El año que Scream revivió el cine slasher en todo el mundo

Scream (1996)
Scream (1996)
Esta película de terror del subgénero slasher es, hoy en día, un filme de culto para los fanáticos del género llena de referencias que te destripamos aquí como si fuesemos Ghostface.
El año que Scream revivió el cine slasher en todo el mundo

Este fin de semana llega a los cines la quinta parte de Scream, cine de terror del subgénero slasher que vivió, a finales de los 70’, pero sobre todo en los años 80’, un éxito sin precedentes gracias a películas como Viernes 13, La noche de Halloween o Pesadilla en Elm Street, por citar solo algunas de las más reconocidas y reconocibles. Todas ellas, cine americano. Pero, es justo decir, que este género que tan bien ha sabido explotar y exportar Hollywood, bebe de lo que ya fue inventado anteriormente en Italia y conocido como el género giallo: terror gore en el que se muestran explícitamente los asesinatos perpetrados por un asesino en serie del que, generalmente, conocemos poco, y cuyo acto mismo, el del asesinato, se muestra al espectador con sutil regusto erótico gracias a la posición de la cámara y a la sensualidad de las víctimas.

Si bien el género giallo de los 60' y 70' parece haberse aposentado en la butaca del cinéfilo, y los intentos de repescar este género no han conseguido la atención del gran público, el slasher sí llegó a introducirse, también, en las retinas del público más convencional, a copar las carteleras más allá de sus fronteras y a revitalizarse, tras su decaimiento, con una película, precisamente Scream en 1996.

Bajo la dirección de Wes Craven, uno de los reyes del terror, fallecido en 2015, y con guión de Kevin Williamson, el slasher llegó a los cines de los 90’ que tan necesitados estaban de una buena cuchillada que dejase al espectador sin aliento. 173 millones de dólares de recaudación en todo el mundo fueron todo un éxito en la época, sobre todo cuando se contó con un presupuesto de 15 millones para levantar el proyecto en medio de una sequía de películas de terror de dicho subgénero. Pero al mando estaban los mejores y tras su estreno fueron merecidamente premiados. Scream ganó tres premios Saturno (los Oscar del cine de terror) a mejor actriz (Neve Campbell), mejor película y mejor guión (Kevin Williamson); premio a la mejor película por parte del Gremio del terror internacional; mejor película en los MTV Movie Awards del 97' y el Gran Premio a Wes Craven en el Festival de Cine de Gerardmer especializado en cine de terror y de ciencia ficción y que se celebra en Farncia desde 1994.

Craven y Williamson, un dúo de éxito

Kevin Williamson es un reconocido amante del género y del cine en general. Solo hay que ver la creación del personaje Dawson, de la serie Dawson crece (1998 – 2003), que salió de su pluma y de sus propias experiencias durante la adolescencia. Un joven enamorado de su vecina y cuyo objetivo en la vida es ser director de cine. Williamson, de hecho, no solo es guionista sino que también dirigió algún que otro largometraje como Secuestrando a la señorita Tingle (1999), de la que también es guionista. Escribió el guión de Sé lo que hicisteis el último verano (1997) y la primera, segunda, cuarta y ahora quinta parte de Scream.

Wes Craven ya había triunfado en los 70’ con películas como La última casa a la izquierda (1972), Las colinas tienen ojos (1977) o Pesadilla en Elm Street (1984). Esta última se acabo convirtiendo en saga pero Craven no participó en ninguna de las cinco siguientes películas que se hicieron hasta que decidió reencontrarse con su Freddy en 1994 con La nueva pesadilla de Wes Craven, y después llegó Scream, una oda al género que ambos creadores aman y respetan: el terror.

Todas las películas de terror (o no) que se mencionan en Scream (1996)

Scream es el mejor ejemplo de lo que debe ser una película de terror del subgénero slasher, es decir: asesino en serie, preferiblemente con máscara y cuchillo en mano, aunque también valdría cualquier artefacto afilado y/o que corte bien (ejemplo, una motosierra); el tipo debe ser hábil a la hora de matar pero bastante torpe en el momento de esquivar golpes, de ahí que en el slasher haya mucho de slapstick (comedia física con caídas exageradas fruto de un acto de violencia pero con pocas consecuencias para el malo); y por último, la víctima más relevante del festival sangriento debe ser una mujer joven con buenos pulmones para poder gritar bien fuerte.

