El fotógrafo de Mauthausen: Mario Casas sorprende en un largometraje profundo
Aunque España no estuvo precisamente involucrada en la Segunda Guerra Mundial, eso no quiere decir que la cultura española no tenga qué aportar sobre ella. Y esto es lo que hace esta cinta de Mar Targarona, que recuerda la historia de Francesc Boix.
Aunque España se declaró en una posición “no beligerante” durante la Segunda Guerra Mundial, esto no evita a que su cultura quiera recordar uno de sus episodios más siniestros. Para esto, la directora Mar Targarona presenta El fotógrafo de Mauthausen, protagonizada por un sorprendente Mario Casas que se convierte en Francesc Boix, que estuvo preso entre 1941 y 1945 en los campos de concentración, y fue capaz de aportar pruebas verídicas de lo que sucedió dentro de estos lugares.
La cinta de Targarona se presenta como un drama algo difícil de presenciar mostrando una cara oculta de los campos de exterminio, siendo un film bastante sólido y sobrio, a pesar de tener una que otra falta. El largometraje cuenta con una estable solvencia narrativa que se mantiene a lo largo de su historia.
El fotógrafo de Mauthausen. / Productora.
El fotógrafo de Mauthausen, la persona, es recordado por ser el único español capaz de haber aportado pruebas en los Juicios de Núremberg. En este film podemos ver gran parte de la perversión del ser humano y la forma en que el arte se mantiene a pesar de lo horrible de aquella época.
Aunque la cinta no contó con una gran cantidad de presupuesto, lo cierto es que la directora y su equipo consiguieron manejar a la perfección el diseño de producción bastante inteligente que se mantiene fiel en la ambientación ayuda perfectamente a que nos creamos la historia.
Una obra recomendable
El film consigue mantenerse a pesar de algunos desvaríos propios de un dramático, pero logra mantenernos atentos durante sus dos horas de duración. En esto último ayudan los miembros del reparto conformados por Luka Peros, Stefan Weinert o Alain Hernández, que se unen a un impresionante Mario Casas que seguramente veremos en los Goya, demostrando que es más que una cara bonita y los músculos de a Tres metros sobre el cielo.
El film se convierte en una dura, pero grata sorpresa para el cine español que diversifica sus aportes en el arte a través de esas miles de historias que nos conseguimos alrededor del mundo. @mundiario
