Francisco de Goya, Henri Rosseau y Van Gogh, del lienzo al comic

Inge Eguiluz Montes y José Morata Bedoya “Moratha”, autores del comic sobre tres pintores  / Autorretratos
Inge Eguiluz Montes y José Morata Bedoya “Moratha”, autores del comic sobre tres pintores. / Autorretratos

El reciente lanzamiento de este libro impreso por la Editorial Saure, nos presenta, mediante el hilo conductor del humor, una narrativa fresca en la que se unen la realidad y la ficción  de  la vida de estos pintores.

Francisco de Goya, Henri Rosseau y Van Gogh, del lienzo al comic

Para los amantes de la pintura  y de la historia del arte, “Francisco de Goya, Henri Rousseau y Van Gogh , del lienzo al comic”  es una obra donde se han unido los talentos del dibujante  José Morata Bedoya “Moratha”(Daroca, Zaragoza, 1970)  y la guionista Inge Eguiluz Montes  (País Vasco, 1978), para ofrecernos con total acierto unas atractivas representaciones gráficas , que provocan interés por conocer más de estos artistas.

Hay que precisar que Moratha es el dibujante del volumen completo y autor del guión que corresponde a Goya, e Inge ha escrito los  guiones  correspondientes a  los capítulos de Henri Rossuau (llamado “El Aduanero” y también “Le Douanier” ) y a Van Gogh.

Indiscutiblmente que hay que aplaudir la  imaginación de los autores de este volumen,  para que las historias de los tres  artistas abordados,   pudiesen ser reinterpretadas en las viñetas de unos cómics donde la realidad y la ficción van de la mano, con un toque humorístico.

Portada del comic /  Editorial Saure

Portada del comic / Editorial Saure

En este libro, de cien páginas a todo color, Francisco de Goya aparece en nuestra época asesorando a un pintor en situación rocambolesca;  en el segundo capítulo, "La manzana de Douanier", se encuentran artistas de países de épocas lejanas , como Leonardo de Vinci, Giuseppe Arcimboldo y Henri Rousseau en un escenario común tan exuberante como el paraíso de Adán y Eva: y en el tercero capítulo "La media oreja de Van Gogh", apoyándose en hechos reales de la vida del creador holandés, y de su relación amistosa con Paul Gauguin, la historia transcurre por derroteros inesperados y repletos de situaciones cómicas.

Sobre la forma de presentar la labor pictórica de estos tres artistas en un cómic, su dibujante,  Moratha, expresa:  “Fue lo más complejo del asunto ya que no es fácil reproducir la obra de estos tres genios. Yo lo que en todo momento quise fue que sus obras más conocidas no crearan confusión en el lector por lo que tenían que ser totalmente reconocibles....así que las hice lo más parecido que supe y creo que el resultado fue muy óptimo”.

“Las vidas de los tres se pueden reflejar –añade Moratha- de mil maneras, ya que de  cada autor seguro  tenemos una visión totalmente distinta sobre los hechos que sucedieron en sus vidas...pero su obra es la que es, y ahí queda poco margen para la improvisación”.

“El humor está presente –dice-  en todo momento, a veces a modo de gags , y otras, haciendo una sutil parodia de aspectos de la vida de los protagonistas...siempre desde la admiración y el respeto a todos ellos”.

“Lo bonito que tiene el comic –subraya-  es que da margen para contar absolutamente todo, por duro o difícil que parezca. y si tienes la suerte de contar con una  gran guionista como Inge,  entonces los problemas se reducen al mínimo”.

"En esta serie, -explica Inge-   sólo participé siguiendo la estela de la labor emprendida por Moratha, con Francisco de Goya. Moratha es un artista del cómic polivalente y siempre dispuesto a plasmar las ideas más descabelladas.  Yo me centré en el guión de Henri Rosseau (llamado “El Aduanero” y también “Le Douanier” ) y la de Van Gogh. Nuestra relación laboral fue por internet, ya que resido en Francia, y fue excelente.  Lo más difícil de un guión de cómic es traducir en lenguaje escrito algo que acabará siendo principalmente visual. En el caso de ambos guiones, el reto mayor para mi  fue arrancar”.

“En el caso de La Manzana de Douanier, -relata Inge-  fue el propio Jean-François Saure, editor, quien me propuso contar una historia sobre  Rousseau.  A partir de ahí, en la trama se unen Adán y Eva, Giuseppe Arcimboldo, Leonardo DaVinci y la Gioconda”.

“Para el cómic de Van Gogh, -continúa Inge -  fue una serie de casualidades que me llevaron a querer darle un giro cómico a su historia trágica.  Entre ellas, un recorte de periódico que había guardado mi padre en un libro sobre la misteriosa desaparición de un cuadro de Van Gogh, que compró en su día un millonario japonés por más de 80 millones de dólares. Al no haberse podido encontrar nunca dicha obra (un retrato del Doctor Gachet, médico y amigo de Van Gogh en los últimos meses de su vida) se teme que el propietario haya podido ser incinerado  cuando falleció, con la famosa obra de arte a modo de última voluntad.  Este hecho tan descabellado, me pareció el mejor comienzo para mi guión sobre la vida de Van Gogh”.

“Nuestras tres historietas sobre Goya,  Van Gogh y Le Douanier, que integran el libro,  buscan despertar interés por estos artistas, sin que se haga pesada la experiencia y añadiendo un toque de humor. Buscamos presentar la historia del arte de una manera amena y un poco irreverente. Si después de la lectura, el lector quiere profundizar en la vida de los artistas y su obra, eso ya queda en su mano, pero creo que es un muy buen comienzo” – finaliza.

Con este ejemplar, que está disponible en librerías, el comic vuelve a demostrar su valor artístico, y además ratifica que  este género “promueve el aprendizaje de diferentes y diversas temáticas. Desde la historia, a la cultura, pasando por la ciencia,  los valores éticos y sociales,  entre muchos otros aspectos”. @mundiario

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