Raquel Villar: "Busco dar visibilidad a un problema tan a la orden del día como la depresión"

Raquel Villar posa con un ejemplar de Entre tu piel y mis grietas. _ Mundiario
Raquel Villar posa con un ejemplar de Entre tu piel y mis grietas. / Mundiario
En su obra Entre tu piel y mis grietas, la escritora española reflexiona sobre temas como el amor y los riegos que conlleva el uso de las nuevas tecnologías y nos transporta por diferentes zonas de Israel. 
Raquel Villar: "Busco dar visibilidad a un problema tan a la orden del día como la depresión"

Inteligente y polifacética, de ciencias pero también de letras, Raquel Villar es una escritora española que ya cuenta con media docena de libros en su haber. Entre tu piel y mis grietas, una de sus más recientes obras, es una novela corta y perspicaz, contemporánea e intimista, en la que la autora reflexiona sobre temas como el amor y la depresión; medita sobre problemas como los riegos que conlleva el uso de las nuevas tecnologías y nos transporta -utilizando el viaje como metáfora de la literatura y de la vida- por diferentes zonas de Israel. Hoy la entrevistamos en MUNDIARIO. 

- Decía César González Ruano que todo lo que no es autobiografía en plagio. ¿A ti te gustan las flores?

- (Risas). No mucho, aunque me lo preguntan bastante porque tiendo a elegir protagonistas femeninas y jóvenes. En parte por eso para mi próxima novela he elegido un protagonista masculino. Reconozco que Isabel tiene parte de mí, pero la esencia del personaje pertenece a otra persona que tuve la suerte de que se cruzara en mi vida hace unos años.

- Eres de ciencias pero también de letras. Dicen que los zurdos sois más inteligentes. La protagonista de tu libro lo es, ¿detalle autobiográfico?

- No sé si es verdad eso de que los zurdos somos más inteligentes, ¡suena un poco pedante que yo lo diga además! Creo que el mundo está hecho para diestros, y eso nos obliga a tener que adaptarnos a muchos aspectos de la vida cotidiana que un diestro no aprecia pero nosotros sí!! Y creo también que tenemos una sensibilidad especial. Al menos todos los zurdos que conozco la tienen. Por eso Isabel es zurda, porque es una persona con una sensibilidad muy especial. 

- Agatha Christie fue la precursora en la utilización de escenarios exóticos en sus libros. La gente no podía viajar y ella les permitía transportarse a esos lugares a través de sus novelas. Ahora ya lo de viajar lo tenemos fácil. ¿Es en cierta medida tu novela también una guía turística de Israel? 

- Un poco sí, dentro de que con la novela lo que busco principalmente es dar visibilidad a un problema tan a la orden del día como son la depresión, y en general los problemas mentales. Pero tuve la oportunidad de vivir un tiempo en Israel, y la verdad es que me cautivó. Elegí ese escenario porque sentí la necesidad de mostrar la maravilla que tienen allí y que tan afortunada me siento de haber podido descubrir.

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Raquel Villar, escritora española, posa con un ejemplar de Entre tu piel y mis grietas. / Raquel Villar


- No sé si tendré perdón de Dios, pero nunca he estado en Israel. Cuando estuve en Tailandia también celebraban unos días en los que no se podía beber. Qué horror. ¿Esto en qué fecha es? Lo pregunto para no coincidir. 

- (Risas). Para mí lo tienes, quizás para Isabel y para Asier no. En el «sabbat» de ellos, que es como nuestro domingo, la mayoría de las cosas están cerradas. Los judíos ortodoxos son muy estrictos en cuanto a beber alcohol, utilizar tecnologías…Durante los «sabbat», pero no es algo que respete todo el mundo. Conocí a muchos judíos que hacen vida normal. Pero a finales de agosto recuerdo que había unos días durante los que no se podía beber alcohol. O al menos no te lo servían en los restaurantes ni en los bares, ni podías comprarlo en super mercados. Y el 4 de octubre celebraban el Yom Kipur, el día de la expiación, que es como un día dedicado al perdón y al arrepentimiento. Es el día del año más sagrado para ellos, y se dedican a estar en casa con la familia, no utilizan coches ni nada relacionado con la tecnología, no beben alcohol, apenas salen de casa…Y eso no es cosa sólo de los ortodoxos. Eso lo cumple todo el mundo, y el que no es judío lo respeta también.

