje es dirigido a muchos pueblos a la redonda de Jerusalén, caminará sobre las aguas, sacará demonios, curará enfermos, los ciegos verán, los cojos caminarán, los ladrones dejaran de robar, las meretrices dejaran de seguir prostituyéndose, los magos y hechiceros le temerán, multiplicará los panes y hasta llegará a dar vida a los muertos. Su poder y milagros serán reconocidos por muchos y su amor y bondad cambiará los corazones de una gran multitud que lo proclamará rey de los Judíos, el Mesías, el Hijo de Dios, el Cristo, el Profeta, entre otros apelativos propios de su imponente personalidad. Porque Jesús demuestra tener la autoridad del cielo para redimir a los hombres de sus pecados, algo nunca visto, jamás visto ni creído en los anales de la historia de Israel, la presencia de Jesús estremece los  cimientos del imperio, quienes desde siempre buscaran la manera de capturarlo por sus parábolas y expresiones que serán rebeladas a sus discípulos entre los que se encuentra el traidor Judas Iscariote el tesorero que venderá a su maestro por tan solo treinta monedas de plata.

El evangelista Juan, uno de los discípulos más querido de Jesús, retrata a su maestro desde el inicio de su evangelio como el Verbo, el Logos y la Luz que desde el principio del mundo existía, pero cuando vino al mundo, el mundo no lo reconoció como el enviado de Dios; pero a los que lo recibieron, nos dice el apóstol, les dio potestad de ser llamados hijo de Dios. Juan el bautista es el primero en anunciar la venida de Jesús cuando el maestro inicia su ministerio. Juan es claro en su discurso y reconoce que él no es Elías, ni el Profeta, ni mucho menos el Mesías. Juan el Bautista solamente hace saber que es la voz que grita en el desierto, enderecen el camino, grita, y además agrega, que él bautiza con agua, pero que vendrá uno del cual él no es merecedor de desatar la correa de sus zapatos, y que bautizará con fuego y con Espíritu. Todo esto lo dijo en Betania, junto al rio Jordán.

Cuando Jesús aparece, Juan el Bautista, de inmediato, lo reconoce llamándolo el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, y agrega que es un hombre muy importante, y que además existía mucho antes que él, que no lo conocía y que por eso él solo vino a bautizar con agua para que Jesús se manifestara en Israel. Y el evangelista Juan da testimonio de cómo el Espíritu en forma de paloma descendió donde Jesús al ser bautizado y por último, reconoce en su Escritura que era el mismísimo Hijo de Dios. Ese mismo día, Jesús es conducido al desierto en donde permanecerá cuarenta días y noches sin beber ni comer nada y de donde saldrá vencedor ante las tentaciones de Satanás. Luego de esto, cuando Jesús pasa por donde se encuentra Juan bautizando con dos de sus discípulos les dice a los mismos, he ahí al cordero de Dios y estos de inmediato lo siguieron y se hicieron los discípulos ahora de Jesús. Uno de ellos era Andrés, hermano de Simón; Pedro, a quien Jesús le cambió el nombre por Cefás. Luego, al siguiente día, Jesús encuentra a Felipe y le hace el llamado de seguirlo.

Tres días después de salir vencedor de las tentaciones en el desierto, hace el primer prodigio en las bodas de Caná, en donde el agua la convierte en vino. Cuando la pascua judía se acercaba, expulsó a los vendedores del templo con mucho celo por la casa de su padre, pues como ya estaba escrito, el celo de su casa lo devoraba. Cuando hacía esto, le preguntaron qué señales presentaba para actuar de esa manera, Jesús les dijo con autoridad: "Derriben este templo y en tres días lo levantaré". Los judíos presentes se rieron al escuchar su absurda respuesta, ya que aquel templo había  tomado cuarentiseis años en reconstruirlo y Jesús afirmaba que en tres días lo iba a reconstruir. Obviamente no se refería al templo de piedra y adoración en sí; sino a su propio cuerpo, a su resurrección misma. Así mismo, Jesús es incomprendido en su momento cuando le dijo a Nicodemo, un maestro de la ley, que debía de nacer de nuevo para poder entrar en el reino de Dios, y éste al escuchar semejante afirmación se asombra al tomar las palabras de Jesús de manera literal. Y Jesús le afirma con claridad que quien no nace de nuevo del agua y del Espíritu no podrá entrar en el reino de Dios, y lo reafirma diciéndole a los judíos que ellos no creen en su testimonio y que si no pueden aceptar el testimonio de las cosas de la tierra mucho menos podrían aceptar si le hablara de las cosas del cielo y que un día sería levantado como la serpiente de Moisés en el desierto para salvar a los hombres. @mundiario

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