Barrio maldito

Natalia llevando a Murad por las calles de Barcelona
Natalia llevando a Murad por las calles de Barcelona.

En el  ¨Palo de Gato¨  se encontraba Eleonor Mackenzie una negra costeña de Bluefields y correo del Frente durante la dictadura de Somoza... / Relato literario

Cuando volvió a ver para atrás se dió cuenta de que en realidad no había perdido su tiempo; porque precisamente consideraba que había vivido todo lo que cualquier hombre como él debería de haber vivido para poder vivir en paz con sus mujeres y principalmente con él mismo, aunque las mujeres eran su mayor debilidad y modus vivendi no logró ubicar bien a la concubina que lo había hecho feliz una navidad de fin de siglo, sentía que las amaba a todas, pero a ninguna en especial, y eso lo hizo preocuparse por un momento cuando se dirigía al lupanar ¨Palo de Gato¨ del Barrio Maldito, en donde se decía que las mujeres antes y después de realizar su trabajo se lavaban el bollo en unas panas plásticas de agua que se las daban a beber con todo y pelo a sus proxenetas para que no las celaran cuando se encontraban atendiendo a un cliente importante.  

En el  ¨Palo de Gato¨  se encontraba Eleonor Mackenzie una negra costeña de Bluefields y correo del Frente durante la dictadura de Somoza. Eleonor poseía los atributos más exuberantes que un hombre como él podía experimentar en el crepúsculo del atardecer de su existencia. El quilombo a esas horas de la noche, estaba apestado y lleno de negras con olor a chancho frito, tabaco y cerveza , y  la propietaria del lugar se encontraba fumando un habano de Estelí, sentada y de piernas cruzadas en su trono de mimbre, rodeada de dos ángeles negros que admiraban el perfumado tronco de hembra vestida con un pornográfico traje de figuras tropicales y con el pelo crespo suelto hecho un penacho en su testa por un pañuelo rojo y negro que hacía destacar sus dos enormes medias lunas en sus pequeñas y roedoras orejas y sus enhiestas colinas.

Eleonor se encontraba seria y  pensativa observando a la clientela, pero cuando miró venir al tío soltó una estruendosa carcajada de su bemba carmesí y ebúrnea dentadura ¨ Ven pa ca mi rey , te estaba esperando mi viejo bello… ven acá mi papi chulo que tu muñeca necesita tenerte cerca en esta eterna  noche que es toda tuya mi reyyyy…¨. El hombre se acercó circunspecto  a la joven mulata que moviéndose de su lugar se abalanzó a los brazos de él, y ambos sin decir palabras alguna salieron de aquel espacio del tugurio abrazados y besándose para dirigirse al desvencijado segundo piso en donde quedaba la habitación privada de aquella almibarada mulata y dueña de aquel deplorable y sórdido lugar en donde  el pensamiento era  una vulva y un  bálano  y la palabra un coito sin fin.

Eleonor hizo la oración del puro en el cuarto antes de desnudarse, luego mató el gallo que tenía amarrado en una de  las patas de la cama y la sangre se la untó en todo el cuerpo y por último le vomitó aguardiente al hombre que se encontraba tan tieso como una piedra de moler maíz, luego, ambos se fundieron en un anheloso infierno de placer , y cuando logró tenerla por primera vez de espaldas o como quien dice entre la espada y la pared , la mula cayó de bruces herida de muerte natural ante aquel fornido y brioso caballo viejo que se terminó de apaciguar en las oscuras entrañas de la jinetera más joven de la vieja Habana, que había escapado del régimen autoritario de Castro en los años sesenta junto con una oleada de inmigrantes o escorias sociales a como el régimen los denominó en su momento,  y que ahora había fenecido en el lecho de fuego, sangre y sudor del negro más retrechero y farsante de los lupanares del afamado ¨Barrio Maldito¨ ,en donde cada casa era un encuentro fortuito y sitio de placer para quienes solían visitarlo en tiempos de la dictadura de Somoza .

El negro Mackenzie a la medianoche, luego de domar a la hembra más embramada que conocía hasta ese entonces, se levantó mirando el enorme trasero de mula de la meretriz , sacó despacio una bolsa debajo del colchón en donde se encontraba también una revista play boy, y se la metió en los pantalones, encendió un cigarrillo pensando en sus otras mujeres y también en los difíciles días que el país estaba atravesando, luego tomó su camisa roja y zapatos deportivos, y  se vistió con lentitud mirando el altar de Eleonor en donde Changó era una sierpe disecada y Yemayá un garabato indeleble, y dejando echada en el tálamo el voluptuoso cuerpo de la niña , bajó alegre y silbando a tomarse unos tragos entre pecho y espalda al salón que se encontraba a esa hora atiborrado de una amalgama de clientes de todas las edades, colores, clases y posición social y que se encontraban tomando sentados y platicando alrededor de las mesas, mientras esperaban con paciencia su turno.

El negro mandinga descendió despacio las crepitantes gradas de madera  en el preciso instante que iniciaba en la roconola con forma de guitarra el tema ¨Martina¨ de Antonio Aguilar, lo que provocó la algarabía de los presentes, el negro Mackenzie estuvo el tiempo suficiente en la barra para acabar de regular su ansiedad , y luego de terminar la botella de Flor de Caña, se levantó contento para marcharse del lugar, y cuando el alcahuete se disponía a salir a la calle, Eleonor bajaba desnuda detrás de él  hecha una energúmena  con un pitón enrollado en su ensangrentado cuerpo gritándole, ¨para dónde vas mi reyyy… conmigo  todavía nadie se limpia el culo mi tío, veni pa´ cá antes que acabe con vos mi papacito…¨  el proxeneta sonriéndole y pensando que se trataba de un exabrupto de la mulata le tiró un estruendoso beso gritándole en mitad del salón , ¨Eleonor , deciles a todos estos quien es el que manda aquí mija¨ , y ella desde donde se encontraba le mostró una rutilante arma gritándole  ¨esta vez estás equivocado, con problemas y sin autoridad mi tio; porque todavía no ha nacido el hijueputa negro cabrón que me robe¨ ,  y  antes que Mackenzie pudiera salir por la puerta de entrada una detonación de Smith & Wesson  acabó con él.

Cuando la guardia nacional de Somoza llegó al lugar de los hechos se llevaron detenida a la negra Eleonor Mackenzie, la meretriz más deseable de todo Managua y sus alrededores y solamente logró salir viva de ahí con el triunfo de la revolución, se encontraba prematuramente envejecida y delgada, Eleonor fue sometida por años a violaciones, maltratos y torturas y hasta se murmuraba que le había parido un hijo al Coronel Pavón de la guardia de Somoza ; pero a pesar de todo lo que había vivido, Eleonor al salir libre regresó a su antiguo trabajo, ¨gallina que come huevo ni que le quemen el pico¨, decían los que la conocían. En el  lupanar ¨Palo de Gato¨ los restos del alcahuete más temido del barrio habían sido enterrado en el mismo lugar en donde había caído muerto y  todos los fines de semana a la medianoche la sombra del negro Mackenzie pululaba por todo el Barrio Maldito, y  las cortesanas al verlo decían que inexplicablemente cuando se lavaban el chunche en las panas plásticas a la orilla de las empedradas y polvorientas calles del barrio, el traste les popeaba como hoya hirviente de nacatamal mondonguero hasta hacerlas copular. @mundiario

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