David Felipe Arranz rescata el Hollywood rebelde

David Felipe Arranz. /  Miguel Garrote
David Felipe Arranz posa con su libro Indios, vaqueros y princesas galácticas. / Miguel Garrote
Su libro titulado Indios, vaqueros y princesas galácticas. Los rebeldes del cine, de Pigmalión, indaga en los outsiders del séptimo arte.
David Felipe Arranz rescata el Hollywood rebelde

Hubo un Hollywood -y una cinematografía europea- habitado por rebeldes con conciencia social, que, a través de sus películas, ha ido forjando la conciencia crítica y contestataria de varias generaciones. Es una de las conclusiones sobre un puñado de outsiders del celuloide que desfilan por el último libro del escritor y periodista David Felipe Arranz, Indios, vaqueros y princesas galácticas. Los rebeldes del cine, de la editorial Pigmalión.

En el volumen se reúnen trabajos del autor publicados en revistas de cine, como Versión Original y Making of. Cuadernos de cine y educación, que ofrecen una mirada sobre cineastas y personajes con sus ritos y ritmos indómitos, peleones, aventureros e idealistas, que transitan por todos los géneros cinematográficos. “Esos enfrentamientos con la autoridad –explica Arranz– han de llevarlos a cabo si quieren realizarse como personas o no traicionarse a sí mismos. La historia se ha ido aclarando, gracias al cine, a medida que la rebeldía le ha dado ese baño estético. Resulta muy difícil, ya, encontrar a los nuevos rebeldes con unos principios trascendentales en los que creen aun a costa de su propia vida”.

Actores y actrices como Errol Flynn –Robin Hood–, Burt Lancaster –El halcón y la flecha–, Eleanor Parker –La novia salvaje– o Elizabeth Taylor –Una mujer marcada– o Ava Gardner –Mogambo– ejemplifican ese arquetipo que "en nuestras mocedades nos cincelan un trascendentalismo y un sentido ético de las cosas que a veces conlleva una desobediencia ante un sistema opresor e injusto, y en los que solo creen ellos, personajes de ensueño, tan reales al mismo tiempo”, comenta el autor.

El ensayo de David Felipe Arranz dedica su primera mitad al problema de los indígenas de Norteamérica y el llamado Destino manifiesto reflejado en el wéstern, género cinematográfico tan influyente que bien podría decirse que el público cinéfilo en general se divide en dos: el que lo detesta y aquel otro que lo ama con fervor. Según Arranz, profesor de periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid, el wéstern ha sido para millones de generaciones de espectadores una suerte de aprendizaje imaginativo y una estampa de conducta: “con un trasfondo político revestido de acción trepidante y aventura social-realista, el género nos posibilita la comprensión de la historia de los Estados Unidos de América”, afirma el autor.

Por sus páginas desfilan la princesa Leia Organa de La guerra de las galaxias (1977), de George Lucas, como la versión moderna de la Vienna de Johnny Guitar (1954), de Nicholas Ray: “late en Leia idéntica pulsión y fuerza rebelde que en la protagonista del wéstern que escribió Philip Yordan a partir de la novela de Roy Chanslor: son mujeres que se hacen rebeldes por propia subsistencia en el durísimo mundo de los cowboys, ya sea del lejano Oeste o de los viajes interestelares”, asegura David Felipe Arranz.

El volumen se completa con varios abordajes a cineastas a contracorriente, como John Ford, Budd Boetticher, John Huston, Edgar G. Ulmer, William Dieterle, Edward Dmytryk, Stanley Kramer, Jerry Lewis, Robert Redford, Michelangelo Antonioni, Clint Eastwood o el español Basilio Martín Patino, al que dedica el último capítulo; actitudes vitales y artísticas de intérpretes como Maximilian Schell, Hedy Lamarr, Carrie Fisher, Alan Rickman o Sienna Miller, o escritores indómitos que han inspirado célebres películas, como Guy de Maupassant, George Bernard Shaw, Oscar Wilde, Stephen Crane o William Faulkner. También el cine europeo tiene una presencia especial, con análisis a la obra del húngaro Géza von Radványi o del italiano Valerio Zurlini. @mundiario

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