La línea entre generar contenido que manifieste tu libertad de expresión y generar contenido ofensivo o perjudicial, incluso para uno mismo, es cada vez más fina.

- En el libro utilizas técnicas narrativas como el flashback (analepsis en literatura) e incluyes hacia el final un giro que hace encajar todas las piezas. ¿planeas eso desde el principio o se te ocurre escribiendo, sobre la marcha?

- Soy un poco caótica a la hora de secuenciar mis novelas. Supongo que es algo que mejoraré con la experiencia, en las dos últimas he hecho un mapa conceptual para la organización temporal con fechas, lugares. ¡Algo es algo! En todas las novelas que he escrito hasta ahora he empezado por el final. En algunas incluso lo primero que he escrito ha sido la última página. Y es el caso de Entre tu piel y mis grietas. Asumo desde que empiezo a escribir que tendré varios momentos de analepsis, en parte porque es un recurso que me gusta, me parece elegante y considero que le da calidad a la obra en cuanto a la complejidad que el control de la misma requiere, y en parte porque tengo mucho que aprender todavía en lo referente a la organización y a veces necesito echar mano de este recurso para dar explicación a algo que he olvidado explicar en otro momento, o simplemente porque se me ocurre, y ya. Así que un poco de todo. Hay analepsis planeada y analepsis espontánea en mis novelas.

- "Las fotos son un error que muchos jóvenes comentemos hoy en día", le dice una amiga a Isabel, la protagonista. ¿No tenemos ya más conciencia digital que hace unos años?

- Creo que conciencia tenemos, pero no la sabemos gestionar bien. A lo mejor son cosas mías, pero tengo la sensación de que las redes sociales son la droga del siglo XXI. Que a pesar de las charlas de concienciación, talleres, anuncios televisivos… cada vez afloran más problemas graves relacionados con el mal uso de las redes sociales. Los adolescentes conocen los riesgos de publicar y compartir ciertas cosas, y sin embargo muchos de ellos lo siguen haciendo. Es como si no pudieran controlarlo, como si prefirieran asumir las consecuencias a dejar de hacer lo que «todos» hacen. Los jóvenes somos un poco más cuidadosos, pero también metemos la pata. La línea entre generar contenido que manifieste tu libertad de expresión y generar contenido ofensivo o perjudicial, incluso para uno mismo, es cada vez más fina. Y en el momento en el que se atenta contra la dignidad y los derechos de alguien, y se hace daño, algo falla. Algo estamos haciendo mal.

- La última página de Entre tu piel y mis grietas es como de manual de autoayuda; creo que podía resumirse en la frase de Schopenhauer "es difícil encontrar la felicidad en uno mismo, pero es imposible encontrarla en ningún otro lugar" o en esta otra de Jiddu Krishnamurti: "La única relación auténtica y duradera que vamos a mantener es con nosotros mismos, el resto de relaciones no son más que un juego de espejos y proyecciones". ¿Estás de acuerdo? 

- No del todo. Sí que creo que para estar bien con los demás, primero tenemos que estar bien con nosotros mismos. Y para querer bien a alguien, hay que quererse bien a uno mismo. Es algo que últimamente se escucha mucho, y queda muy bonito decirlo, pero en la práctica resulta más complejo. Hay personas que aparentan tener una autoestima muy alta, y sin embargo es sólo un escudo, una armadura que no esconde más que un puñado de inseguridades y de pensamientos tóxicos y negativos. Y eso, afortunadamente, tiene cura. Pero la sociedad todavía no lo acepta del todo, no lo entiende a la gente que sufre este tipo de problemas, no sabe ayudar... La carencia de empatía es brutal, es lo que veo yo. Y precisamente por esto, considero que el ser humano necesita de seres humanos, aunque no debe suplicar la compañía de nadie. Hay una frase que me encanta que se le atribuye a Frida Kahlo que creo que define bien lo que yo pienso: “Si usted me quiere en su vida, usted me pondrá en ella. Yo no debería estar peleando por un puesto”. @mundiario 


 

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