¿Ha matado la ciencia la filosofía?

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Filosofía. / Autor.
En la antigüedad, la ciencia era una rama más de la filosofía. Se cree que no fue hasta bastante antes del siglo XIX que se empezó a ver la filosofía y la ciencia como dos disciplinas diferentes.
¿Ha matado la ciencia la filosofía?

La filosofía es una disciplina surgida en la antigua Grecia, que se enfoca en el estudio de las ideas y de sus principios. La filosofía ayuda a comprender y a reflexionar sobre el propósito de nuestras vidas, sobre cómo debemos vivir o si nuestra existencia tiene algún sentido, acompañándonos en la evolución de nuestra especie.

Su aparición va ligada principalmente al proceso de humanización, pero el ser humano no habría sido capaz de reflexionar en profundidad sin el desarrollo de la inteligencia, que está relacionado con el proceso de hominización. Esta inteligencia comenzó a desarrollarse a partir de la liberación de nuestras extremidades superiores, es decir, nuestros brazos, y esto a su vez tuvo influencia en el desarrollo de nuestro cerebro. Todo esto dio lugar al desarrollo de un lenguaje articulado, con el cual comenzamos a ser conscientes de aquello que nos rodea y empezamos a formular preguntas frente a aquello que no comprendíamos. Con respecto a la humanización, los seres humanos comenzaron a tener culturas propias con el aumento de su inteligencia, y estas diversas culturas van ligadas a diferentes formas de pensar, diferentes formas de ver la vida, y diferentes cuestiones y respuestas que formular, ya que nos permitió ser conscientes de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

Por otro lado, la ciencia es una disciplina mucho más moderna que se enfoca en el estudio de la naturaleza y de sus leyes. La ciencia se pregunta cómo conocemos lo que conocemos, y nos intenta explicar el mundo que nos rodea mediante la observación y la experimentación. Estas dos disciplinas pueden parecer dos campos opuestos, pero ambos tienen un origen común.

En la antigüedad, la ciencia era una rama más de la filosofía. Se cree que no fue hasta bastante antes del siglo XIX que se empezó a ver la filosofía y la ciencia como dos disciplinas diferentes. Hubieron varias causas que dieron lugar a su separación, algunas de ellas fueron: la modernización y la posmodernización, dos cambios culturales, políticos y económicos que influenciaron cambios en nuestra forma de pensar; la especialización de la ciencia en áreas en las que la filosofía no posee un papel muy importante, como pueden ser los avances en la salud y la tecnología; y la búsqueda de la ciencia por obtener beneficios personales, entre otros.

A lo largo de la historia, los científicos han dejado de lado diversas preguntas sobre el sentido de la existencia del todo, ya que no tenían modo de sacar respuestas frente a ellas. De esto se encargaron los filósofos, quienes siguieron haciéndose preguntas sobre estos temas y consiguieron sacar conclusiones para ellas, sin basarse completamente en las evidencias tecnológicas. Es más, la filosofía busca incentivar las preguntas, y no concluir una sola respuesta para ellas, ya que la perspectiva frente una cuestión puede cambiar según las experiencias que uno ha vivido y la situación en la que se encuentra, mientras que la ciencia tiene una respuesta fija para cada pregunta. Para la ciencia, una vez que la pregunta ha sido evidenciada se aparta y se dan paso a otras preguntas. Pero según la teoría falsacionista de Karl Popper, todas las respuestas que la ciencia aporta pueden ser falsadas, ya que pueden aparecer nuevas pruebas al cabo de un tiempo que las refuten. Sin embargo, la filosofía es un saber que no puede ser falsado debido a que las preguntas que en su mayoría pretende responder, no pueden presentar respuestas con evidencias, por lo tanto no pueden ser falsables ya que aunque den respuestas, no las dejan cómo única verdad y están abiertas al cambio.

Otro asunto relacionado con la filosofía es la búsqueda de placer. Cómo dijo anteriormente Aristóteles, "primum vivere, deinde filosofare". Esto es debido a que el ser humano necesita tener sus necesidades básicas cubiertas para dejar de sobrevivir, lo que le permite razonar sobre diversos temas, empezando a vivir realmente. Esta búsqueda de placer nos lleva a intentar mejorar constantemente, y la ciencia está ahí para ayudarnos, pero es la filosofía la que le da valor a esas tecnologías, porque gracias a que filosofamos encontramos el valor de los pequeños detalles, pues sólo una persona con tiempo para pararse a pensar puede apreciar la belleza de un amanecer o la furia de una tormenta.

Por otro lado, la filosofía desde su surgimiento ha sido considerada como un saber global y radical, que pretende integrar todas las áreas del conocimiento y que además intenta llegar a todas las cuestiones acerca de nuestra existencia, nuestros valores, de la verdad y la certeza… Tanto la ciencia como la filosofía son saberes racionales que se basan en la razón y en la experiencia, sin acudir a lo sobrenatural. En cambio, la ciencia no es un saber global, sino uno de primer grado, ya que se divide en varias ramas con un área de conocimiento específico, y no suele salirse de esos límites. Como dijo el filósofo Bertrand Russel, << la ciencia nos dice lo que podemos saber, pero lo que podemos saber es poco, y si olvidamos lo mucho que no podemos saber nos volvemos insensibles a muchas cosas de gran importancia.>>

Por lo tanto, aunque la ciencia nos permite llevar a cabo diferentes acciones (ej: como la búsqueda de una cura para el cáncer o bien de un teléfono móvil) , la filosofía dibuja una línea que nos marca hasta dónde podemos llegar en nuestras investigaciones. Por eso la ética, que es una rama de la filosofía, juega un papel fundamental en la ciencia, porque nos hace preguntarnos sobre lo que está bien y podemos hacer, de lo que está mal y debemos evitar. Además, la ciencia proporciona nuevos conocimientos a la filosofía. Con estos nuevos datos, los filósofos tienen la oportunidad de hacerse más preguntas, puesto que, cómo dijo Ralph Waldo Emerson: "cuanto más vivo, más aprendo. Cuando más aprendo, más me doy cuenta de lo poco que sé".

Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que la ciencia necesita a la filosofía para dar un sentido a lo que busca, y la filosofía necesita a la ciencia porque sin ella sólo nos preguntaríamos sobre temas superfluos.

Finalmente, hemos visto que la filosofía y la ciencia tienen sus diferencias, pero no por ello son campos completamente distintos ni incompatibles, ya que la ciencia tuvo su origen en la filosofía. Además, hay personas que niegan la utilidad de la filosofía puesto que la ven como una pérdida de tiempo sin ningún "beneficio". Pero el mero hecho de pensar que algo sólo puede ser valioso si es útil, es filosofar, y hablar de la inutilidad de algo, ya es cuestionarse cosas. La filosofía y la ciencia se complementan, y se seguirán necesitando a lo largo de nuestra historia, ya que la esencia del ser humano es hacerse preguntas y tratar de responderlas, por lo que la filosofía siempre irá seguida de la ciencia. Es por ello que, a nuestra forma de ver, la filosofía no desaparecerá por la ciencia, sino lo contrario, a medida que han habido nuevos descubrimientos científicos, nuestra reflexión se ha centrado en nuevas formas de crecer aún más, lo que quiere decir que junto a la ciencia, la filosofía se desarrolló, se desarrolla y se desarrollará, ya que un mundo sin ambas sería un mundo sin seres humanos. @mundiario

Por Carla I. García Breijo, Amelie A. Miller Orenes y José Antonio Verdú Pérez.

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