Bloodshot es un cómic que nos recuerda a lo mejor de Punisher y del Predicador
Héroes que mutan, investigación policial y una atmósfera recreada en relatos y películas como Psicosis son algunos de los motivos que convierten a Bloodshot en un cómic más que interesante.
Lo que está haciendo el cómic esta última década es paliar los efectos narcotizantes de la narrativa, una narrativa previsible y censurada por razones comerciales.
Sin embargo, el cómic se está desatando y Bloodshot es la prueba de ello. Volvemos con "Bloodshot Reborn" al héroe solitario, marcado por un pasado turbio y demoledor, que se encuentra en la encrucijada de aceptar su destino y luchar por un ideal de justicia judeocristiano o de enfrentarse a su propia identidad, deshaciéndose de sus poderes sobrenaturales para siempre sin otro fin que aprender a vivir como un hombre corriente.
El trabajo de Jeff Lemire y Mico Suayán destaca porque recoge lo mejor de series emblemáticas como El Predicador, Punisher o el propio Masacre para crear un universo propio donde los personajes seducen desde su primera aparición. ¿Por qué seducen? El malditismo, las alucinaciones, la locura, la posesión y una feroz crítica a la ciencia que antepone sus intereses comerciales a los éticos son algunas de las claves de lectura de esta obra que publica Valiant.
Destaca la sobriedad de los diálogos y una atmósfera lóbrega y sucia que enfatiza el carácter destructivo y autodestructivo de los personajes.Promete la historia porque, siendo fiel a un relato realista puramente americano como inauguró la febril "A sangre fría", no deja de lado ese componente ficticio y fantástico de los superhéroes.