¿Es la música tridimensional la tecnología del futuro?

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Dani Castelar. / valenciaplaza.com

Es el momento del audio inmersivo, sonidos que hackean los algoritmos de tu cerebro y desdibujan las fronteras entre lo que ocurre dentro y fuera de tus oídos.

¿Es la música tridimensional la tecnología del futuro?

Esta era de la Covid-19 nos ha traído otro fenómeno viral, las canciones en 8D que prometen “volarte la cabeza” y se presentan como la antesala de un futuro holofónico, en el que la música ya no se escuchará a través de los oídos, sino dentro de tu cabeza.

El youtuber Jaime Altozano lo describe “grosso modo” como una tecnología que atenúa unas frecuencias y potencia otras para “hackear los algoritmos de tu cerebro, cuya función es detectar el punto espacial concreto del que proviene cada uno de los sonidos que escuchas”. No solo de derecha a izquierda, como propone el sonido estéreo o 2D, sino en todas las combinaciones posibles de arriba abajo, más cerca y más lejos.

La sensación de hiperrealidad que se logra con la introducción de sonidos reconocibles concretos, un golpe a una puerta, unas pisadas que se te acercan amenazadoramente por detrás, el sonido filoso y metálico de unas tijeras recortándote un lateral de tu cabeza...Es una experiencia auditiva con posibilidades infinitas en el campo de la realidad virtual. Sin embargo, no es una tecnología nueva, la industria del cine y la de los videojuegos utilizan la tridimensionalidad del sonido desde hace años. La novedad es la idea de que este tipo de efectos jugarán en el futuro un papel importante en la producción de música comercial.

Daniel Castelar en su faceta como profesor del campus de Berklee de Valencia, imparte, entre otras, la asignatura de Grabaciones Híbridas, dentro de la cual se tratan los llamados immersive audios. Es una clase específica en la que se enseña a los alumnos nuevas técnicas de grabación relacionadas con el sonido envolvente, concretamente la tecnología Ambisonics, que es una evolución de aquella primera aproximación a la música tridimensional que se hacía cuando se empezó a grabar por primera vez con dos micrófonos omnidireccionales, separados por una barrera que representaba las dimensiones de una cabeza, de hecho, algunos de estos micrófonos tienen forma de cabeza humana. Esto permite al oyente dictaminar la posición del objeto, llamado también sonido binaural.

La investigación en torno al audio inmersivo es fascinante, pero tiene limitaciones importantes, porque se graba desde un solo punto en el espacio y también por las condiciones específicas que necesitas para escucharlo. Esto, contextualizado en un momento en el que la gente por lo general consume música como un producto de usar y tirar y lo hace a través de soportes como tablets y teléfonos, complica las posibilidades de que este tipo de tecnología se generalice en la grabación de música comercial. Parece casi imposible sacarle beneficio económico, la gente no dedica tiempo a escuchar con detenimiento los matices de las canciones que escucha. Donde sí tiene un campo de aplicación muy potente es en el sector de los videojuegos, en la industria del cine y también para las páginas web.

Los audios 8D que nos llegan últimamente a través de Whatsapp son diferentes a los audios inmersivos con los que se trabaja en el aula, son más que canciones grabadas en estéreo sobre las que alguien ha yuxtapuesto otro audio encima grabado con micros omnidireccionales. O incluso son canciones convencionales a las que se ha aplicado una herramienta de posproducción, un plugin, que procesa la señal para recrear digitalmente el sonido envolvente. Lo cierto es que los resultados no son muy buenos si los comparas con una grabación concebida tridimensionalmente desde el principio.

Lo que sí está claro es que este artículo y deseo citar que lo baso en la publicación de Culturplaza, sección de Psicoacústica de Marta Moreira, muchas marcas buscan una tecnología nueva para seguir vendiendo y sorprendiendo a sus usuarios y este sonido 3D tiene todos los ingredientes para convertirse en un plus que marque diferencias se llame audio 3D, 8D, holofónico o 360, en todo caso, son muchos nombres para un mismo efecto. El origen de esta técnica de sonido se remonta a los años 70 y la idea era conseguir la misma tridimensionalidad que se tiene en imagen con la holografía. Para más información sobre el uso de esta tecnología quiero citar también un  extenso, aclarador y bien documentado  artículo de Enrique Pérez de Xataka TV. @mundiario

 

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