Atrofia digital

Joven obsesionada con la tecnología. Pinterest.
El sueño tecnológico.

Nuestros órganos no son digitales ni nunca lo serán, sino analógicos. Las capacidades intelectuales se desarrollan por el uso intensivo de las mismas en la búsqueda de conocimientos y baja su rendimiento si solo se exponen al mero dato que solucione nuestro problema práctico.

Cada vez que sale el tema de la educación del siglo XXI vuelve a estar de actualidad el libro "Demencia Digital" del psiquiatra alemán Manfred Spitzer. En su ya universal libro explica los efectos destructivos de las capacidades intelectuales que tienen los sistemas digitales. Es uno de esos textos que uno lee y se dice a sí mismo: esto ya lo sospechaba yo! Hasta el sentido común llegan las evidencias de que los sistemas digitales nos abruman y nos dispersan, nos digieren en lugar de ayudar a pensar a nosotros mismos, pasando de ser ayudas a apéndices monstruosos que alteran las formas naturales de los procesos normales de nuestro ser, tanto físico como intelectual.

Una de las reflexiones que provoca este libro es la quiero compartir con ustedes: es una paradoja que las modificaciones que realizamos en el entorno se vuelvan contra nosotros al impulsar, cuando no imponer, el subdesarrollo o la atrofia de las capacidades intelectuales más importantes que usamos para lograr, precisamente, esas modificaciones del entorno que nos son tan cómodas. Todo aquel órgano que no se usa se atrofia. Las capacidades intelectuales se desarrollan por el uso intensivo de las mismas en la búsqueda de conocimientos y baja su rendimiento si solo se exponen al mero dato que solucione nuestro problema práctico. El cerebro humano es también un órgano que, como ocurre con todos los órganos de todos los seres vivos, se adapta a las exigencias del medio de la forma más eficaz  posible.

Por otra parte, lo digital y sobre todo lo digital conectado tampoco es el mejor medio para nosotros. Nuestros órganos no son digitales ni nunca lo serán, sino analógicos. En el peor de los casos si algún día usamos un ojo digital que mejore nuestra visión, cosa que ya está en marcha, necesitaremos un driver que traduzca a analógica la señal eléctrica del sensor. Funcionamos como aquellos viejos discos de vinilo de surcos y agujas de Alta Fildelidad, que vuelven a estar de moda justamente por las inmejorables características con las que reproducen los sonidos de acuerdo a las características y necesidades de nuestro sentido del oído que de digital no tiene absolutamente nada.

Para los que no tenéis tiempo para leer el libro porque no dejáis el móvil ni cuando os vais a la cama, os dejos este vídeo sobre una de las conferencias del Dr. Spitzer en inglés y subtitulada en castellano.

 

En fin, no dejemos que la tecnología nos vuelva idiotas. Sobre todo: ayudemos a nuestros hijos a desarrollarse de forma sana formándolos en el uso de las tecnologías para evitar lo contrario: que las tecnologías los consuman y los vuelvan esclavos de sus widget. @mundiario

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