El Diario de Etty Hillesum

Etty Hillesum.
Etty Hillesum.
Etty o Ester Hillesum escribió un diario entre 1941 y 1943. Nació en 1914, en Middelburg, Países Bajos y falleció en 1943 en Auschwitz, por ser judía. 
El Diario de Etty Hillesum

Se ha comparado con el Diario de Ana Frank, pero en este caso siendo una mujer joven, pero no adolescente. Los Diarios de Etty Hillesum fueron empezados, por sugerencia y como terapia y como autoconocimiento de Julius Spier. Estos Diarios nos enfrentan al mundo interior de una persona, una mujer, una mujer judía enfrentadas, no solo a las interioridades propias, sino también a la situación externa, de su sociedad, es decir, ser judía, sabiendo que los judíos eran perseguidos y masacrados, estando en el centro de una espantosa guerra mundial.

El Papa Benedicto XVI, cita a Etty, indicando que fue una persona alejada de Dios, pero que al entrar en su interioridad, debido a varias razones psicológicas y sociohistóricas, encuentra al Ser Supremo que la está esperando. Incluso siendo conscientes de las crueldades irracionales y sin explicaciones de ese momento, que pudo tener para los judíos carácter apocalíptico, mucho más de lo que ya históricamente han tenido que soportar, parece ser que encontró dentro de sí, la paz y el amor interior, en palabras de ella. “vivo constantemente en intimidad con Dios”.

Suponemos que este Diario y esta persona sufrirá la comparación con el de Anna Frank, pero hay que tener en cuenta, que no existen dos seres humanos exactamente idénticos, por lo tanto, las mismas circunstancias no son las mismas historias para cada sujeto, ni cada sujeto vive y existe del mismo modo los acontecimientos interiores. Indico este enunciado, porque el que se acerque a esta fuente de palabras, debe llevar la convicción que encontrará otro mundo interior, otras explicaciones al caos del mundo, en ese momento, caos interior de esta persona, caos exterior de las circunstancias.

Se interpreta que nos narra, a raíz de todos los acontecimientos un relato de la interioridad, de la espiritualidad, de la búsqueda profunda. Se habla que estaría dentro del movimiento de la “teología después de Auschwitz”, quizás, más propiamente habría que indicar de la filosofía-metafísica después de Auschwitz. Siempre se ha indicado, que todo ser humano hasta ahora, ha nacido después de una gran guerra, o existe antes de una gran guerra, o vive en medio de una gran guerra.

Esta generación, esta autora, nació dentro de una gran guerra y padeció muriendo, dentro de una gran guerra. Siempre me he preguntado que el siglo veinte, en su arte, cultura, sociedad, filosofía, metafísica y todos los cambios que se han producido, no solo se deben a los avances tecnológicos científicos, debido a su vez, a docenas de factores, sino a las realidades y consecuencias de las guerras. No creo que haya habido un movimiento cultural o filosófico en el siglo veinte en Occidente, que no esté detrás de ello, la gran guerra, la primera, o la segunda, y desde luego, después la guerra fría, que era demasiado caliente en algunos territorios.

Ante este drama, que tiene proporciones metafísicas y también religiosas, históricamente han existido, especialmente entre los que la padecieron dos opciones, unos se preguntaban “¿Dónde estaba Yahvé mientras existían los campos de exterminio?”, y otras personas, como Etty, incluso en esta situación límite, se plantea y encuentran en su profundo ser a Dios. O dicho de otro modo, Dios, Dios no ha dejado de existir ni siquiera en este descomunal drama humano.

Al fin, de cuentas, cuándo se celebró el juicio de Nuremberg, se realizó en la sala del ayuntamiento de la ciudad, que había quedado indemne, raramente, existiendo en las paredes, bajorrelieves en madera referidas a los Diez Mandamientos. O dicho de otro modo, al final, esta enorme masacre, puede tener muchas explicaciones o ninguna, pero una de ellas, es el incumplimiento colectivo o ideológico de la “no aceptación de los Mandatos de Moisés”, o si se es agnóstico, del derecho natural o de una moral natural, que reflejan ese decálogo de normas.

Pienso que este Diario, hasta dónde conozco debería alcanzar un grado de difusión mayor, realizándose documentales visuales, libros e interpretaciones, lecturas, obras de teatro, y simplemente leyéndose. Al final, las alegrías de un ser humano, son semejantes a las nuestras, sus dramas y tristezas también. @mundiario

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