El misterio de la cripta embrujada, de Eduardo Mendoza

Portada. El misterio de la cripta embrujada, de Eduardo mendoza
Portada. El misterio de la cripta embrujada, de Eduardo Mendoza

La historia que comento, nos presenta un protagonista arrollador y embaucador de asuntos sucios, capaz de todo lo posible e imaginable. Estamos ante el maestro de esta comedia bufa de tan envolvente carrera.

El misterio de la cripta embrujada, de Eduardo Mendoza

Desde 1979, fecha de la primera edición de El misterio de la cripta embrujada, hasta el año 2010, si no he contado mal, se suman 26 las ediciones de esta novela, lo que puede saborear con placer Eduardo Mendoza y no menos la editorial Seix Barral. Original historia de intriga policial y social, bastante movida, que muestra en su ameno y dinámico contenido una carga crítica de la sociedad durante la dictadura de larga noche de piedra hasta los asomos de la democracia. Aquellos de tantas esperanzas  brindabas hasta que llegó la desmemoria de la izquierda socialista y la triste realidad del franquismo, un tanto disfrazado, pero atado y bien atado. Tanto  que el transcurrir del tiempo nos viene demostrando su poca simpatía por la democracia. Hasta esta actualidad que se desliza por unos senderos porque que puede pasar en el país de la corrupción, mucho más escandalosa que cuando su Caudillo con la lucecita perenne en El Pardo regía los desatinos de la España “Reserva de Occidente contra el complot judío masónico y el oro de Moscú”. Todo un manojo no de rosas mustias, emanando un amplio calendario de sucesos, complicidades del viejo oficio de la corrupción que sobrevive a todo tipo de gobierno, en ese vicio de “coge el dinero y corre que no es tuyo”. Y las migajas para los de abajo.

La historia,  desde su inicio nos presenta un protagonista arrollador y embaucador capaz de todo lo posible e imaginable. Se puede afirmar que es el maestro de comedia bufa de tan envolvente carrera. En la que se advierte como el personaje estaba recluido en un manicomio desde hacía cinco años. Y del que lo saca el comisario de policía Flores para que le ayude a resolver un caso curioso y delicado, dado las personas de importancia que pueden estar implicadas en el misterioso complejo de  la cripta embrujada, en el que se trata de averiguar los sinsabores de una niña llamada Isabel Perapelana del colegio de monjas de las madres lazaristas. Este comisario veterano en lavar y tender la ropa,  con astuta intención, quiere que sea este peligroso personaje sacado del manicomio, quien corra el riesgo de sacarle las castañas del fuego y resuelva dando la cara frente a  todas las situaciones que transcurren, con la promesa de que “loco cuerdo”, saldrá en libertad.

El caso ofrece la desaparición de niñas del colegio de las madres zaristas de San Gervasio, lo que significa que con la Iglesia se encuentra nuestro personaje en sus indagaciones. Cada vez más envuelto en una serie de complejidades, de los que  logrará salir airoso aunque bastante magullado de los muchos trances que tiene que afrontar, para descubrir tan enrevesado caso. Donde se manejan los hilos de la extraña desaparición de las niñas del colegio, nada menos que monjas y figuras de señores con poder económico, capaces de comprar hasta a un dentista y con todas las consecuencia que su nobleza obliga sin escrúpulos de ninguna clase.

Las pistas van llevando a relacionar la telaraña que relaciona la desaparición con de las niñas con gente pudiente de Barcelona. Concretamente con determinado industrial catalán. Pero nuestro locuelo detective encuentra a una tal Mercedes, exalumna del colegio con la que ira despejando los senderos que le permiten llegar al final de la aventura y misterio policial. Muy diferente a las normas propias del género negro de novela. Lo que nos demuestra con ingenio y habilidad literaria, un Eduardo Mendoza con esta “farsa burlesca y una sátira moral y social que tiene sus raíces últimas en la picaresca y el modelo cervantino”. @mundiario

 

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