Hablamos sobre la poesía de José Luis Zerón y su poemario Espacio transitorio

José Luis Zerón./ A.S.
José Luis Zerón./ A.S.

Poética y poesía se unen en Espacio transitorio para consolidar un lenguaje que conduce a la reflexión sobre los problemas de la existencia.

Hablamos sobre la poesía de José Luis Zerón y su poemario Espacio transitorio

La poesía de José Luis Zerón Huguet es una poesía que utiliza la naturaleza como forma de escape y de conocimiento. Diversas voces de la crítica literaria han ido construyendo una clase de poética alrededor de este autor oriolano, que lleva varias décadas trabajando en unos versos que han visto la luz en títulos diversos y en antologías de difusión nacional.

Remito aquí las últimas palabras de Javier Catalán a propósito de su último poemario, Espacio transitorio (Huerga & Fierro), en el blog de literatura Frutos del tiempo:  "José Luis Zerón nos muestra en este libro de marcado carácter confesional su lado más intimista, de un modo muy explícito, haciendo un uso magnífico de ese juego de los contrarios tan presente en su obra poética: “Mundo, eres sórdido; pero te amo./ Amo tu boca amorosa y voraz./ Eres tú quien hace las preguntas y ciegas las respuestas” (pag. 69).

Este genial ardid (el uso adecuado y preciso de figuras retóricas como el oxímoron o la antítesis), obliga al lector a una relectura inmediata de cada estrofa, lo que provoca a su vez una súbita revelación del sentido poético que conmueve al tiempo que genera un efecto liberador de la tensión creada, con imágenes de una potencia visual extraordinaria: “La distancia extiende sus brazos en una huída.” (pag. 34)".

Del mismo modo, Carlos Alcorta dedica las siguientes palabras a este poemario en El Diario Montañés: "¿Qué espera a los lectores de “Espacio transitorio”, un título que nos remite de inmediato a ese lugar que ocupamos en el mundo, tan carente de cimentación, tan volátil, tan poco nuestro? En primer lugar, se encontrarán con un discurso que supura escepticismo y acritud casi sin descanso. El poeta trata de asentarse en el presente, un presente que se quiere intemporal, como si surgiera de la nada, renunciando a las experiencias previas, sean estas del cariz que sea: «No mires atrás, no hay pasado, / el pasado que añoramos emite señales de abismo», escribe en el poema «Me llamo Lot». Zerón aboga por aprovechar el instante, un tema que tiene antecedentes directos en el “Colligo virgo rosas” de Ausonio y el “Carpe diem” horaciano y que ha sido tratado magistralmente en nuestra lengua por poetas de la talla de Garcilaso o Góngora y, más cercanos en el tiempo, Luis Alberto de Cuenca o Francisco Brines". 

Un estudio preciso, publicado en la revista mexicana Lee/ Algo, por Juan C. Lozano Felices, reflexiona sobre esa fusión entre lenguaje poético y referente que se vislumbra en los versos de Zerón, como si su lenguaje tuviese la capacidad de aproximarnos a una concepción de la realidad en la que cada uno de nosotros percibe que lo que hay ante nuestros ojos es solo el enmascaramiento de algo mucho más profundo: "Dos cualidades se hacen patentes en este poemario, que hacen de Zerón el gran poeta órfico que es: la capacidad de oír y el don de transmitir poéticamente aquello que le es, de algún modo, dictado. Como dice Valente, “el poema se presenta”. Esto es, la idea poética y el proceso de desentrañar, transfigurar y  representar, dentro de las posibilidades y limites del lenguaje. En este sentido, y muy acertadamente, en la entrevista que le hace Ada Soriano, José Luis alude a la etimología de la palabra centinela, un préstamo del italiano sentinella, derivado del verbo “sentire”, oír. O sea, aquel que está a la escucha, en un sentido valentiano y autoconsciente. Ello podría estar en la base del desarrollo estético de la poesía de José Luis y entra también en íntima conexión con el pensamiento de Walter Benjamin cuando dice que “la atención es la oración del alma”; reflexión ésta que también Zerón ha incluido alguna vez como parte de su poética. La poesía se convierte, bajo este foco, en vehículo para canalizar experiencias radicales".

Estas aportaciones dotan a José Luis Zerón y a su obra, publicada en Huerga & Fierro, como una obra que inspira a otros creadores, que convoca a multitud de voces en la lectura de una poesía en la que estilo y autenticidad son inseparables, donde hay una constante necesidad de buscar el origen y desenlace del existir, donde se da esa sentencia que tantas veces he leído en Nooteboom: "Nuestras son las palabras de piedra y de agua. Nunca hemos renunciado a nuestros orígenes, somos lo que hay, números con un nada al final".

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