Charlas con mi gato: ¿conectamos?

¿Sube o baja este gato?
¿Sube o baja este gato?

“La gente quiere escapar de la necesidad de pensar en nuestra condición infeliz, y por eso preferimos salir a cobrarnos alguna pieza. En si la liebre no nos librará de pensar en los inmensos aunque desabridos defectos de nuestra común condición, pero el acto de cazar sí. Página 151, Z Bauman.

Charlas con mi gato: ¿conectamos?

“La gente quiere escapar de la necesidad de pensar en nuestra condición infeliz, y por eso preferimos salir a cobrarnos alguna pieza. En si la liebre no nos librará de pensar en los inmensos aunque desabridos defectos de nuestra común condición, pero el acto de cazar sí. Página 151, Z Bauman.

“Para conectar con gente necesitas historias”. Isaac Re Delgado

Dos frases lapidarias, la pronunciada por uno de mis hijos y Bauman, las recite en voz alta, mi gato escuchó. Fuera una tormenta de agua y viento le impedía escapar en busca de aventura. Tal vez al leerla me interesaba su opinión, pero en esta historias de la condición humana cualquiera puede opinar y un gato tal vez sea el menos indicado. Pero dijo:

— Hace millones de años los gatos cazábamos hasta que nos domesticaron, mi corazón felino intuye que los humanos sois tipos raros, el sino interior lucha por demostrar que aún puede ser salvaje, pero la cultura es una carga que les libera y oprime a la vez. Ambos miramos fuera desde el balcón de mi estudio los helechos se agitaban envueltos una y otra vez por un viento iracundo. Y dije:

— Las historias son chispas de actos entre humanos, algunos las coleccionamos pues detrás de cada una de ellas está un momento vivido por dos o más en su propio camino. En la serie WestWorld, —no le pregunté si la había visto, pero muchas veces se sentaba a mi lado frente a la tele y HBO—. En esa serie las historias se crean a partir de humanos y robots que sirven los deseos de sus clientes y me pregunto: ¿el futuro será así? Mi gato contestó:

— Los grandes felinos desaparecerán, y los gatos seremos los últimos en observar en fin humano, primero con sirvientes robots, luego dominados por ellos. Mi gato estaba ácido, sin fe, hoy. Tal vez mientras haya gente, habrá historias, recordando la frase de Isaac Re que se marchaba a Brasil, y en los cientos de mujeres y hombres que cada día viajan hacia nuevas experiencias y por ello rompí la acidez felina con una frase:

— Detrás de cada conexión esta la gente. Detrás siempre surge una complicidad. Mi gato estaba observando, y no dijo nada. Es un felino —pensé. @mundiario

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