Gavilán o Paloma de José José: la canción para un travesti que hemos cantado por generaciones.

josé josé
José José, cantante. / RR SS.

Nos dijo que había hecho durante un tiempo el ejercicio de escuchar atentamente cada canción que oía; analizarla, darle vueltas. Pero aún no le creíamos, sería una broma, una mala apreciación, un punto de vista flojo, sólo supuesto.

Gavilán o Paloma de José José: la canción para un travesti que hemos cantado por generaciones.

Estábamos en el comedor, habíamos terminado de comer o quizá estuviéramos en el postre. De fondo, desde el estéreo de la sala, llegaba alguna canción de Aute. Hablábamos de alguna frase, de las metáforas, de los significados que había detrás de algunas líneas. Entonces Raúl Caballero nos hizo callar de golpe: "Gavilán o Paloma habla del encuentro con un travesti". Octavio se quedó mirando, Margarita abrió más sus ojos, yo hice igual que ellos, sumando la boca abierta. No podía ser posible, no lo creíamos, sólo su mente lo figuraba. Si la habíamos cantado desde siempre, cada quien a su tiempo en su respectiva edad (todas distintas ampliamente). La habíamos cantado enamorados (o sin estarlo), dolidos (o no), pensando en el ser querido (y aunque no lo hubiera), tarareado y escuchado tantas veces en radios ajenos o al pasar por la calle, ya fuera en un negocio, una bocina desconocida.

  Raúl nos dijo que había hecho durante un tiempo el ejercicio de escuchar atentamente cada canción que oía; analizarla, darle vueltas. Pero aún no le creíamos, sería una broma, una mala apreciación, un punto de vista flojo, sólo supuesto. Paramos a Aute y en el celular alguien puso la canción de José José: todos atentos. "No dejabas de mirar, estabas sola, completamente bella y sensual"... Lo ves, habla de una mujer, no hay nada extraño, dijo alguien. Escúchenla, dijo Raúl. Atentos todos, no queríamos dejar pasar palabra. ..."esa noche entre tus brazos caí en la trampa, casaste al aprendiz de seductor"... Después vino el coro y ahí esperábamos el acontecimiento: "Amiga, hay que ver cómo es el amor, que vuelve a quien lo toma, gavilán o paloma. Pobre tonto, ingenuo charlatán, que fui paloma por querer ser gavilán"... Quiso ser gavilán y fue paloma!, dijo alguien. Eso no es suficiente!, dijo otro. No tiene nada que ver, dijo alguien más. Escuchen, dijo Raúl, seguro de un descubrimiento antiguo y sin vuelta de hoja. "Fui bajando lentamente tu vestido, y tú no me dejaste ni hablar. Solamente suspirabas te necesito, abrázame más fuerte más"... Ahí viene, dijo Raúl. ... "al mirarte me sentí desengañado, sólo me dio frío tu calor. Lentamente te solté de entre mis brazos. Y dije estate quieta por favor..." Todos comprendimos al instante, como si fuera tan sencillo, como si fuera la primera vez que la escuchábamos y fuera tan obvio. Pero en años jamás lo habíamos siquiera imaginado. !Se desengañó al mirar!, dijo alguien. Le dio frío su calor, dijo Raúl. !Estate!, dijo Margarita. Tal vez a José José, en alguna de sus borracheras le pasó eso, después le contó al compositor e hizo esa canción, dijo Raúl. Pero bueno, tú la puedes dedicar y tomar otro significado, no precisamente ése, dijo Margarita. Pues de hecho es como durante años ha sido, ignorando la canción en realidad, dijo Octavio. Qué gran compositor, qué talento y elegancia para hablar de la anécdota, habrá que buscar quién es, dijo yo.

"Amiga, hay que ver cómo es el amor, que vuelve a quien lo toma, gavilán o paloma. Pobre tonto, ingenuo charlatán, que fui paloma por querer ser gavilán"... @mundiario

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