El Videoclub de Tenerife Espacio de las Artes, una lección de cine

Fotograma de "Caras y lugares", documental de Agnés Varda y Jean   Rene, que se exhibe en el Videoclub del TEA
Fotograma de "Caras y lugares", documental de Agnés Varda y Jean Rene, que se exhibe en el Videoclub del TEA. / Caras y lugares

El público de Santa Cruz de Tenerife dispone desde marzo de una nueva opción cinematográfica, con entrada gratuita, para disfrutar de significativos filmes y  conocer mejor la narrativa del séptimo arte.

El Videoclub de Tenerife Espacio de las Artes, una lección de cine

El TEA, centro de arte contemporáneo del Cabildo de Tenerife, pone a disposición de los espectadores cada semana en su sala principal la proyección de filmes de alto valor cultural y en versión original,  que no se exhiben generalmente en las salas comerciales. Ahora este centro da un nuevo paso con la puesta en marcha del Videoclub, que según sus organizadores, “propone una reflexión sobre el sentido de la imagen y el lenguaje cinematográfico, en el que se proyectan diferentes ciclos de películas relacionadas con el arte, filmes clásicos así como otros trabajos que no se pueden ver en los circuitos comerciales o que han sido el resultado de alguna de las convocatorias de TEA. El visitante puede visionar todos estos trabajos de manera gratuita de martes a domingo de 10:00 a 20:00 horas”.

Emilio Ramal Soriano,  licenciado y DEA en Historia del Arte por la Universidad de La Laguna, miembro de la Asociación Española de Historiadores del Cine desde 1999, y  programador de cine y video del TEA, habla en exclusiva para los lectores de MUNDIARIO, sobre esta nueva iniciativa, que cualquiera puede disfrutar en Santa Cruz de Tenerife.

Emilio Ramal, programador de cine y video de Tenerife Espacio de las Artes - ER

Emilio Ramal, programador de cine y video de Tenerife Espacio de las Artes. / ER

– ¿Cómo surgió  este nuevo proyecto de ofrecer gratuitamente filmes valiosos en el Videoclub?

– La idea partió de Gilberto González, director artístico de TEA desde enero de este mismo año. Nada más aterrizar en  el cargo, se reunió conmigo y me propuso crear El Videoclub. Es una idea suya que ya aparecía en el programa con el que  quería darle mayor proyección al Departamento que dirijo. Se trata de crear un programa que cambia el primer martes de cada mes, y que arrancó en marzo.

– ¿Qué objetivos cinematográficos y culturales tiene este nuevo espacio en el TEA, donde se exhiben cintas documentales y de ficción?

– En las propias palabras del Director Artístico de TEA, El Videoclub “pretende  abrir un debate sobre el sentido de la imagen y lenguaje cinematográfico y su capacidad de afectar a muchos otros campos y que viene a complementar la labor” que el Departamento de Audiovisuales de TEA, ha realizado durante todos estos años. En este sentido, una vez que el director  me ha expuesto su idea, yo tengo libertad para confeccionar la programación, y lo que me planteé fue dar salida a una serie de películas, que por una serie de circunstancias (la excesiva radicalidad de su propuesta, películas de hace unos años, clásicos del cine, filmes con una duración  larga, etc…) podrían no encajar en la programación estable de cine de fin de semana de TEA y aprovechar para “confrontarlas” con otros trabajos. En este sentido, mi idea inicial ha sido apostar por dar visibilidad a determinadas piezas de videocreación de la Colección Ordóñez Falcón de Fotografía que forman parte de la Colección de TEA, y que considero que pueden establecer un diálogo interesante con esas otras obras, desde el punto de vista de la narrativa cinematográfica y audiovisual. Me atrae la idea de desafiar al espectador con un programa formado por obras que en principio no tienen un nexo claro o evidente, e invitarles a que los descubran. Para cada ocasión, preparo un texto en el que doy algunas claves que justifican la elección de esos títulos determinados.

Fotograma del filme

Fotograma de "Asalto y robo de un tren" (1903), de Edwin S. Porter.

– ¿Con que filmes se inició esta actividad?

