Los cambios sociales a través de las películas ‘El retorno de las brujas’

El retorno de las brujas 2. / Mundiario
El retorno de las brujas 2. / Mundiario
La doctrina woke lleva tiempo ahogando ciertas producciones cinematográficas, aún más en lo que respecta a las series, y El retorno de las brujas 2 es otro ejemplo.
Los cambios sociales a través de las películas ‘El retorno de las brujas’

No será esta, ni mucho menos, la película que mejor ejemplifique ciertos abusos que se dan en el cine actual, pero es llamativo comprobar cómo ciertas evoluciones o involuciones sociales, según quien lo mire, marcan a los personajes de nuestras serie y filmes favoritos.

El retorno de las brujas de 1993, dirigida por Kenny Ortega (High School Musical 1, 2 y 3), producida por Walt Disney Pictures y Touchwood Pacific Partners (fundada por The Walt Disney Company)  con guión de Mick Garris, uno de los guionistas que más adaptaciones ha realizado de las novelas de Stephen King y creador, además, de la serie de televisión Maestros del Horror (Masters of Horror), junto a Neil Cuthbert, tiene como protagonistas a Bette Midler, Sarah Jessica Parker y Kathy Najimy, las tres brujas de Salem que fueron quemadas en la hoguera tras ser pilladas quitando la vida a una niña con el fin de ser más jóvenes. Un secreto hechizo haría que trescientos años después y ya en el siglo XX, un joven virgen encendiese la vela negra que las traería de vuelta con la misma finalidad: “comer” niños para tener una vida eterna.

En aquella película los jóvenes que se enfrentaban a las malvadas brujas eran un adolescente de 15 años enamorado de una compañera de clase, su hermana de 8 años a la que debe cuidar durante la noche de Halloween y la chica de sus sueños. Los tres se enfrentarán con valentía y mucho miedo a las brujas, mientras los padres de todos ellos disfrutan de sendas fiestas de disfraces. Tenemos ya varios componentes: la familia nuclear formada por padre, madre e hijos, la relación entre hermanos que cuidan unos de otros y el romance adolescente (en los 90' , en el cine, era entre chico-chica o viceversa; ahora, quién sabe).

En El retorno de las brujas de 2022, dirigida por Anne Fletcher (27 vestidos o La proposición), producida por Walt Disney Pictures y David Kirschner Productions, con guión de Jen D’Angelo, quien con 38 años se estrena en la escritura de largometrajes, nuestras queridas brujas siguen siendo Bette Midler, Sarah Jessica Parker y Kathy Najimy, las cuales gracias a la magia del maquillaje casi nos engañan con su edad. En esta ocasión, los cambios en los personajes son tan evidentes como insustanciales. Por un lado, como está pasando ya en muchas películas de superhéroes, por ejemplo, los personajes malvados no son tan malos y nuestras brujas merecen que nos apiademos de ellas, a pesar de que siguen queriendo “comerse” niños para ser eternamente jóvenes. No sé si se habrán dado cuenta pero, ya los malos han dejado de ser 100% malos, excepto en las películas de terror.

Por otro lado, la familia nuclear ha desaparecido, ya saben que según la doctrina woke la familia nuclear es un constructo del hombre blanco occidental, así que, ni rastro. Las dos chicas adolescentes protagonistas parecen no tener este tipo de familia, sus padres ni aparecen ni se les menciona, excepto por una comunicación intrascendente por whastapp con la madre de una de ellas, a pesar de que pasan la noche fuera de casa sin dar aviso a ninguno de sus progenitores y poniendo su vida en peligro. La tercera en discordia parece solo tener padre, el alcalde, más preocupado por comerse una manzana de caramelo que en saber lo que hace su hija.

El momento musical no está a la altura del de la primera película y, en definitiva, toda la historia se encuentra acomodada en los mimbres que ya dejaron Mick Garris y Neil Cuthbert. Jen D’Angelo no ha aportado nada nuevo, excepto, las pinceladas de la doctrina woke que la directora Anne Fletcher ha desarrollado a la perfección.

Los chicos/hombres blancos en esta película son bastante imbéciles, de hecho, al guaperas le llaman literalmente “el tonto del pueblo”. Además, le someten a un breve soliloquio sobre el patriarcado y cómo no destacar las diferencias de los demás para no hacerles sentir mal, porque, ya saben, ahora somos todos iguales. La figura del hombre religioso tampoco se salva, pues aquí, si queremos buscar un malo de verdad es el cura que desterró del pueblo a las tres hermanas por negarse la mayor a casarse con quien él ordenase (que vaya ida de olla de la guionista). El cura es el culpable de que las tres jóvenes acaben convertidas en brujas, por tanto son víctimas de las circunstancias y de las decisiones del hombre blanco y, encima, religioso. Por otro lado, tenemos al hombre negro cumpliendo satisfactoriamente con el cupo y, además, se salva de la imbecilidad de los blancos.

El retorno de las brujas (Hocus Pocus) del 93' recaudó más de 39 millones de euros en todo el mundo, recuperando la inversión y ganando dinero por el camino. La segunda parte, esta del 2022, no ha llegado a los cines y se ha distribuido únicamente en Disney+, plataforma con 152 millones de suscriptores que anunció que en su primer fin de semana de estreno se había situado en lo más visto.

Lo cierto es que este retorno de las brujas Bette Midler, Sarah Jessica Parker y Kathy Najimy no es brillante pero sí entretenido. Tiene ciertos momentos humorísticos magníficos: esa entrada en un supermercado por parte de las tres brujas y el descubrimiento de las cremas de rejuvenecimiento facial o cuando deben usar escobas para volar y Kathy Najimy se sirve de dos robots aspiradores tipo roomba.

El momento musical no está a la altura del de la primera película y, en definitiva, toda la historia se encuentra acomodada en los mimbres que ya dejaron Mick Garris y Neil Cuthbert. Jen D’Angelo no ha aportado nada nuevo, excepto, las pinceladas de la doctrina woke que la directora Anne Fletcher ha desarrollado a la perfección.

Si quieren pasar un puente de difuntos viendo alguna película con la familia, ambas las tienen en Disney+; pueden tener un rato entretenido buscando las siete diferencias como en la viñeta de la página de crucigramas de los periódicos de papel. @opinionadas en @mundiario

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