La belleza y el dolor contiene la banda sonora original con Soundwalk Collective
Schimmer Sanft den Klang des Tages es la canción principal de All the Beauty and the Bloodshed, el documental sigue la vida de la artista Nan Goldin y su activismo contra la dinastía farmacéutica de los Sackler, responsables de la mayor epidemia de opioides de la historia de Estados Unidos.
La película nominada al Oscar de Laura Poitras de traducción "Toda la belleza y el derramamiento de sangre" es una historia épica, emotiva e interconectada sobre la artista y activista de renombre internacional Nan Goldin. Contada a través de entrevistas íntimas, fotografías e imágenes, el centro de la historia es su lucha personal para responsabilizar a la familia Sackler por la crisis de los opiáceos. La película llega hasta los huesos con su celebración incandescente de la vida y la condena de quienes la amenazan. Arte y activismo son lo mismo.
Un potente fresco del activismo en las últimas décadas y su poder para plantar cara a la industria farmacéutica y al sistema cultural americano, La belleza y el dolor, ha recibido numerosos premios y nominaciones, entre ellos el León de Oro en Venecia 2022 a Mejor Película, el premio de la crítica de Nueva York a Mejor Documental y nominaciones en la misma categoría en los BAFTA, Gotham, Indie Spirit y Satellite en el mismo año.
La banda sonora corre a cargo de Soundwalk Collective, colectivo internacional de arte sonoro experimental, música alternativa e indie, fundado en 2001 por Stephan Crasneanscki, a quien se unió Simone Merli en 2008. El grupo tiene su sede en Berlín y Nueva York.
Al ayudar a entretejer el pasado y el presente de Goldin, el dúo multidisciplinario Soundwalk Collective graba la banda sonora de sus luchas personales y políticas para lograr un efecto sublime. La plataforma de artes sonoras contemporáneas del fundador y artista Stephan Crasneanscki y la productora Simone Merli, la pareja trabaja con una constelación rotativa de artistas y músicos, desarrollando proyectos de sonido específicos para el sitio y el contexto a través de los cuales examinar temas conceptuales, literarios o artísticos. Y a pesar de toda la belleza y el derramamiento de sangre que se muestran aquí, el dúo logra el equilibrio perfecto, sus composiciones en colaboración con Zacharias Falkenberg y Johannes Malfatti producen un trance que oscila entre la gracia y la locura.
El documental es una apuesta original y política, que mezcla el pasado y presente de las epidemias que ha vivido una ciudad de Nueva York, y por extensión, el país y el continente. Primero, la del SIDA en los ochenta y, después, la crisis de los opioides. Lo hace a través de la fotógrafa Nan Goldin, artista que inmortalizó el Nueva York "queer" de los setenta y ochenta, y una gran activista, que se ha implicado en destapar la implicación de la familia Sackler en la epidemia actual de drogas en su país. La unión de ambas epidemias fue algo orgánico, tal y como nos cuenta la directora. @mundiario
