Habitación 300: Estamos cada vez más lejos de conseguirlo..., dirán los pensadores

Lapidación, capítulo 8.
Lapidación, capítulo 8.

Hay algo que nos ronda siempre y nos tortura a veces. / Relato literario

Habitación 300: Estamos cada vez más lejos de conseguirlo..., dirán los pensadores

Lo llaman ambición… Es temor. Sí, temen perder los afectos, el respeto, su dinero y su prestigio. Ya no necesitarán ser humildes sino solidarios. No sabremos nada más de ellos que lo que poseen, y nunca nos sonreirán.

Está en la mente, en todas las mentes, la incoherencia de la clase social y de toda la sociedad; la falsedad de las noticias y la historia relatada. Nos engañan al igual que todos engañamos. El sistema es injusto: la base, el proletariado, sostiene todo el peso; los de arriba consiguen mejores vistas.

Pero, ¿en dónde el fracaso? ¿Es un drama la bancarrota? ¿Es una derrota el desamor? ¿Cuáles son nuestras prioridades sino preservar nuestras vidas? Porque todos quieren que te mueras, que no jodas, que te esfumes; debes confiar en tu intuición si quieres que te digan la verdad.

Cuanto más te centras en ti misma, más te dan la razón; cuanto más se complica tu vida sentimental, ¡más claro lo tienes todo!

Me gustan las prestaciones de la soledad, tienen mucho futuro, salvarán muchas vidas. El genio discurre en soledad. Nos corrompen para que nos rindamos a la mediocridad, para no destacar, para no alterar el sistema.

Quiero soledad para meditar mi mundo. Ya lo hablaré con quien me merezca: no tengo malas influencias sino malas respuestas. Así me libro yo de la sumisión al pensamiento único. No digas todo lo que pienses.

Eso que te deja pensativa, en esos momentos de quietud… Debe de ser la paz interior. No sé si la dan todos los dioses, no sé si todos la procuran. Y no es así porque creen que son diferentes cuando son brutos, racistas, materialistas, simplistas, ignorantes… Todos los opuestos a la paz interior.

Por eso nos encontramos mal en territorios de paz: no saben para qué sirve la libertad. El gobierno no da instrucciones para la liberación, supone que el ciudadano agradece ser necesario, útil y desalmado. Pero, al menos, consiguió su lugar, que es lo más cercano a descubrir un continente o ganar un concurso. Tienen un nombre y un imperio… En el remite de un prestigio en común. @mundiario

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