La carta, prepublicación de un capítulo de la novela El viaje de Bolzano

Publiqué por entregas este relato en una gaceta de provincias en 1969. Quizás, gracias a esa mínima difusión, se produjeron las circunstancias que voy a narrarles a continuación.

Hacia 1975 había dejado mis actividades, consiguiendo una jubilación sin excesivas holguras, pero digna, que me permitía vivir dedicándome a una de mis aplazadas aficiones, el rescate de cartografías, pinturas y otros documentos del pasado.

Una mañana al recoger el correo, me encontré con un sobre que llamó mi atención por el aspecto hermético y reservado de su presentación. Venía sellado con el logotipo de una compañía de seguros extranjera.

Estimado señor Bradomín:

La Compañía de seguros que representamos estaría muy interesada en contar con su colaboración en una gestión de cierta importancia para nosotros. Por supuesto su dedicación y empeño estarían sustancialmente remunerados.

En la consideración de que este ofrecimiento sea de su interés, le enviamos los billetes abiertos para que vuele usted a Zúrich lo antes posible, donde le daremos el resto de la información de que disponemos acerca de nuestras pesquisas sobre las que venimos trabajando desde hace varios años.

Le avanzamos que los honorarios que usted recibirá, si el resultado de sus aportaciones es positivo, se obtendrán aplicando un veinticinco por ciento sobre el valor de la tasación correspondiente en el mercado especializado de la mercancía que nos ocupa. A la espera de sus positivas noticias reciba un cordial saludo.

Monsieur Albert Pellissier

Sibiquai SN

8005 Zúrich

Suiza

Dejé la carta sobre la mesa, un poco perplejo por aquella comunicación acerca de una materia que ya casi había olvidado. En mi cabeza se produjo una actividad febril, inusitada en mi nueva existencia adocenada y fútil. Decidí enseguida que volaría a Zúrich lo antes posible. No me vendría nada mal romper con la monotonía y la uniformidad de la vida que había empezado a llevar en la última época. Además, el tiempo comenzaba a pasar demasiado de prisa. Algo de adrenalina aliviaría mis arterias por las cuales últimamente no parecía circular más que un río de etanoles mezclados con sílices coloidales, estearatos y toda suerte de encubridores excipientes. De alguna forma hay que camuflar los portentosos hallazgos de los laboratorios que han conseguido prolongar la vida del hombre medio químico de hoy.

La noticia influyó de tal forma en mi persona que los tenderos del barrio, sorprendidos,  me halagaban celebrando mi inesperado rejuvenecimiento. Pensaron que la razón era sin duda una mujer.

Decidí invertir unos ahorrillos en mi renovación personal. Compré un par de camisas, una americana y unos zapatos. En Zúrich completaría mi ajuar con un traje de tres piezas de tonos discretos. La vida quería brindarme otra oportunidad, parecía que, de nuevo, la suerte estaba de mi lado. @mundiario

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Quién es Arturo Franco Taboada

Arturo Franco Taboada –colaborador de MUNDIARIO– es arquitecto, escritor y dibujante. Nació en A Coruña y es doctor arquitecto por la Universidad de Santiago de Compostela. Ejerce como profesional a través del estudio Arqdis, S.L.P., y ha sido reconocido, entre otros, con el Premio Internacional Puente de Alcántara y el X Premio del Colegio de Arquitectos de Galicia (2002).

Como escritor, Arturo Franco Taboada fue finalista del Premio Planeta en 1993 con su primera novela, El legado del obispo nigromante. Además, es autor, entre otros, de Los orígenes de Compostela (1987); Fragmentos renacentistas. Teatro urbano. Dos ensayos gráficos (1997); Voces de la ciudad (1998); La catedral del fin del mundo (1998); Allá en el noroeste... Una cartografía literaria del Camino en León (2009); Der Jakobswegund Santiago de Compostela in den Hansestädtenundim Ostseeraum (2011); Im Jakobsland. Eineliterarische Kartographie des Jakobsweges in Nordwesten Spanien (2012); La flor antigua (2012); El Camino dibujado (2016), La afrenta de las Antillas (2018) y El viaje de Bolzano (2019). @mundiario