Cunqueiro y su Casa Museo en Mondoñedo

Álvaro Cunqueiro.
Álvaro Cunqueiro.

La Casa Museo de Álvaro Cunqueiro (Mondoñedo, 1911, Vigo, 1981) es una realidad, para recordar-homenajear a uno de los grandes escritores hispánicos y gallegos.

Cunqueiro y su Casa Museo en Mondoñedo

Después de diversos avatares socioculturales, se ha inaugurado hace unos meses la ansiada casa-museo de Cunqueiro. Queda pendiente la instalación de una fundación, que como todas, anexa a este museo o independiente de ella, analice y estudie y difunda y recoja documentación de este egregio-notable-excelente-diverso escritor-observador-pensador.

Cunqueiro, en mi modesto entender, como todo ser humano es un misterio, lleva en sí, encerrado ideas y conceptos y experiencias, que no comprendemos desde fuera, tampoco sé, si él era capaz de entenderse en todos los sentidos. Como gallego, es otro segundo misterio. ¿Qué es la gallequidad, con sumo respeto, sino una forma de ver-percibir-sentir el mundo, que sin aspavientos-grandilocuencias-vanidades-soberbias, tiene sus características propias? En tercer lugar, es escritor, y todo escritor es algo que no podemos encerrar en un círculo. Creo que Cunqueiro se le juntaban estos tres conjuntos de Cantor-Peano, es decir, tres grandes enigmas, además, escribidor-escribiente en dos lenguas, y, además tener que atravesar los muros de su historia-circunstancia, es decir, de su tiempo, franqueado de guerras dentro y fuera de esta antigua Piel de Toro…

Hay en las biografías-memorias-recuerdos-reportajes que se dedican a los hombres-mujeres de la cultura, se cae en dos extremos, o se loa-venera-laudea hasta el máximo, o se narran-cuentan-perfilan las heridas-traumas-negruras de toda existencia. En un modesto artículo, cuando tenemos que combinar, más bien, debo indicarlo, mi homenaje a una figura, que fue capaz de mantenerse en ese oficio-profesión tan complejo, como es la intelectualidad, en olas-huracanes de una historia-Historia compleja de ese tiempo, pienso, que aunque se señalen algunos puntos más obscuros, a veces, la misericordia-piedad con otros seres humanos, también en el lenguaje oral-escrito es necesario.

Por tanto, considero que Cunqueiro, quizás, si no se hubiese olvidado-escondido en el Finisterre de Eurasia, habría sido más valorado, pero quizás, si no se hubiese escondido en el Oeste de Europa, no habría encontrado su voz, su voz profunda, que en definitiva, es la voz de todos. Porque al entrar una persona, en el profundo de su ser-consciencia-inconsciencia, no solo descubre algo de él, sino algo de todos nosotros. No me atrevería a decir, el inconsciente colectivo de Jung, pero si quizás, ideas-deseos-pasiones-libidos-pulsiones-instintos que la raza humana arrastra, con su animalidad. Al final, la mitología sea griega o celta, solo nos descubre como un espejo algo de lo que somos y en lo que somos…

Sé que las teorías de la literatura, del arte, de la estética ha dado una enorme importancia a cada arte en concreto, al género, a la tendencia-estética con la que llena y rellena su mirada. Pero el tiempo me ha enseñado-comprendido, que el género, ni la estética, ni el arte es lo esencial, sino lo fundamental, es “esa búsqueda y ese pasar por las puertas, que nos llevan a otro lugar”. O, dicho de otro modo, si al ver lo rutinario, quizás con palabras conceptistas o barrocas, gongorinas o quevedescas, ese autor es capaz, de decirnos algo profundo y superficial y esencial y accidental de nosotros mismos. Un artista literario o científico o filósofo o teólogo, solo tiene una función “darnos interpretaciones de la realidad”, es decir, sentidos y significantes y significados y contenidos y continentes. Para nosotros, en nuestra reinterpretación nos comprendamos a nosotros mismos…

Este suelo hispánico y los que lo habitan, tienen que valorar más estos pequeños museos, que pululan como árboles por toda la geografía, museos y casas-museos de escritores, pensadores, filósofos, artistas plásticos, de santos que nos enseñan algo de la historia, de esa historia incardinada de un ser humano en su tiempo, además de su diferencia-diversidad identitaria o autónoma, su unicidad. Porque todo ser humano es único, rodeado en un mar de circunstancias, no solo definidas en el sentido de Ortega. Sueño y resueño que algún día, además de viajar a las playas de arenas y cuerpos soleados con protuberancias solares y lunares, halla una costumbre de visitar el terruño de las comarcas y pueblos, y, sea una costumbre visitar estos museos. Uno, uno de ellos el de Álvaro Cunqueiro, que al mezclar, la mitología griega y celta y gallega, nos enseña, a cualquier ser que respire, algo de lo que somos…

Para terminar, si es que es verdad, la anécdota, que le pusieron a disposición las autoridades del momento, un taxi y una cantidad de dinero, para ir a Paris, para realizar una entrevista. Pero en vez de ir a Paris, se fue a Mondoñedo y se quedó a vivir-existir-soñar en este lugar-lagar-tierra-cielo. Solo por eso, Cunqueiro se merece, por fin, la esperada fundación que se materialice-cristalice entre mitologías de ayer y de hoy. @mundiario

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