– El primer programa, el de marzo, lo denominé “Una ruta hacia el cine expandido”,  y estaba formado por el clásico del cine mudo, “Asalto y robo de un tren”  (The great train robbery)  de Edwin S. Porter (1903), la pieza de videoarte de nuestra colección “Anchorage”  de Shirin Neshat (1996), y “Adios al lenguaje”  (Adieu au langage) de Jean- Luc Godard (2014), una película con la que este director demuestra el grado de abstracción y radicalidad en su lenguaje en el que lleva instalado los último años, y que lo han acercado más a los museos y centros de arte, que a las salas de cine.

– Veo que en el segundo ciclo, que se proyecta desde el 2 de abril al 5 de mayo, se rinde homenaje a Agnes Varda, que acaba de desaparecer físicamente, al programar su premiada cinta  “Caras y lugares”  (Visages villages, 2017), que realizó junto al fotógrafo JR (Jean Rene), entre otros dos filmes... 

– El homenaje a Agnés Varda no pretendía ser póstumo, sino a toda una maravillosa trayectoria a la directora de “Cleo de 5 a 7” (1961), y de “Los espigadores y la espigadora” (2002), a la viuda de Jacques Demy, que acaba de anunciar en la última Berlinale, donde presentó  “Varda by Agnès” que dejaba el cine  para centrarse en las instalaciones artísticas, faceta con la que llevaba las dos últimas décadas  coqueteando, pero su fallecimiento unos días antes de que arrancasen las proyecciones, lo convirtió en un homenaje póstumo. De hecho el programa se denomina “Juego de espejos y miradas”, y lo teníamos cerrado desde enero, por lo tanto la decisión de proyectar el documental de Agnés Varda, ya estaba tomada en función de la propia temática del programa. En esta ocasión me interesaba ese intercambio de miradas entre cineastas y artistas plásticos, que se daba entre Varda y el fotógrafo JR, en el caso de “Caras y lugares” (Visages villages); otro ejemplo está entre el fotógrafo alemán Dieter Appelt quien realiza una acción performativa que su esposa y colaboradora Hanna Appelt filma en 16 mm en “Image de la mort et de la vie”, 1983 (otra pieza de la Colección Ordóñez Falcón de Fotografía, de TEA); y en “Sexo quemado” del pintor Baudilio Miró Mainou, que filmaba a Pepe Dámaso en una suerte de performance del artista de Agaete, que contó con el asesoramiento artístico de César Manrique.  De manera que nos encontramos con las miradas de Hanna Appelt sobre su esposo; la de Mainou sobre Dámaso –y a la vez la de Manrique sobre ambos-, como la de JR sobre Agnès Varda (y viceversa).

– ¿Cómo compaginas tu labor de programador del cine del TEA, que muchos espectadores aprecian por su calidad y variedad, donde se exhiben filmes de distintas nacionalidades, y que apenas son tenidas en cuenta por las salas comerciales, con esta nueva actividad?

– En realidad es una extensión más de mi trabajo diario, y una expansión del programa de cine y video de TEA. De hecho, como te comentaba antes, hay algunas películas que, pese a que me interesan mucho,  por determinadas razones no puedo encajar en la programación estable de fin de semana, y para las que ahora encuentro una salida en El Videoclub.

– Una iniciativa interesante es que el público puede proponer filmes a este Videoclub, si escribe al email: [email protected] explicando el por qué de su selección. Es un gesto democrático que demuestra la apertura del TEA a sugerencias, ¿no?

– El hecho de que el programa se proyecte de manera ininterrumpida en bucle, de martes a domingo,  de 10 a 20 h. y con entrada gratuita, es una clara muestra de la importancia que concedemos al lenguaje audiovisual en TEA, y un paso más en la democratización del acceso a esa cultura audiovisual en una época, como la actual, en la que todos, como sociedad, estamos expuestos a una saturación de mensajes audiovisuales que nos llegan prácticamente desde cualquier lado y a todas horas. Esa labor de educar en el lenguaje audiovisual,  para poder ser críticos con esos mensajes de los que hablaba, está también en el origen de El Videoclub. Y en este sentido, que sea el público quien participe con sus propuestas, a configurar esos programas, lo vemos como una nueva oportunidad para acercarnos aún más a la sociedad que rodea a TEA, y que sientan el centro como algo propio”. @mundiario

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