Esa oda al género a la que hacía referencia no solo es evidente en la historia en sí de Scream (asesino en serie con máscara mata a adolescentes) sino que cada diálogo esconde un buen puñado de menciones a películas de terror de culto porque en Scream toda la trama tiene que ver con el miedo, con las películas de terror y con cómo se conforman éstas. De ahí que, para curiosidad de los fanáticos, daremos aquí la lista completa de películas – de terror o no – a las que se hace mención en Scream, por orden de aparición:

1. Pesadilla en Elm Street (1984). Cuando uno de los personajes la menciona, se incluye una frase jocosa y punzante para el resto de directores y guionistas que se atrevieron a hacer una secuela de la obra que creo en solitario Wes Craven: “la primera, las demás no merecen la pena”.

2. Viernes 13 (1980) de Sean S. Cunningham.

3. La noche de Halloween (1978) de Tobe Hooper.

4. El exorcista (1973) de William Friedkin.

5. Instinto básico (1992) de  Paul Verhoeven.

6. La amiga de Sidney Prescott (Neve Campbell), la rubia Tatum Riley (interpretada por Rose McGowan) le dice en un momento del filme que alquilará la “peli de Tom Cruise en el que se le ve la minga si paras en el momento exacto”, pero sin mencionar el título. Esta es La clave del éxito (1983) de Michael Chapman.

7. Candyman (1992) de Bernard Rose.

8. Frankestein (no se nombra el título en la película pero se ve una escena en la televisión del videoclub donde trabaja Randy (Jamie Kennedy) (1931) de James Whale con Boris Karloff como el famoso monstruo.

9. Aullidos (1981) de Joe Dante.

10. Prom Night (1980) de  Paul Lynch.  Primera película no americana del género que se menciona, concretamente es canadiense. Luego habrá más menciones a películas canadienses de terror.

11. Mother boys (no la mencionan pero aparece en un cartel del videoclub) protagonizada por Jamie Lee Curtis. Del año 1993 fue dirigida por Yves Simoneau - película canadiense -.

12. La ciudad que temía la apuesta del sol. En España, retitulada como Terror al anochecer (1976) de Charles B. Pierce.

13. Posesión infernal (1981) de Sam Raimi.

14. Hellraiser (1987) de Clive Barker y otra película no americana sino de la industria británica.

15. El tren del terror (1980) de Roger Spottiswoode -película canadiense-.

16. El silencio de los corderos (1991) de Jonathan Demme.

17. Entre pillos anda el juego -la única comedia que se menciona y solo porque aparecía Jamie Lee Curtis, la gran alabada en toda la película como reina del grito que fue- (1983) de John Landis.

18. Psicosis (1960) de Alfred Hitchcock, de la que además toman una frase: “todos nos volvemos locos alguna vez”.

19. Carrie (1976) de Brian De Palma.

Scream, por tanto, juega con la metaficción también cuando los propios personajes son conscientes de estar viviendo una película de terror porque, como dice Billy (Skeet Ulrich) en un momento de la acción: “todo (la vida) es una película solo que no siempre podemos elegir nuestro género”. De ahí, de esa metaficción, es que el personaje de Randy enumere, durante un momento de la fiesta en casa de Stu, las 3 reglas principales de toda película slasher:

1. No practicar sexo. El sexo, en una película de terror, equivale a muerte

2. No beber o tomar drogas. Es un pecado, extensión de la regla número 1.

3. No digas “en seguida vuelvo” porque no volverás.

La virginidad es importante en este tipo de películas ya que las chicas más promiscuas son las primeras en ser asesinadas, como si, a través de este subgénero del terror se intentase premiar las conductas más castas e inocentes frente a las derivadas de la revolución sexual vivida en los años 60’ en Estados Unidos.

Sea como fuere, las películas slasher son aterradoras por algo importante: hasta el final de la película no sabemos los motivos del asesino para cometer sus crímenes. No hay racionalidad que explique tanta brutalidad. Como espectadores siempre encontramos mayor protección ante lo que vemos cuando lo comprendemos, aunque no lo compartamos.

Los efectos sonoros son, por último, el toque mágico para atrapar nuestros sentidos y mantenernos alerta, siempre esperando la puñalada tras cada plano o cada puerta.

Scream contiene todo lo anterior con creces, de ahí su éxito y sus secuelas. La quinta promete terror y diversión. Que la disfruten amigos.@opinionadas en @mundiario

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