El Ejército español recibe una gran donación de pintura de batallas
Dentro de la llamada “pintura de Historia”, la pintura bélica ha sido un género con poca presencia en el panorama pictórico español. Sólo a partir del surgimiento a comienzos del siglo XXI de la figura de Augusto Ferrer-Dalmau, conocido como “el pintor de batallas” cuando ha adquirido una dimensión popular. Por ello, ha sido muy valorada, en el mundo de la cultura y de la defensa, la donación del coleccionista Pedro Ramón y Cajal, descendiente del Nobel de Medicina, de 48 cuadros de temática bélica al Ejército español.
El Jefe de Estado Mayor del Ejército, el general de ejército lucense Francisco J. Varela Salas, y el general Enrique Bohigas, director del Instituto de Historia y Cultura Militar, han presidido este acto de donación en el Palacio de Buenavista, sede del Cuartel General del Ejército (Madrid).
El general Varela firmando la donación de la colección de P. Ramón y Cajal.
Una misma temática en distintas técnicas y estilos
Los lienzos de Pedro Ramón y Cajal no tienen su origen en un legado familiar, sino que los ha ido seleccionando y adquiriendo durante más de 30 años. Una búsqueda muy ardua ya que no ha sido un género propio de coleccionistas y han sido piezas que pueden considerarse casi auténticas rarezas. De ahí el valor añadido de su donación.
Esta gran colección se articula en cuatro grandes bloques: Barroco, Neoclasicismo, siglo XIX y actualidad y engloba diferentes estilos y autores que escenifican momentos heroicos, combates o batallas navales. Entre las piezas donadas, una de las que más expectación ha desencadenado ha sido la “Batalla de Pavía” de Augusto Ferrer-Dalmau que junto al cuadro de "Pita da Veiga en Pavía "y el futuro “Prendimiento de Francisco I” , forman la llamada Trilogía de Pavía del artista catalán. Una batalla crucial en la que participaron las grandes casas aristócratas europeas y en la que los arcabuceros de Carlos I resultaron decisivos para conseguir la victoria contra Francia estando en clara inferioridad numérica.
También pueden destacarse en la colección la obra de Jacques Courtois, conocido como Giacomo Cortese o Il Borgognone, «Escena de batalla con artillería», de finales del XVII, la “Campaña de Túnez” -conocida en su día como el Asedio de Malta- del conocido teórico Palomino, pintor de Carlos II, o una xilografía del grabador flamenco Bouttats, que representa en perspectiva abatida un «Campamento con tiendas orientales”. Hay también una interesante serie de tondos italianos abocetados con escaramuzas bélicas y algunas obras del pintor valenciano Esteban March.
La Guerra de la Independencia, tiene también presencia relevante en esta colección con la obra de Marcelino Uceta «Muerte de Daoíz y Velarde» y «Primer sitio de Gerona», o un boceto del discípulo de Goya Juan Gálvez de 1808, realizado pocos días después del sitio de Zaragoza.
Auge de la Historia Militar
Por expreso deseo el donante, las obras se expondrán de forma permanente en el Castillo de San Pedro –Ciudadela de Jaca–, dada la vinculación de su familia con la ciudad oscense. Jaca es una ciudad con una gran impronta militar e histórica, como queda de manifiesto en las grandes Recreaciones Internacional de los Tercios Españoles que tienen lugar allí.
La colección de Pedro Ramón y Cajal, estuvo expuesta en el Museo del Ejército de Toledo y recibió casi cien mil visitas. Este gran seguimiento de público confirma que la Historia Militar está viviendo un auge inesperado en diferentes ámbitos. Buena muestra de ello es el éxito de visitantes del Museo Naval de Ferrol o el Museo Militar de Sevilla o de recientes reediciones como "Contra Armada" de Luis Gorrochategui. También se constata este gran interés en eventos próximos como las Jornadas de Historia Militar de Extremadura que se difundirán en streaming a todo el mundo o la Exposición de Augusto Ferrer Dalmau en el Real Círculo de Labradores de Sevilla en la que se espera la participación del Tercio de Olivares. @mundiario
