Aretha, Aznavour y Caballé, lo absoluto

Aretha Franklin, cantante. / RR SS.
Aretha Franklin, cantante. / RR SS.

Hölderlin nos decía: “Algunos queriendo hacer de su estado un cielo lo convierten en un infierno”. Y Beethoven nos recordaba: “Todo el que obra recta y noblemente puede, por ello mismo, sobrellevar el infortunio”.

Aretha, Aznavour y Caballé, lo absoluto

“No hay nada mas bello y mejor que hacer feliz a los otros”

Beethoven.

  

Aretha Franklin (Menphis, EE UU, marzo 1942 - Detroit, EE UU, agosto 2018), Charles Aznavour (París, Francia, mayo 1924 - Mouriès, Francia, octubre 2018) y Montserrat Caballé (Barcelona, España, abril 1933 - Barcelona, octubre 2018), tres grandes figuras mundiales de la mejor música, que han muerto el 16 de agosto (Aretha), 01 (Aznavour) y 06 (Caballé) de octubre 2018, y de los que tanto nos gustan sus canciones, son de los mejores y forman parte, intensa y emocionalmente, de nuestras vidas.

Aretha Franklin canta I say a little prayer. / YouYube

Aretha, Aznavour y Caballé se inscriben en la búsqueda de lo absoluto relativo a las buenas pasiones, el amor, la belleza, lo sublime, la verdad…

El buen cante, música, baile forman parte de las artes, la cultura que pueden y deben servir para cultivarnos: como la música “soul” (alma) con “feeling” (sentimiento) de Aretha; como la gran “chanson francaise” (canción francesa) de Aznavour; y como la mejor opera, belcantismo, zarzuela, etc. de la Caballé, nuestra “prima donna assolutissima”, artista española universal y que ha defendido España, la gran nación española, frente a los racistas, extremistas nacionalistas, izquierdistas catalanes, etcétera.

El buen cante, la música, el baile, ... son formas de aproximarse a lo superior, la perfección, a la música en el Castillo del Cielo… 

El problema que se nos plantea y que se viene planteando filosófica, deontológicamente, etcétera, reside en saber qué es lo bueno, el bien, con relación a la cultura, el arte, la pasión, el amor, la belleza, lo sublime, lo absoluto…, y cómo lo podemos medir, conseguir,  pues lo que se puede medir de forma honrada, humilde, continua y con la máxima precisión, es lo que, mas y mejor, se puede mejorar por la política, libertad, trabajo, critica, justicia, etcétera, contra las diferentes formas de mentira, engaño, fraude, plagio, juego sucio, corrupción, contaminación, lavado de cerebros, dominación, manipulación, etcétera. 

Otro problema y muy grave sucede cuando la búsqueda de la belleza, el amor, el bien, lo sublime, etcétera, se convierte en diferentes formas de narcisismo, alienación, enajenación, demagogia, falsedad, perversión, democracia amañada, populismo, extremismo, tiranía, fundamentalísimo, supremacismo, racismo, etcétera. 

“Hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte”, leemos en los proverbios 14-12. Hölderlin nos decía: “Algunos queriendo hacer de su estado un cielo lo convierten en un infierno”. Y Beethoven nos recordaba: “Todo el que obra recta y noblemente puede, por ello mismo, sobrellevar el infortunio”. @mundiario

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