Alex Pelayo Ramos y su vocación artística

Alex Pelayo, diseñador e ilustrador / Patricia García
Alex Pelayo, diseñador e ilustrador / Patricia García

Diseñador, ilustrador, compositor y escritor, este cubano-chileno-español ha creado recientemente en Instagram el Nonsense Social Club, un universo integrado por personajes absurdos.

Alex Pelayo Ramos y su vocación artística

Para Alex Pelayo Ramos (Matanzas, Cuba, 1977) su formación académica, viajar por el mundo y vivir en varios países le ha reportado enormes experiencias y le ha avivado su genio artístico: “me gusta la creación, la sensación de generar otras realidades, emociones y reflexiones. Como el lenguaje visual es el que más he desarrollado, pues, me siento más cómodo en él y con más herramientas para saciar esta pulsión creativa”.

En Cuba, Alex estudió Artes Plásticas en la Escuela Vocacional de Arte de Matanzas, en la especialidad de Pintura. Más tarde, en Chile, en 1999, a donde viajó con 16 años para unirse a su padre, el escritor, actor, investigador, promotor del humor y colaborador de MUNDIARIO, Pepe Pelayo (de quien ha recibido una influencia decisiva en su carrera) se licenció en Artes Visuales en la  Universidad de Chile, y ahora en la ciudad gallega de Vigo, donde lleva viviendo diez años, ha desarrollado en este tiempo su trabajo como diseñador e ilustrador, por internet y acaba de tener junto a su esposa la experiencia existencial de ser padre de su hijo Dante. “El nacimiento de mi hijo –expresa Alex- ha sido una inyección de vitalidad. Más allá del cansancio y el sueño constante, se me ha abierto una válvula de energía que había mantenido cerrada o casi cerrada por un buen tiempo. Sin dudas, estoy viviendo una de las mejores etapas de mi vida”, afirma. 

Merecedor de varios premios en Chile y en el extranjero, en distintos frentes artísticos, Alex reconoce que “mi carrera de ilustrador está estrechamente ligada a la de mi padre como escritor. Pero mi primer paso fue ilustrar Ítaca, un libro de poesía para adultos de la autora Blanca Wiethüchter, Ediciones El hombrecito sentado, Bolivia, 2000 que tencontré maravilloso. Con mi padre, la primera vez que trabajamos juntos, fue con su libro para niños Pepito, el señor de los chistes, Editorial Alfaguara Infantil Chile, 2002. De entonces todo marchó a grandes pasos, se fueron sucediendo los libros (ya son decenas), llegaron los textos escolares, las revistas y los periódicos (por algunos años ilustré la sección de economía de El Mercurio, uno de los principales diarios de Chile). Otro hito a destacar fue mi integración en el Colectivo Siete Rayas, que encarnó el surgimiento de una nueva ilustración en el país autral, siendo, realmente, un referente en el medio local”.

Hay que destacar su incursión, junto a su padre en los libros-álbumes. Esa es una modalidad que es más arte visual que literaria, porque son pocas páginas y todas dibujadas, con muy poco texto, o ninguno. Entre los dos intercambiaban ideas. “Yo me metía en su terreno y él en el mío, pero de una forma tan natural como si fuéramos un solo artista. Hemos publicados 7 libros álbum”, dice su padre, Pepe Pelayo.

Entre ellos están: Trino de colores, Editorial Alfaguara Infantil, Chile, 2007, que recibió la Distinción White Ravens en Alemania, y Lucía Moñitos, Editorial Alfaguara Infantil, Chile, que fue seleccionado como el mejor libro infantil en Chile (2008).

Trino de colores, Editorial Alfaguara Infantil, Chile, 2007, que recibió la Distinción White Ravens en Alemania /  Pelayos
Trino de colores, Editorial Alfaguara Infantil, Chile, 2007, que recibió la Distinción White Ravens en Alemania / Pelayos

“Hay notables diferencias  en el proceso creativo dependiendo del tipo de publicación. No me enfrento de la misma manera a una ilustración para un artículo que para un álbum. Un artículo suele estar acompañado de una sola ilustración, por lo que formalmente es como hacer un cuadro, un cuadro sujeto a un texto", relata Alex. "En los álbumes hay un conjunto secuenciado de imágenes, por tanto, deben ser todas coherentes para no perder el sentido de unidad. Además, hay que prestarle mucha atención al ritmo; algunas ilustraciones podrán ser más detalladas o descriptivas, mientras que otras serán más directas. Así mismo, hay que estar alerta a todos los elementos del lenguaje visual para que la narración sea diversa, rica en composición, color, líneas, etc”.

