Inteligencia artificial: ¿un mundo dominado por las máquinas?

Inteligencia artificial. / RR SS
Inteligencia artificial. / RR SS
Sin lugar a duda la inteligencia artificial ha resultado ser fascinante; sin embargo, nos deja un panorama lleno de incertidumbre sobre lo que podremos esperar en el futuro.
Inteligencia artificial: ¿un mundo dominado por las máquinas?

Los orígenes de la inteligencia artificial

“Alexa, prenda la luz de la sala”. “Siri, cuéntame un chiste”. Estas expresiones son cada vez más frecuentes en nuestro entorno con el incremento del uso de los asistentes personales de voz. Si bien estas tecnologías son algunas de las más comunes en la actualidad, representan solamente una pequeña porción de la gama de posibilidades que brindan las aplicaciones basadas en inteligencia artificial. Los “Chatbot”, el reconocimiento facial a través de la visión por computadora, sistemas inteligentes de predicción y manejo automatizado de eventos, vehículos autónomos, drones, robots, entre otros, han tomado auge durante la última década, por lo que nos pueden parecer avances científicos recientes. Sin embargo, el concepto de inteligencia artificial no es algo nuevo, es una idea que ha madurado a lo largo de poco más de 70 años de investigación, aproximadamente.

El término se originó en una conferencia en la universidad de Dartmouth, Estados Unidos, en el año 1956. A partir de ahí, un gran número de científicos han debatido y formulado estudios que permitieron el desarrollo de la inteligencia artificial, como una disciplina ligada a las ciencias de la computación (a pesar de que incluye conocimiento de muchas otras áreas como la matemática, estadística, filosofía, psicología, etc.). De hecho, muchos científicos y académicos consideran que la era dorada de la inteligencia artificial se ubica entre la mitad de la década de 1950 y la mitad de la década de 1970.

Durante ese tiempo, se publicaron numerosos artículos científicos que conforman la base de las aplicaciones de inteligencia artificial de hoy en día, tales como el procesamiento del lenguaje natural (NLP por sus siglas en inglés), machine learning y las redes neuronales.

El auge de las comunicaciones y la Big Data

Una de las razones por las cuales las aplicaciones basadas en inteligencia artificial son bastante recientes, radica en el hecho de que antes no se contaba con la tecnología necesaria para procesar grandes volúmenes de información en un tiempo aceptable, ni ejecutar los algoritmos de manera rápida y eficiente. Sin embargo, con el auge de Internet y la adopción de un mayor poder de cómputo -un teléfono inteligente es miles de veces más potente que una supercomputadora de los años 70-, esto es algo práctico y viable.

Además, no podemos dejar de lado el fenómeno de “Big Data”, que consiste en el almacenamiento, transporte y procesamiento de grandes volúmenes de información, algo que es muy importante para los sistemas basados de inteligencia artificial, ya que se alimentan de datos para realizar las tareas necesarias y obtener resultados más confiables.

¿Máquinas pensantes?

Si bien nos puede parecer increíble que los asistentes de voz como Alexa puedan interactuar y obedecer órdenes, la inteligencia detrás de ellos se basa en el uso de motores de búsqueda en Internet para recopilar la información, conectarse a bases de datos, reconocer las palabras que decimos, así como la ejecución de un complejo conjunto de instrucciones que determina lo que la inteligencia artificial debe hacer o responder, con base en los datos recopilados.

En la actualidad, los programas de inteligencia artificial están limitados a una tarea específica, y no son capaces de razonar ni resolver problemas por sí mismos. Esto se denomina inteligencia artificial débil, y aquí es donde nos encontramos en este momento de la historia.

Por otro lado, la formulación del concepto original de inteligencia artificial parte de la idea de que las máquinas van a poder pensar por ellas mismas, expresar emociones, razonar y resolver problemas. Esto se conoce como la inteligencia artificial dura, y, aunque todavía falta camino por recorrer para llegar a ese punto, existe cierto optimismo de que logren avances significativos en la próxima década.

Ya se han registrado eventos importantes en la historia, tal como el polémico gane de la computadora Deep Blue al campeón de ajedrez Garry Kasparov en el año 1997, o la presentación de Google Duplex en 2018, donde el asistente basado en inteligencia artificial realizó una llamada telefónica, en la que se hizo pasar por una persona normal.

Sin lugar a duda la inteligencia artificial ha resultado ser fascinante, ha inspirado cientos de películas y series de ciencia ficción, y nos deja un panorama lleno de incertidumbre sobre lo que podremos esperar de las aplicaciones en el futuro. Existen un gran número de implicaciones éticas y sociales rodeando el tema, como la preocupación de que las máquinas reemplazarán a los seres humanos en los trabajos, y las posibilidad de que los robots realmente lleguen a dominar al mundo.

Sin embargo, más allá de los miedos que tengamos, también debemos abrirnos a la posibilidad de experimentar nuevas oportunidades para mejorar la calidad de vida de la población en general, así como resolver problemas globales que afectan a millones de personas día a día. @mundiario

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