Jane Bowles

Jane Bowles. Pinterest.
Jane Bowles. / Pinterest.
Cabeza de Gardenia la llamaba Truman Capote y, para quien quiera verla, puede encontrarla en la parcela 453F en el histórico cementerio malagueño de San Miguel.

Soy un apasionado de los cementerios, entre otras muchas cosas. Reconozco que a no todo el mundo le gusta, ni siquiera, interesar pisarlos. Allá por donde voy es raro que no entre en el del lugar que visite, porque los cementerios dicen mucho de las personas que allí han vivido, sus costumbres, formas de vida, etc.

En mi ciudad, Málaga (España), hay una joya de cementerio: San Miguel, un lugar declarado histórico, que cuenta incluso con una Asociación de Amigos, que lo promociona, cuida y difunde su historia. Este Campo Santo estuvo en funcionamiento desde principios del siglo XIX hasta el siglo XX. En Málaga, como anécdota, se da el caso de tener tres cementerios, los tres con los nombres de los tres Arcángeles: San Miguel, San Rafael y el más moderno es San Gabriel.

Al grano. Como muchas veces ocurre, nos interesamos por algo que aparece solo, sin buscarlo, en este caso quiero comentarles un hecho que me llevó a leer sobre una autora desconocida para mí, hasta que en los noventa conocí de su fallecimiento.

Hasta entonces nadie me había nombrado a Jane Bowles (1918-1973), o si lo había hecho no le presté la suficiente atención. Cabeza de Gardenia la llamaba Truman Capote y para quien quiera verla puede encontrarla en la parcela 453F en sus principios sin lápida. Tema que se solventó ya que se encontraba (y aún lo hace) en una parcela de personajes ilustres, pero sin ser conscientes de la importancia de quién era, la persona que está allí enterrada fue una circunstancia que permaneciese en el anecdotario del cementerio, hasta que alguien reclamó los restos para llevarlos a otro cementerio de la Costa del Sol. Fue en unas fechas en el que este cementerio se cerró para las inhumaciones por tener la ciudad otras instalaciones nuevas, fuera de la ciudad.

En esos momentos se llamaba a todos los familiares de las personas que estaban enterradas, se sacaban los restos y se llevaban al osario común o bien se trasladaban al nuevo cementerio. Por aquel entonces una persona se puso en contacto con el Ayuntamiento para sacar los restos de aquella parcela y llevárselos a otro cementerio, esta persona movió papeles y en la corporación local se dieron cuenta de la importancia de la figura que era.

Fue entonces cuando después de averiguaciones el Ayuntamiento de Málaga tomó cartas en el asunto y solventó la situación. La lápida que hoy cubre el enterramiento, colocada por el propio Ayuntamiento, recuerda al visitante quién fue Janes Bowles y en la esquina inferior derecha su apodo para su círculo cercano. Permaneció en el mismo lugar, reacondicionado y el propio Ayuntamiento le puso la placa de granito negro que hoy en día tiene, en la misma se ve lo antes mencionado del nombre cariñoso que usaba Truman Capote, amigo íntimo de la escritora y de su marido.

 “Dos damas muy serias”, “El Cenador”, “Placeres sencillos” son sus tres títulos que la dieron poco a poco a conocer, superando como algunos dicen al escritor estadounidense con quien se casó y de quien tomó su nombre de casada, Paul Bowles (1910-1999).

Todo esto me lo recordó de nuevo, D. Salvador Jiménez, historiador y especialista en la provincia de Málaga, en una de sus conferencias sobre nuestra provincia, y recomiendo encarecidamente, a quien le guste la historia en general y de Málaga en particular, que en You Tube busque este nombre en alguna de sus conferencias. Interesantísimas y llenas de encanto, cualquiera que encuentre y probablemente se enganche a la historia de Málaga, que va paralela a la de España, sobre todo en los siglos XVIII y XIX.

Dar a conocer tanto el Cementerio San Miguel, como la figura de Jane Bowles es algo reconfortante y una obligación de todo malagueño, para con quienes quieran conocer algo de historia. Espero que al menos este artículo haga recordar tanto al lugar como a la persona y les influya en algo para investigar más sobre ellos. @mundiario 

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