Lucía Moñitos , Editorial Alfaguara Infantil, Chile, que fue seleccionado como  el mejor libro infantil en Chile, 2008 / Pelayos
Lucía Moñitos , Editorial Alfaguara Infantil, Chile, que fue seleccionado como el mejor libro infantil en Chile, 2008 / Pelayos

“Las decisiones formales siempre las tomo en función de la idea del libro o texto. Por ejemplo, en Lucía Moñitos (la historia de una niña que lee un libro que la hace reír y termina contagiando de risa a toda la ciudad) el color jugó un papel fundamental. El cuento comienza en blanco y negro. El color aparece cuando Lucía encuentra el libro y ríe. Luego, poco a poco, a medida que la risa se va contagiando, el resto de las páginas se van tiñendo, hasta terminar lleno de colores vivos", prosigue Alex. "Otro elemento que suelo utilizar son las historias paralelas que conviven con la historia principal. En Ni un pelo de tonto, también de Pelayos, mientras se desarrolla la aventura de un Rey que pierde el cabello, en los rincones de las ilustraciones dos bichos se persiguen por una peluca”.

“En relación a la parte conceptual hay menos diferencias entre un artículo y un álbum ilustrado. En ambos casos evito ser literal. Quizás en los artículos se hace más uso de las metáforas o las asociaciones, pero eso depende de cada ilustrador y de la historia en particular”, agrega.

La historia del trabajo de los Pelayos, a cuatro manos, continuó y lo ampliaron al humor gráfico. Padre e hijo creaban la idea, pensaban el estilo, la composición, los personajes, etc, y entonces Alex dibujaba la caricatura... Esa fórmula de trabajo les dio  siete premios en concursos internacionales, en certámenes de Colombia, Turquía, Brasil, Italia, Alemania, España e Irán.

Un encuentro familiar en la ciudada gallega de Vigo, entre los Pelayos, Pepe y Alex, mayo del 2023 /  Patricia García
Un encuentro familiar en la ciudad gallega de Vigo, entre los Pelayos, Pepe y Alex, mayo del 2023 / Patricia García

”En cuanto al humor gráfico si abandonamos la dupla fue por mi culpa, por mi trabajo de ilustrador, donde me siento más cómodo... Lo bueno fue que mi padre se animó a incursionar en el humor gráfico con sus collages y su obra habla por sí sola, es magnífica”, dice Alex.

Ahora|, Alex Pelayo incursiona con su sección Nonsense Social Club, mediante publicaciones periódicas en Instagram, donde el absurdo se viste de ilustración y encuentra cobijo en ese espacio común, donde el autor nos revela un disparatado universo con sutil humor y ternura al presentarnos miembros de ese extravagante club. “Nonsense Social Club es un espacio donde pienso concentrar mi trabajo gráfico más libre. Todo el material que estoy publicando en Nonsense ha sido creado expresamente para él", subraya. "Quiero dar rienda suelta a mi lado más absurdo, y el absurdo es inseparable del humor, el leitmotiv de mi carrera. Y aunque estas creaciones estén dirigidas a un público adulto, no me puedo desprender de mi influencia infantil y lo asumo con gusto”. Este es el link de su página.

Nonsense Social Club /  Alex Pelayo
Nonsense Social Club / Alex Pelayo

 

Alex también sigue vinculado a la labor de su padre, en el diseño de sus libros, y en el de la página https://humorsapiens.com con la publicación de entrevistas, ensayos, crónicas, citas de humoristas, noticias de humor gráfico, que se actualizan constantemente. “Trabajar con mi padre es muy fácil y siempre un deleite. Él es un manantial creativo, procesa a mil por hora. Más bien, mi labor, además de dibujar, es el de un editor. Soy enormemente feliz siguiendo sus pasos”, confiesa. @mundiario

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